Porco Rosso

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lunes, 10 de septiembre de 2018

LA MONJA de Corin Hardy - 2018 - ("The Nun")


1952. En un apartado monasterio de las profundidades de Rumanía, una monja se ha suicidado y han ocurrido extraños hechos inexplicables que preocupan a los lugareños. El Vaticano ha enviado allí al padre Burke, experto en posesiones, y a la hermana Irene, una prometedora novicia a punto de jurar sus hábitos, para que investiguen lo que ocurre. Están a punto de descubrir un mal terrible...


La saga de "Expediente Warren" ya había dado muestras de un claro agotamiento, especialmente con "Annabelle: Creation", pero hasta ahora tampoco ninguna de sus tres secuelas ("Annabelle", "Expediente Warren: El Caso Einfield" y la mencionada secuela de la primera) había resultado horripilante como sí que ya lo es la cuarta, ésta bazofia llamada "La Monja". Insisto siempre: no me importa que me pasen la gorra, pero por favor, que me la pasen con algo que por lo menos sea medianamente digno. No me importa que hagan mil secuelas y spin-offs de todos los espíritus malignos que aparezcan de pasada en la saga madre, de verdad que no, pero sí que me molesta que me la cuelen por la escuadra en cosas infames como ésta. Miren que Corin Hardy había debutado dirigiendo "The Hallow", una película de terror más o menos apañada. Pero aquí no hay manera. "La Monja" no tiene puto sentido. La trama hace aguas sin parar: va de un lado a otro, errando sin razón de ser, cometiendo incoherencias sin descanso, metiendo gilipolleces a diestro y siniestro y con un ritmo que va a trompicones. No sabemos por qué pasan las cosas, no sabemos por qué los protagonistas van y vienen a los sitios o por qué hacen lo que hacen y todas sus resoluciones son precipitadas y gratuitas (lo de la sangre de Jesucristo es para mear y no echar gota de la risa, en serio: de ridículo exremo).


Un cura experto en casos extraños y en pillar a espíritus malévolos y peligrosos enviado por el propio Vaticano cae en una trampa tras otra (para matarlo: vaya mierda de cura experto, en serio, es que no puede ser más tonto). Una monja joven que todavía no ha probado su fe sobrevive a otras que llevan toda la vida dedicadas a combatir el mal enclaustradas de clausura y aquí no pasa nada. Ah, sí, y hay por ahí un chico franco-canadiense que no se sabe muy bien qué hace en un pueblo perdido de Rumanía pero que también combate al mal. El mal, por cierto, es idiota: puede matar a los protagonistas mil veces, pero se hace el longui y se limita a lanzarlos por los aires. Muy bien. Por cierto que el toque de comedia que adquiere la película al final y por la cara es de vergüenza ajena, y las conexiones con la saga son forzadas no, lo siguiente. "La Monja" es un desastre de película, un truño de los grandes, de los hediondos. Ya metieron la pata a lo bestia en la saga.


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