DRÁCULA. LA LEYENDA JAMÁS CONTADA de Gary Shore - 2014 - ("Dracula Untold")

El príncipe rumano Vlad Tepes fue, siendo un niño, hecho prisionero por los turcos, que dominan a su país con mano de hierro, y educado como un guerrero. Vlad se convirtió en uno de los maestros de la batalla más terribles del Imperio Otomano y se hizo famoso por empalar sin piedad a sus rivales. Hoy, los turcos le han permitido volver a Rumanía para que se ocupe de su trono bajo su supervisión. Sin embargo, Vlad va a revelarse contra ellos... Cuando su viejo amigo Mehmed II, el sultán, le pida a mil niños de su reino para que luchen en sus filas. Vlad Tepes, desesperado, va a hacer un terrible pacto que le va a dar un poder sobrehumano... Pero que le va a convertir en un ser maldito.

"Drácula. La leyenda jamás contada" va a ser, si la cosa sigue adelante y no se cancela todo a última hora, la primera entrega de la saga filmica de un universo al más puro estilo de los mundos cinematográficos de superhéroes de las compañías Marvel y DC en el que los monstruos clásicos de la Universal, que producirá estas películas, protagonizarán diversas aventuras y afrontarán "crossovers" en los que se verán las caras. Y vaya comienzo para una saga que promete ser larga... Vaya tela. Porque "Drácula. La leyenda jamás contada" es otro más de los infames bodrios de cine fantástico que se han estrenado este año (que llevamos un 2014 de bazofias fílmicas de este género que "pa qué"). La cosa es una suerte de precuela del personaje que narra cómo se transformó en vampiro y cómo llegó vivo a nuestros tiempos. Planteamiento hasta cierto punto novedoso. Planteamiento hasta cierto punto interesante. Planteamiento... Porque el otro 99 por ciento de la película es para echarle de comer aparte. La trama de esta porquería es un despropósito lleno de escenas absurdas y que hacen aguas por todas partes y con unos personajes planos y sin ningún interés. Ni siquiera el Drácula al que da vida Luke Evans dice algo interesante: el que tendría que ser un personaje poderoso, con garra, con carisma, es un tipo bastante pánfilo y que no hace honor a lo que supuestamente es realmente... ¡Un guerrero implacable famoso por empalar a sus rivales! Pues no, aquí no es eso: es un gobernante abnegado, padre comprensivo y marido sacrificado con un pasado supuestamente muy duro que no está reflejado por ninguna parte.

Los secundarios son también basura: todos planos igualmente, todos sin carisma. El villano, al que da vida Dominic Cooper, es soso, soso, soso. Y los diálogos no tienen ninguna chica, y el ambiente es una copia del (también terrible) ambiente de la (también terrible) saga de "Underworld": tanto gris y azul artificial y chillón llega a ser cansino. Y, como he dicho, la trama tiene lagunas de bulto y por todas partes. Ejemplos, a montones: hay un personaje interpretado por Charles Dance que no sabemos quién es ni qué hace por ahí, el pueblo de Drácula es masacrado pero aparece repuesto al final del filme, a Drácula lo quieren quemar los suyos sin ser conscientes de que sin él los turcos los destrozarán, Drácula tarda en caer en el lado oscuro toda la película y los demás vampiros se vuelven "malos" a los cinco minutos de ser transformados... En fin, los despropósitos son tantos, el "mal hacer" es tan evidente, que esta nueva versión del chupasangre más famoso del mundo deja de merecer la pena pronto y es olvidada aún más pronto. Al parecer, la siguiente entrega de esta saga va a ser "La Momia". Miedo me da, y no porque la Momia sea un monstruo.