En España ha estallado la Guerra Civil y las vidas de tres hermanos de una honorable familia gallega, los Churruca, están a punto de separarse: José es militar, Jaime es sacerdote y Pedro es diputado republicano. José y Pedro, ante la contienda, toman partido por un bando distinto y entre ellos estalla la hostilidad y el odio, hostilidad y odio que va a terminar enfrentándoles y sacudiendo los cimientos de sus existencias. Mientras, las calles y los campos se llenan de muerte y de destrucción.
José Luis Sáenz de Heredia fue el cineasta español más famoso del régimen franquista. Luchó durante la Guerra Civil en el bando del futuro dictador Francisco Franco, donde llegó a ascender hasta teniente. Al terminar la contienda, fue colocado al frente de la producción del Departamento Nacional de Cinematografía. En este seno, rodó noticiarios de propaganda, cortometrajes y documentales religiosos y obras de evasión amables que, en ocasiones, ensalzaban los valores de la España franquista. Fue elegido en 1959 director del Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas. Su estilo es clásico, academicista en muchas ocasiones y de una narrativa fluida y muy efectiva. Bebe en muchas de sus obras del cine norteamericano clásico, tanto en el mencionado estilo como en los temas que desarrolla, basados en géneros de esta cultura que adapta a la idiosincrasia española. Rodó comedias, musicales, cintas negras, bélicas, religiosas e históricas, dramas, películas de zarzuelas y documentales. A pesar de estar a la disposición del caudillo, Sáenz de Heredia intentó en más de una ocasión desmarcarse de la tendencia que le exigían y rodar obras dignas y personales alejadas de la política. Para ello recurrió, en muchos casos, a las adaptaciones literarias. Lo mejor de su carrera está en estas cintas: “El escándalo”, “Mariona Rebull”, “Las aguas bajan turbias” y “Don Juan”, además de la obra negra “Los ojos dejan huellas” y las comedias “Faustina”, “Historias de la radio” e “Historias de la televisión”. Por desgracia, no abundaron en su filmografía las obras de esta “tendencia independiente”, y Sáenz de Heredia acabó prácticamente dedicado al campo de las obras puramente comerciales, colaboracionistas o no. En sus últimos tiempos su carrera se tornó realmente nefasta (dirigiendo comedias como las de Concha Velasco y Manolo Escobar o las de Paco Martínez Soria) y, en 1974, abandonó las cámaras. Su filmografía se completa con “Patricio miró a una estrella”, “La hija de Juan Simón”, “¿Quién me quiere a mi?”, “Via Crucis del Señor por tierras de España”, la comentada “Raza”, “La mies es mucha”, “Bambú”, “La verbena de la Paloma”, “Fray Torero”, “Pero… ¡en qué país vivimos!”, “Relaciones casi públicas”, “Juicio de faldas”, “Me debes un muerto”, “¡Se armó el Belén!”, “Don Erre que Erre”, “Cuando los niños vienen de Marsella”, “Proceso a Jesús” y “Solo ante el streaking”. Una buena colección de “perlas”. A pesar de todo, algunas de sus primeras obras alejadas de la propaganda (especialmente sus adaptaciones) merecen la pena. Al llegar la democracia, José Luis Sáenz de Heredia fue uno de los artistas más denostados y abandonados, y razones había para ello. Sin embargo, es un director imprescindible para estudiar una etapa de nuestro cine.
A “Raza” hay que mirarla como se mira a la racista “El nacimiento de una nación” de Griffith o a las propagandísticas “El Acorazado Potemkin” de Eisenstein o “El triunfo de la voluntad” de Riefenstahl. La obra nació de una novela homónima que el propio Francisco Franco escribió con el seudónimo de Jaime de Andrade. La película fue una superproducción española (una de las películas más caras de nuestro cine –en relación a su momento-) que bebía claramente, en su estilo clásico, rimbombante, majestuoso y brillante, de las superproducciones de Hollywood. José Luis Sáenz de Heredia fue elegido para dirigirla y, tras ella, se alzó como el cineasta más respetado y rentable del régimen. Los protagonistas fueron grandes estrellas del cine de la época: Alfredo Mayo, Ana Mariscal, José Nieto… La historia, un manifiesto de la ideología franquista y una apología del levantamiento de 1936 que contiene muchas vivencias del propio Franco, es de puro infarto: dos hermanos de una familia gallega de alta alcurnia se enfrentan en la Guerra Civil y, tras muchos combates, uno de ellos, el del bando de los rojos malos, se arrepiente de los pecados que ha cometido y se sacrifica para darle la victoria al bando de los patriotas buenos. El maniqueísmo del que hace gala la cinta es insultante. En ella, los “rojos”, sucios y salvajes o fríos e inhumanos, cometen todo tipo de atrocidades (la escena del fusilamiento de los curas y el saqueo del convento es mítica) mientras que los “patriotas” son honorables caballeros que, bondadosos y a la vez severos, rectos y a la vez juerguistas, mueren por su país y por los oprimidos. Los militares y los eclesiásticos (los dos hermanos “buenos” de la familia protagonista) se enfrentan a los republicanos (el hermano “malo”) para salvar al país de las consecuencias de una mala política que justicia el alzamiento. En la película se ensalza además la muerte en la batalla como un servicio a la patria y una ofrenda a Dios. Casi nada.
“Raza”, publicitada de forma agresiva por todo el país, fue uno de los más grandes éxitos de su tiempo. Conectó con una grandísima parte del público del momento, que la llegó a calificar de "emotiva y creíble" (el público que no había perdido la guerra, claro). Creó además escuela: en las siguientes décadas llegarían exitosas historias sobre rojos malos y patriotas buenos. En la democracia las tornas cambiarían: sería el turno de los republicanos buenos y de los fachas malos. Dos versiones de la misma historia infantiles, simplistas y estúpidas. Eso sí, ambas indispensables para entender mejor el cine español y su historia.
No la he visto pero algun día he de echarle un vistazo aunque solo sea por curiosidad histórica. Supongo que aun tenemos que esperar la gran película sobre la Guerra Civil.
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Para mi la gran peli sobre la Guerra Civil existe, pero no es de un español: es de Ken Loach, "Tierra y libertad", donde se le mete la misma caña a ambos bandos. Me encanta esa peli.
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