Emilie es la jefa de recursos humanos de Esen, una multinacional de París. Es una mujer fría y sin escrúpulos que ejecuta en la sombra el plan de sus jefes: aburrir y acosar a los trabajadores de los que se quieren deshacer para que caigan en una depresión y ellos mismos dejen la empresa. Un día, algo inesperado y terrible ocurre: uno de estos empleados acosados se suicida lanzándose desde la ventana de su oficina...
Una de las más grandes lacras del mundo moderno es posiblemente el "mobbing", el acoso laboral, que, para colmo, se ha disparado a niveles alarmantes durante los años de la última crisis económica. El francés Nicolas Silhol ha debutado en la dirección de largometrajes con un filme que trata este lamentable asunto: "Corporate". Un filme excelente, por cierto, que mete el dedo en la llaga pero que explora también las soluciones para combatirlo sin quedarse en la mera descripción del despreciable acto. La propia película comienza diciendo claramente que la historia que narra es inventada, pero que el procedimiento que pone en la picota es totalmente real. Una espléndida Céline Sallette da vida a una jefaza de recursos humanos de una gran empresa que es la mano en la sombra que ejecuta los dictámenes de sus superiores, consistentes en aburrir, acosar y maltratar de forma brutal pero a la vez sutil a los trabajadores para que ellos mismos caigan en la depresión y presentan su dimisión. Esta mujer no tiene escrúpulos de ningún tipo y ordena de forma sibilina las vidas de sus víctimas. La cosa se le va de las manos cuando uno de los acosados se suicida, y a partir de esta premisa Silhol elabora un potente "thriller empresarial" con ritmo, que siempre mantiene el interés y que indigna sin cesar con la exposición cruda de unas prácticas y unos procedimientos que están presentes en demasiadas empresas y que demasiadas veces suelen ser pasados de largo.
La vida de la protagonista se descoloca por completo, y ella misma sufre, además de la culpabilidad, el acoso en sus propias carnes. "Corporate" es un filme duro, incómodo, y tristemente reconocible para muchas personas. No se corta un pelo en su denuncia, y, como he dicho, presenta formas de combatirlo (en Francia, su país). No se resigna, pero tampoco hace demagogia, lo cual es muy de agradecer. La ambientación aséptica, fría, de oficina funcional y gris, está conseguidísima, y el desarrollo de los personajes, en especial el de la protagonista, es ejemplar. Cuenta la película, además, con lúcidas sorpresas en su desenlace, agridulce pero potente, esperanzador a pesar de todo. "Corpotate" es un filme necesario; muy necesario. Es un grito frontal, directo, pero a la vez nada efectista, contra uno de los mayores males que sufre la sociedad moderna. Extremadamente recomendable.
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