Porco Rosso
lunes, 13 de octubre de 2014
EL REY DE LA COLINA de Steven Soderbergh - 1993 - ("King of the Hill")
Estados Unidos. Años de la Gran Depresión. El pequeño Aaron vive con su hermano en una habitación de un motel en St. Louis. Su madre tiene tuberculosis y está internada en un sanatorio y su padre, un viajante de comercio pobre, pasa temporadas largas, muy largas, lejos de su familia. Aaron se ve obligado a vivir solo a su corta edad y a buscarse el sustento diariamente. Aaron está a punto de recibir el duro y frío tortazo de la madurez repentina.
Después de su injustisimamente infravalorada "Kafka, la verdad oculta", Steven Soderbergh volvía a cambiar radicalmente de género dejando ya bien claro que lo suyo era la innovación constante y el camaleonismo cinematográfico (otra cosa es que esto siempre le de buenos resultados... que no es así dado lo prolífico que suele ser, lo cual le ha causado bastantes irregularidades en calidad artística). El director ha tocado hasta ahora dramas, thrillers, documentales, filmes experimentales, comedias, filmes negros, ciencia ficción, retratos cotidianos y/o costumbristas, filmes de espionaje, biopics, parábolas sociales y hasta filmes de artes marciales. "El rey de la colina", basado en la novela homónima de A.E. Hotchner, en la que narra sus propias memorias, es un drama histórico que retrata la lucha por la supervivencia de un niño durante los terribles años de la Gran Depresión en los Estados Unidos que, por sus circunstancias, se ve obligado a aceptar todo lo horrible del mundo adulto de una bofetada y a acatar los designios de una madurez llegada fuera de tiempo. No es ésta una de las películas más conocidas ni valoradas de Steven Soderbegh, pero sí que es un entrañable fresco de esta época que, ahora, cuando estamos a punto de entrar por desgracia en el octavo año de crisis económica mundial, es bastante más reconocible para todos que en su momento (aunque ambas crisis sean diferentes, tienen puntos en común por su dureza y su duración). Un entonces niño Jesse Bradford (hoy es un actor visto en películas como "Romeo + Julieta", "Banderas de nuestros padres" o "W.") realiza un papel fantástico y carga él con casi todo el peso del filme para conmover sin efectismos.
Soderbergh sabe llevar perfectamente el drama y dirigir a sus actores (niños, es difícil) para que el filme no termine siendo otra ñoñería americana de estas que hacen apología de su sueño del triunfo y de la falacia del "si te lo curras todo lo consigues por muy mala que sea tu situación". Los diálogos son justos y precisos, no se busca el drama por el drama ni tampoco la lágrima fácil y mucho menos el soltar una moralina o una lección vital barata. El director sabe cambiar de género perfectamente y demostrar que, cuando no se dedica a parir películas como churros, tiene maestría tras la cámara. El ambiente recreado es además genial y la fotografía con la que se retrata aquella época es una delicia. "El rey de la colina" es otra película que hay que tener en cuenta de Steven Soderbergh.
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Grandiosa película en la que se reivindica, a la perfección, cómo el sueño americano no deja de ser una quimera. Excelsa crítica. Un saludo :)
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