Porco Rosso
domingo, 16 de septiembre de 2018
HERMOSA JUVENTUD de Jaime Rosales - 2014 - ("Hermosa juventud")
Corren los peores años de la crisis económica. Natalia y Carlos son dos jóvenes que viven en Madrid y que están muy enamorados. A pesar de que sus familias están rotas, de que no tienen estudios ni dinero, de que sólo encuentran trabajos esporádicos y precarios, tratan de ser lo más felices que pueden ser compartiendo el tiempo juntos o saliendo de fiesta con sus amigos. Un día, algo inesperado ocurre... Natalia se queda embarazada...
Tras una década de crisis económica, las películas españolas sobre este periodo tan duro y oscuro se pueden contar con los dedos de las dos manos. No lo entiendo, sinceramente. Siempre me he quejado de que se va a retratar la Gran Recesión cuando haya terminado del todo en nuestro cine, y entonces ya una película sobre ella no va a tener el poder crítico que debería tener. Jaime Rosales, por suerte, es una excepción. Ya lo hizo con el terrorismo de ETA y en 2014, en los peores años de la susodicha crisis, nos regaló una de sus mejores películas: "Hermosa juventud". En su estilo distanciado habitual, insertando imágenes de otros medios (en este caso vídeos y aplicaciones de los teléfonos móviles) que le otorgan a todo un aire de documental veraz y fresco, nos narra una historia común que hemos conocido o vivido todos durante esos terribles años que van, especialmente, desde 2011 al mismo 2014, los peores sin duda de la maldita crisis. Una pareja de jóvenes aplastados por la falta total de oportunidades, sin dinero, sin trabajo, se ven de repente esperando una niña. Todo se termina de desmoronar. Familias rotas, padres en paro, jóvenes sin estudios, hermanos "ninis", trabajos de mierda, picaresca, hastío... Todo lo retrata Rosales con un ojo agudo que duele de verdad, que nos lleva a lo peor de la negrura de aquellos años del principio de la década de los rescates económicos, de los ataques al euro y de la desesperanza total. El director sabe captar toda la atmósfera, todo el agobio de la pobreza, de la caída de la clase media, del pasotismo como única salida, de la transformación de jóvenes llenos de vida en zombies que pasan por la existencia sin esperar nada.
"Hermosa juventud", de bello y revelador título, es una joya del cine español. No solamente por atreverse a dibujar una realidad que sistemáticamente se ha ido dejando de lado por una grandísima parte de nuestros directores (insisto: desconozco por qué) en pleno 2014, cuando la recuperación todavía era prácticamente un suspiro y cuando el descontento estaba en lo más alto (y se gestaba una crisis política consecuencia de todo esto de la que todavía no hemos salido), sino porque además consigue conmovernos, angustiarnos, destrozarnos con esta historia de amor tan terrible y tan conocida, tan cotidiana. Jaime Rosales es uno de nuestros valores más valientes y comprometidos. Su cine social es cine social de verdad: no llega a destiempo ni trata de hacer pasar por social, valga la redundancia, lo que es ya histórico. El mes que viene estrena su siguiente película, "Petra". Ansioso estoy por verla.
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