2012 de Roland Emmerich - 2009 - ("2012")

Cuando el escritor Jackson Curtis se encuentra con sus hijos de acampada, algo misterioso empieza a ocurrir: grietas en el suelo salidas de la nada, lagos que se secan de repente, extraños fenómenos meteorológicos... Pronto descubre lo que está pasando: el planeta está empezando a vivir un terrible cataclismo. Y pronto descubre que había personas que lo sabían y que a pesar del horror que se avecina existe un plan para salvar a la humanidad, que se va a enfrentar a la peor de sus pruebas. Jackson empieza una carrera contrareloj para poner a salvo a su familia.

Hace poco más de un mes por fin se dejó de poner en todas partes y a todas horas la estúpida coletilla de "si no se acaba el mundo en 2012..." (lo mejor es que había gente que verdaderamente se creía esta imbecilidad... demencial). Al igual que con la llegada del milenio en el que estamos se estrenó alguna que otra película (y sobre todo se vendieron muchos libros y "estudios" -vaya tela...-) sobre el Fin del Mundo Bíblico para explotar las ansias de tonterías de los conspiranoicos y demás freakies, en 2009 Hollywood se apuntó a la moda del Fin del Mundo de los Mayas con "2012", la cual dirigió el experto en fines del mundo Roland Emmerich, que ya se ha cargado el planeta con invasiones extraterrestres, con glaciaciones salidas de tiesto y hasta con nuevos ataques de Godzilla. Y sí, el director alemán, que desde la genial "Stargate" no levanta cabeza, volvió a hacer de las suyas, es decir: volvió a hacer un bodrio como una catedral. Recomiendo buscar en internet un montaje con todas las escenas de destrucción de "2012" y verlas seguidas en buena definición: habrán visto todo lo que esta basura tiene que ofrecer. No se puede negar desde luego que los efectos especiales de esta cinta son absolutamente geniales: ver ciudades enteras hundirse en la tierra, rascacielos derrumbándose en formas imposibles, maremotos desbocados escalando montañas, aludes de humo y lava y demás desastres rocambolescos tiene su gracia y al fin y al cabo hay películas que se basan en el espectáculo visual y uno va a verlas para ver eso mismo, espectáculo visual. Pero lo que sí se exige es un mínimo guión, y el de "2012" apesta. Pero apesta de verdad.

Como en otras películas de Emmerich el protagonista es coral y hay unos que son muy buenos y se preocupan de los demás y otros que son egoístas y desconsiderados (y que suelen recibir su lección), y por supuesto hay americanitos patrioteros que se sacrifican por los desamparados (el presidente por supuesto lo hace... pufff) y un mensaje de solidaridad y de honor, y una exaltación de la familia y hasta un tufillo de resignación religiosa repugnante por ahí rondando. El plantel de actores de la película es aceptable, pero como sus personajes son tan planos pues no dan para más. Y la acción es soporífera, ya que consiste, tras casi tres cuartos de hora de introducción que no aportan nada porque los mencionados personajes son cartones (sí, la película encima dura casi dos horas y media), en huídas en coche y en avión incesantes y en ver a gente llamando a sus familias y llorando por el móvil todo el rato y a la hija del pobre John Cusack gritando "Papá" con cara de miedo cada dos por tres. Porque como era de esperar, la sensiblería está servida, y bien azucarada. Y por supuesto queda el desenlace esperanzador con el nuevo amanecer para la humanidad y el triunfo de la buena voluntad a pesar del desastre. Menos mal que no vi una bandera por ahí porque entonces me habría dado un infarto. Sí, a veces soy masoca y me gusta ver cine basura. Creo que a todos nos gusta un poquitín de vez en cuando y también tiene su gracia ponerlo a parir.