Porco Rosso
viernes, 5 de julio de 2013
EL CASTILLO EN EL CIELO de Hayao Miyazaki - 1986 - ("Tenku no Shiro Rapyuta")
Pazu, un joven soñador y valiente, conoce por casualidad a Sheeta, otra joven como él que huye tanto de unos extraños agentes como de un grupo de piratas. Ambos buscan algo que sólo Sheeta tiene... La llave hacia los misterios, las riquezas y el poder ilimitado de la vieja civilización de Laputa, perdida en el mar de las leyendas. Pazu va a ayudar a Sheeta a escapar de sus perseguidores... Y ante ambos se va a abrir una gran aventura.
"El castillo en el cielo" es la tercera película de Hayao Miyazaki y es la que confirma del todo al Estudio Ghibli como un estudio de animación a tener en cuenta a nivel mundial tras la también genial "Naussicaä del Valle del Viento", con la que comparte el ser una historia de aventuras plagada de buenos sentimientos y donde no falta, por supuesto, el habitual mensaje ecologista, antibelicista y a favor de una vida tranquila, pacífica y sin ambiciones enfermizas del autor japonés (el asunto de la lucha absurda por el poder, que corrompe y destroza las vidas de los seres felices, vuelve también desde la mencionada "Naussicaä" y será otro de los asuntos centrales de la obra de Miyazaki). Este maravilloso filme sigue sorprendiendo hoy, diecisiete años después de su estreno, con su esplendorosa, fluida y detalladísima animación, todo un ejemplo de buen hacer artesanal y de realismo que deja con la boca abierta (las técnicas animadas han evolucionado mucho, y a mitad de los años ochenta realizar una producción de estas características manteniendo la calidad que tienen no era especialmente fácil).
Con una ambientación mágica-medieval con toques de "steampunk" y con unos escenarios asombrosos, "El castillo en el cielo" narra una historia de aventuras directa y lineal y, sin embargo, interesantísima desde el primer momento en el que la acción se equilibra perfectamente con una trama en la que los personajes se desarrollan a la perfección y en la que hasta los villanos tienen escondido un as en la manga para sorprender al espectador (otra característica habitual de los filmes de Miyazaki a partir de este momento). La banda sonora de esta película es otra maravilla por otra parte, mientras que las escenas de acción deberían servir para darle una clase a más de un director de este género (las persecuciones del filme son maravillosas en su fantástico frenetismo, y otras como la batalla final en la fortaleza de Laputa y la caída de lo que queda de esta civilización son absolutamente inolvidables). No se la pierdan. Viva Miyazaki, el hombre que de cualquier historia por simple que sea hace una joya.
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La tengo pendiente en mi lista de películas de Miyazaki. Aunque no creo que pueda superar la maestría de "La Princesa Mononoke" :-)
ResponderEliminarUn saludo