Año 2139. La Tierra se ha convertido en un desierto radiactivo y la humanidad sobrevive en megaciudades en donde impera la violencia y que son defendidas por los Jueces, los brutales y expeditivos agentes de la Ley, que, a pesar de su gran poder, han de luchar sin descanso contra el crimen que nunca descansa. El Juez Dredd es uno de los mejores jueces de Megacity: un hombre insobornable que nunca falla un solo caso. Sin embargo, alguien está a punto de tenderle una trampa y de verter acusaciones de crímenes que no ha cometido. Dredd va a luchar por demostrar su inocencia y se va a reencontrar con alguien terrible de su pasado...
Danny Cannon es un director prolífico pero que habitualmente ha realizado encargos sin personalidad. Ha trabajado en series como "CSI. Las Vegas", "La hora 11", "Dark Blue", "Nikita", "Alcatraz" y "The Tomorrow People" y ha dirigido las películas "La ley de las drogas", "Juez Dredd", "Phoenix", "Aún se lo que hicísteis el último verano" y "¡Goool! La película", todas mediocres y sin mucho destacado.
La primera versión cinematográfica que conoció el Juez Dredd fue esta mala película de 1995 protagonizada por el Sylvester Stallone que todavía se encontraba en la cresta de la ola del cine de acción (a partir de 1997, tras la excelente "Copland", su caché caería y se pasaría casi una década en el ostracismo hasta el retorno de las sagas de Rocky Balboa y John Rambo). "Juez Dredd", a pesar de ser un éxito de taquilla, fue vilipendiada por los fans del personaje y, tal vez por eso, no llegó a tener nunca una secuela. La película es como he dicho mala y, además, no es fiel al antihéroe del cómic inglés en el que se basa. El guión es muy deficiente (con una trama predecible y llena de clichés y unos diálogos chuscos), los actores no se lo curran (Stallone se ve aburrido de su papel y los secundarios idem), las escenas de acción son entretenidas pero sin emoción en general y, además, y esto es lo que los amantes del personaje jamás perdonaron, la película fue notablemente infantilizada para captar a todos los públicos (lo que afortunadamente no ocurrió con la también discutida versión de 2012). El Juez Dredd, una mala bestia que trata a los criminales que combate con métodos que a veces son peores que los suyos propios, un ser brutal y expeditivo sin piedad (y que además no se quita el casco prácticamente nunca al parecer) se ha reblandecido bastante tanto en actitud como en métodos (y lo mismo ha ocurrido con sus enemigos). La violencia vistosa y potente original del cómic no está por ninguna parte, y esta es la guinda que le faltaba a este aburrido y olvidado bodrio.
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