Porco Rosso
lunes, 19 de diciembre de 2011
LUCÍA Y EL SEXO de Julio Médem - 2001 - ("Lucía y el sexo")
Tras la misteriosa desaparición de su novio Lorenzo, escritor que parecía pasar por un bache artístico que le absorvía, Lucía, destrozada por el abandono, decide dejarlo todo e instalarse en una pequeña y paradisíaca isla mediterránea. Allí vivirá sola, sin nadie, sin dolor. Sin embargo, no va a poder escapar de su pasado: diversas personas relacionadas con ella y con Lorenzo van a irrumpir en su nueva vida... Y también a regalarle muchos nuevos descubrimientos.
Julio Médem siempre me ha parecido un cineasta supersobrevalorado y, especialmente desde "Lucía y el sexo", directamente un pésimo guionista. Si bien me resulta "Vacas" una película muy destacada y "Los amantes del Círculo Polar" un bonito cuento (pedante y pretencioso, como casi todo lo de Médem, pero bonito), "La ardilla roja" y "Tierra" no me parecen precisamente maravillas (en este blog ha quedado claro). Sin embargo, el tríptico de "Lucía y el sexo", "Caótica Ana" y "Habitación en Roma" creo que es, sencillamente, infame en lo que guión se refiere (de hecho, hasta los más acérrimos fans del creador vasco criticaron -incluso con saña- las dos últimas y especialmente la segunda, la que posiblemente haya sido su mayor fracaso crítico). Todos los grandes defectos del cine de este director están ya plenamente presentes y desbocados en "Lucía y el sexo" y en las otras dos películas mencionadas. La historia que el filme de turno narra me parece una historia más de relaciones personales y de dolor humano: no es una historia maravillosa (nada que no hayamos visto antes), pero tampoco es horripilante. Con menos poesía forzada, menos simbolismos baratos, personajes que no fuesen cartones y diálogos menos pedantes y pretenciosos (y más llenos) podría haber quedado hasta bien la cosa. Hay historias simples e incluso que dicen bien poco y que sin embargo pueden cautivar o por lo menos distraer. Pero eso aquí no pasa: Médem se desmelena y el resultado es desastroso.
La poesía de "Lucía y el sexo" es forzada, como lo era la de "La ardilla roja" y "Tierra" y en parte la de "Los amantes del Círculo Polar"; es forzada porque lo inunda todo de mala manera, por acumulación, por imposición. La poesía de "Lucía y el sexo" nos dice ¡Ey, que aquí estoy yo! Barroquismo barato que todo lo empantana y lo sobrecarga. La poesía cinematográfica que tiene que llamar la atención para hacerse ver no es poesía cinematográfica, por lo menos para mi; aquí no hay delicadeza, ni sutilidad: aquí es todo por puro empacho. Lo mismo ocurre con los simbolismos de la obra.
Por otra parte, los diálogos de "Lucía y el sexo" me resultan, por lo menos a mi, terriblemente irreales de pura pedantería, pretenciosos, ñoños y cursis como pocos y lo que es peor, vacíos a pesar de toda esta pretenciosidad. Recurso muy usado por Médem y por demasiados guionistas y escritores de esta tierra: diálogos rococó para tratar asuntos vacíos o para no decir nada (porque desde mi punto de vista la quinta película de este artista no dice nada ni nuevo ni interesante en ningún plano más allá de su simple historia de relaciones humanas). Finalmente, los personajes de la cinta no me resultan interesantes en absoluto y me parecen simplones y poco originales: sus traumas son traumas completamente comunes (el escritor atascado en un bache artístico que le absorve y le destroza la vida, la mujer bondadosa y entregada herida por circunstancias que no termina de comprender, los seres que sienten culpabilidad por la muerte de una criatura inocente, los seres presos de sus pasiones sexuales desbocadas...) y el azar que los une es caprichoso hasta llegar a ser... Pues claro... ¡Forzado, cómo no! El elenco actoral de la película es bueno, pero los personajes a los que han de dar vida son flojísimos, y por eso no resultan creíbles.
Otro punto que no me resulta tolerable de "Lucía y el sexo" es su tufo "burguesito". Me explico: el dinero no importa para la mayoría de los personajes de la obra; tienen un problema emocional (de esos que tenemos todos todos los días) y se largan a islas paradisíacas a vivir la vida contemplativa. Eso tal vez pueda ocurrir en cierto mundo de clase alta que algunas personas frecuentan: la mayoría de los mortales, sin embargo, si tenemos un problema sentimental lo superamos (o no) en el mundo frustrante del trabajo diario (o del paro diario) y no podemos permitirnos los lujazos de largarnos a las primeras de cambio y dejarlo todo y vivir del aire. Lo siento, pero la variable monetaria por maldita desgracia existe en este triste mundo.
Hay cosas positivas en "Lucía y el sexo" también, eso tampoco lo voy a negar, pero creo que ni su preciosa estética ni su bonita imaginería visual ni su guión dislocado con multitud de planos de realidad bien montados y enlazados ayuda a salvar el desastre del conjunto. El quinto filme de Julio Médem es el que inaugura su peor etapa y para mi una horripilante y abismal tontería.
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Menudo mierdazo fílmico!!! Comprenderás que después de comerme esta basura no tenga ninguna gana de ver la "Caótica..." de las narices.
ResponderEliminarPasesé por mi blog, persona desagradable. Verá una entrada muy bizarra dedicada a Tintín que le va a parecer EXSELEEEENTE.
Vale, entiendo que la película no te guste y que tampoco es la mejor de Médem, pero creo que te pasas un poquito y veo hasta mala fé en la crítica, y no veo normal tampoco que, por muy mala que te parezca, esté en una etiqueta con películas como Transformers y Colombiana... Creo que Lucía y el sexo puede ser una pelúcula en parte fallida y no tan buena como era de esperar sobre todo teniendo en cuenta que Médem ha hecho cosas mejores, pero tampoco creo que deba ser hundida de esta manera porque tampoco creo que sea lo peor como la pones y hay muchas películas mucho peores que ésta.
ResponderEliminarMe decepcionó mucho el guión, muy lejos del Medem de "Vacas" o "La ardilla roja". Eso sí, la imagen de Paz Vega conduciendo la Mobylette con una teta al aire ha quedado como un ícono de nuestra cinematografía. Como la Monroe sujetándose las faldas, vamos. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarUn rollo patatero que trata ir de intelectualoide, con todos los tópicos del peor cine español, gente en pelotas y un verborrea de libro de autoayuda horrible. Paul
ResponderEliminarA mi me gustó bastante cuando la vi en cine, al menos me pareció una idea original bien llevada a la pantalla, y eso en el generalmente soporífero panorama cinematográfico nacional es de agradecer.
ResponderEliminarUn saludo
Hace años esta película me gustaba bastante, pero también hace muchos años que no he vuelto a verla y la idea que tenía sobre ella se ha ido diluyendo... algún día me la pondré de nuevo y volveré a tener una opinión, porque ahora mismo ya solo recuerdo que me gustaba.
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