Porco Rosso

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martes, 21 de mayo de 2013

EL MUNDO DE GEORGE APLEY de Joseph L. Mankiewicz - 1947 - ("The Late George Apley")


1912. George Apley es un rico aristócrata de Boston enamorado hasta límites enfermizos de su ciudad y de su vida estrictamente idéntica día tras día, semana tras semana, mes tras mes, año tras año. George no viaja si no es estrictamente necesario, no hace nunca nada nuevo con su mujer, siempre lee los mismos libros, siempre va al mismo club a charlar con sus amigos que son copias de él mismo, siempre celebra las mismas fiestas con los mismos planes y sus ideas son las mismas desde hace décadas. Por supuesto, piensa que él es quien tiene siempre la razón. La vida, sin embargo, le da una lección cuando su hija y su hijo, ambos jóvenes y rebeldes, se enamoren de dos personas... Que no son de Boston y que a George, por prejuicios, no le terminan de gustar...


También en 1947 Joseph. L. Mankiewicz dirigió, junto a "El fantasma y la Señora Muir", "El mundo de George Apley", una película completamente diferente y que, a pesar no contarse entre las grandes del autor, tiene más interes del que en un principio pueda parecer. El filme comienza como una comedia de costumbres amable pero se va desarrollando poco a poco como un drama en el que estas costumbres terminan oprimiendo a los individuos y destrozando sus vidas. Ronald Colman (genial) es George Apley, un bostoniano que a pesar de ser una buena persona es tan excesivamente anticuado para su tiempo que piensa que el pequeño mundo que gira a su alrededor es el único mundo de existe, el de la ciudad de Boston. George sigue la misma rutina todos los días, todas las semanas y todos los meses desde hace años; no sale de su ciudad para nada si no es estrictamente necesario, siempre lee los mismos libros, no va a fiestas nuevas, no hace nada nuevo, aburre a su mujer, sus amigos son todos copias suyas que se reúnen en el mismo club, siempre celebra el mismo Día de Acción de Gracias con el mismo plan y, lo que es más grave, espera que sus hijos sean iguales que él. Pero la cosa se complica, porque sus hijos se enamoran... De dos personas a las que él no aprueba y que para colmo no son de su "perfecta" e "inmaculada" Boston. A partir de este momento, la vida de George va a experimentar un cambio inesperado y su personaje va a resultar mucho más profundo y con más dilemas y hasta traumas de los que prometía en un principio.


"El mundo de George Apley", aún ambientada en 1912, es una crítica clara a la sociedad de su tiempo, los años cuarenta, en los que en los USA (y en muchísimos lugares más, por supuesto) las apariencias eran lo más importante y los padres delineaban el camino que sus hijos habían de seguir por la fuerza. Mankiewicz, por medio de unos diálogos fabulosos, ataca a la hipocresía de las clases altas, a la represión amorosa y sexual (impagables los referidos a Sigmund Freud), a la incomunicación en el matrimonio y entre padres e hijos, al enchufismo, a la intransigencia, al abandono de los sueños vitales por exigencias sociales y sobre todo al provincianismo pacato que todas estas cosas juntas crean en una ciudad (Boston es esta ciudad provinciana, un infierno de aburrimiento y tontería que se contrapone a la abierta y siempre vanguardista y vecina Nueva York). Sobra decir que la ambientación de época es riquísima y que el ritmo de la cinta es delicioso, así como su suave paso de la mencionada comedia de costumbres al claro drama cotidiano. "El mundo de George Apley", una de las películas menos conocidas de su director y tal vez ensombrecida en el mismo año de su estreno por la comentada ayer "El fantasma y la Señora Muir" y posteriormente por otras de sus grandes obras es una cinta que merece, y mucho, la pena y que, además, resulta sorprendente. Muy recomendable y digna de ser rescatada y reivindicada.

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