Porco Rosso
viernes, 20 de diciembre de 2013
RABBIT HOLE de John Cameron Mitchell - 2010 - ("Rabbit Hole")
Becca y Howie son un joven matrimonio que, de un plumazo, ha visto derrumbarse el mundo feliz y seguro que juntos habían construido: han perdido a su hijo pequeño, Danny, en un accidente de coche. Sumidos en la depresión más profunda, ambos intentarán superar el trauma y seguir adelante. Sin embargo, recuperar sus vidas va a tornarse una labor casi imposible. La pérdida es demasiado grande y les ha cambiado demasiado...
Con "Rabbit Hole", su última película hasta la fecha, John Cameron Mitchell adapta la obra escrita homónima de David Lindsay-Abaire para narrar por primera vez en su corta filmografía un drama "completo", sin la alegría vital que tenían "Hedwig and the Angry Inch" y "Shortbus", y, además, de corte absolutamente clásico; no tiene escenas musicales, ni injertos animados, ni ambientes deformados o idealizados. "Rabbit Hole" narra una historia más de pérdida en la que un matrimonio, una familia, ha de superar algo tan duro y tan tristemente inolvidable como es la muerte de un hijo. Nicole Kidman, Aaron Eckhart y Dianne Wiest (a la que no hay que olvidar y que forma parte del trío sí o sí) entregan tres grandes papeles (sobre todo Kidman, que está simplemente fascinante) y sirven a Cameron Mitchell para desplegar, con un ojo delicado y dramático en su justa medida, sin efectismos, sin forzar absolutamente nada, el retrato de la mencionada familia, de clase media, y de cómo su mundo se derrumba a pasos agigantados y sin descanso. El filme trata, además del asunto de la pérdida y la muerte y de los cambios que ambas producen en cualquier vida normal, otros como la culpa y la redención (escenificadas en otros personajes como el conductor Jason, imprescindible para completar el filme y muy bien interpretado por Miles Teller), el sinsentido de la existencia cuando falla lo que la hacía soportable, la pérdida de las ilusiones de juventud y vitales en general, la depresión como lacra en el mundo moderno y desarrollado de la comodidad e incluso la hipocresía social.
John Cameron Mitchell sabe jugar con la excelente banda sonora del filme y con un montaje muy comedido y ajustado en todos los aspectos para desplegar el drama de forma fluida y conseguir que un contenido duro y denso entre sin problemas en el espectador y le enganche a la trama. Como he dicho, lo hace además sin recurrir a efectismos ni forzar nada (la escena de la gran pelea, por ejemplo, es absolutamente apoteósica, y no es gratuita y fluye con una naturalidad pasmosa: se nota la buena mano del director). Por otra parte, la ambientación del filme es fantástica y está apoyada en una deliciosa y delicada fotografía y, en su limpieza gris de barrio de clase media-alta norteamericano, consigue ser un personaje más que da fe de los sentimientos y de las frustraciones de los protagonistas en un mundo aparentemente sosegado y ordenado pero psicológicamente muerto. Por último, hay que decir que, aunque como he señalado todos los actores están excelentes, Nicole Kidman sinceramente lo borda y demuestra una vez más la genial intérprete que es en el que estoy seguro de que será reconocido, si no ahora en el futuro, como uno de los más grandes papeles de su carrera. "Rabbit Hole" es un drama genial, un ejemplo de cómo hay que afrontar la creación de una tragedia en el cine que sabe a las mejores películas del Hollywood dorado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario