Siglo XIV. Los caballeros Behmen y Fenson abandonan su lucha santa en las cruzadas traumatizados por las injusticias que allí se cometen y deciden volver a su Inglaterra natal. Cuando entran en Europa, descubren una tierra azotada por la Peste Negra y se ven obligados a aceptar el encargo de un cardenal moribundo de escoltar a una supuesta bruja a la abadía en la que será juzgada por haber, según dice el cardenal, creado la mencionada pandemia que está matando lentamente a todo el continente. Behmen y Fenson emprenden la marcha pero también se plantean investigar si es cierta la acusación que se vierte sobre la joven... Una pesadilla va a caer sobre ellos.
Es una pena que un director que comenzó su carrera con la loable "Kalifornia" (que comenté en mayo de este año) haya acabado dirigiendo una cosa (porque no se le puede llamar de otra manera) como "En tiempo de brujas" tras haber previamente hundido su filmografía en la mediocridad más absoluta con otros filmes muy flojos y sin interés como "60 segundos", "Operación Swordfish" o "Whiteout". Pero es todavía más penosa la triste carrera que está desarrollando desde hace alrededor de seis años Nicholas Cage, que, dejando a un lado "oasis" como "Señales del futuro", "Teniente corrupto" o "Kick Ass" (algunas pueden ser fallidas pero por lo menos no son despropósitos desde su concepción), cada vez está más compuesta de obras menores y bodrios producidos como churros para los circuitos más estrictamente palomiteros. Por lo que he podido leer, Cage está arruinado desde hace bastante tiempo y pienso que tal vez por eso protagoniza cada año tantas películas (hay años en los que ha hecho cuatro, y todas horrendas) elegidas como quien elige frutos secos con una pala. El Cage de "Birdy", "Arizona Baby", "Corazón Salvaje", "Leaving Las Vegas", "La Roca", "Al límite", "Adaptation" o "El Señor de la Guerra" es hoy el Cage de "Bangkok Dangerous", "El aprendiz de brujo", "El pacto", "Bajo amenaza", "Furia ciega", "Contrarreloj" o las sagas de "La Búsqueda" y "El Motorista Fantasma". Para echarse a llorar.
"En tiempo de brujas" es un ejemplo perfecto del cine que ahora está frecuentando abusivamente Nicholas Cage: es una película de un director devaluado con un guión ínfimo producido en cadena de montaje, unos diálogos de vergüenza ajena, unos actores desganados y locos por terminar de rodar para irse a su casa (Ron Perlman está ahí más aburrido que una ostra), unas escenas de acción sosas y anquilosadas, unos efectos especiales malos y una trama sin ritmo ninguno que erra por un lado y por otro hasta llevar a un final predecible y ridículo. Hay un toque de thriller (muy predecible), un toque de lucha, un toque de drama sobre cruzados arrepentidos de sus pecados en las susodichas cruzadas (de risa) y un toque de cine de terror de posesiones: todo ello ambientado en una Edad Media bastante cutremente representada y con escenarios irreales. La última película de Dominic Sena, una de las peores del año pasado, es una infamia que le hunde en los abismos a él y a un irreconocible Nicholas Cage que, por lo que se ve mirando las películas que le quedan por estrenar, todavía va a continuar en esta triste línea el año que viene e incluso más allá. Que pena, de verdad.
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