Porco Rosso
miércoles, 12 de septiembre de 2018
RAMBO: ACORRALADO PARTE II de George Pan Cosmatos - 1985 - ("Rambo: First Blood Part II")
John Rambo recibe de su amigo el Coronel Trautman la oferta de trabajar en una misión que podrá librarle de su pena de prisión: volver a Vietnam para investigar sobre el terreno y comprobar si todavía quedan en el país prisioneros de guerra. Únicamente tendrá que hacer una cosa: fotos de los lugares en los que se infiltre. Rambo acepta y en la selva conoce a Co Bao, una chica guerrera a la que se une. Algo sale mal sin embargo y ambos se encuentran atrapados y rodeados por vietnamitas y rusos. Sólo les queda una salida: luchar.
El italiano George Pan Cosmatos es un irregular director de obras de variados géneros sin una personalidad asentada. Su carrera se mueve entre títulos solventes y horripilantes bazofias y entre grandes éxitos comerciales y tremendos fracasos. Muchas de sus primeras creaciones resultaron ser interesantes propuestas. Su filmografía fue perdiendo calidad con el paso de los años (aunque de vez en cuando, como ocurrió con la buena Tombstone, ha levantado ligeramente el vuelo). Se compone del filme bélico Muerte en Roma, del buen thriller El Puente de Cassandra, del nuevo bélico de acción Evasión en Atenea, el filme de terror De orígen desconocido, de los horrendos filmes de acción Rambo. Acorralado II y Cobra, del nuevo filme de terror Leviathan, del western Tombstone y del nuevo thriller Conspiración en la sombra.
Con Rambo. Acorralado II la esencia del soldado desheredado, hastiado y atormentado de Acorralado se pierde durante más de veinte años (hasta la llegada de John Rambo) para dejar paso a un bochornoso personaje ultrapatriótico y trasnochado que ha vuelto al campo de batalla y que lucha contra vietnamitas y rusos malísimos. Stallone vuelve a darle vida, aunque ahora retorna como he dicho a Vietnam, en donde ha de rescatar a un grupo de prisioneros, enfrentarse a los mencionados vietnamitas y rusos y, además, parar los pies a militares norteamericanos corruptos. El argumento del filme es éste, y su desarrollo es una mera excusa para desatar una interminable cascada de escenas de acción y, de camino, hacer una exaltación del patriotismo y del orgullo militar de Rambo y de su amigo el Coronel Trautman, dos guerreros íntegros que no se venden a nadie y que nunca se rinden. La película está claramente destinada a redimir de alguna forma el desastre estadounidense en Vietnam. Queda bien claro que esa guerra fue un error y un fracaso, pero ni se deja de diabolizar a los mencionados vietnamitas y rusos (los villanos de esta entrega son tan tópicos y estereotipados que dan risa) ni se deja de glorificar al ejército, que realiza un papel de salvador de la paz, cosa que no venía nada mal en la Guerra Fría. Por otro lado, queda bien visible el hecho de que los norteamericanos lo hicieron muy mal en este país oriental pero igualmente se deja claro que los rusos lo hacen mil veces peor.
Rambo. Acorralado II únicamente puede ser disfrutable de una manera: centrándose en el entretenimiento que ofrecen sus escenas de acción, frenéticas, espectaculares por todo lo alto y ya totalmente inverosímiles muchísimas de ellas. Claro que la sola calidad de esta acción no es suficiente para levantar a toda una película que por momentos es hasta cómica de manera involuntaria. Fue una lástima que se perdiese al John Rambo outsider de Acorralado, pero todavía fue más triste el hecho de que el John Rambo de esta cinta y de la posterior y aún más horrenda Rambo III se instalase en la memoria colectiva de tal manera que el original fuese casi olvidado. Rambo. Acorralado II fue otro de los más grandes éxitos comerciales de su década y, en su año, se llevó cuatro Razzies (Peor película, Peor actor protagonista, Peor guión para el propio Stallone y para un James Cameron no muy lúcido en esos momentos- y Peor canción Peace in our life-).
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