Porco Rosso
miércoles, 6 de junio de 2018
LA VIDA DE BRIAN de Terry Jones - 1979 - ("Monty Python's Life of Brian")
Brian Cohen es un joven de Judea, idealista, que lucha contra la ocupación romana y que tiene relaciones con miembros de partidos políticos rebeldes. Una serie de equívocos le llevan a meterse en líos muy delirantes. Por haber nacido el mismo día, a la misma hora y en el mismo lugar que un nuevo y famoso profeta llamado Jesús de Nazaret, va a ser confundido con él tanto para bien como para mal y su vida se va a transformar en un caos demencial.
Me da mucha pena que los Monty Python hayan tenido una vida juntos relativamente corta y que solamente hayan realizado tres películas. De ellas, mi preferida y la que considero más redonda es sin ninguna duda "La vida de Brian". Si en "Los Caballeros de la Mesa Cuadrada y sus locos seguidores" parodiaban las aventuras del Rey Arturo, aquí hacen lo propio con la misma vida de Jesucristo. Y el resultado es no solamente desternillante, sino magistral. Fue un éxito de taquilla brutal y fulminante, y ha sido consideraba como una de las mejores comedias de todos los tiempos, en Inglaterra y fuera de ella, y, como curiosidad, fue financiada por George Harrison, el ex Beatle, porque la EMI se echó atrás días antes del inicio del rodaje al considerar su guión "sacrílego y obsceno". "La vida de Brian" es una de las sátiras políticas y religiosas más bestiales y despiadadas que se han realizado nunca. Basándose en los capítulos de los Evangelios sobre la pasión de Cristo que todos nos conocemos, se retrata la lucha de poder político entre facciones enfrentadas donde se ponen a parir tanto a las derechas como a las izquierdas y sus dogmatismos, sus exigencias de fe ciega, sus sectarismos, su adoctrinamiento irracional y sus luchas internas por discrepancias teóricas (inolvidables todos los gags de los Frentes Populares) que les acerca peligrosamente a las grandes religiones fanáticas y multitudinarias. No se libra nadie: ni los opresores ni los oprimidos, ni los imperialistas ni los rebeldes, ni los políticos ni el pueblo llano. Los Monty Phyton, dando vida a todos los personajes, destripan y despiezan sin piedad ninguna a la sociedad de su momento, que por desgracia no ha cambiado prácticamente nada desde finales de los años setenta.
Todo, por supuesto, con los anacronismos habituales, con frases adaptadas a un latín muy delirante y con un humor negrísimo, que no hace concesiones a nada ni a nadie, pero que nunca deja tampoco de ser inteligente e irónico. Escenas inolvidables: todas. Y los escenarios, totalmente conseguidos, con esa cutrez que representa mejor lo que tuvieron que ser en su momento pero llenos también de estos anacronismos que les hacen únicos. Y la banda sonora igualmente es impagable, con ese grandísimo tema a la cabeza que es "Always Look on the Bright Side of Life", escrita por Eric Idle, la cual en el contexto en el que se ubica en el filme es verdaderamente desternillante y sobrecogedora, y que ha sido utilizada como himno desde entonces en multitud de eventos públicos o anuncios publicitarios.
"La vida de Brian" fue polémica, muy polémica. En Reino Unido lo fue mucho, pero es que en ciertos países entonces de tradición cristiana más cerrada como Noruega o Islandia fue directamente prohibida. En los Estados Unidos solamente se estrenó en unas doscientas salas de todo el país, y fue objeto de bastantes protestas, algunas a las puertas de los propios cines que la proyectaron, por parte de asociaciones y grupos tanto cristianos como judíos. Hubo incluso programas televisivos de la BBC en los que varios miembros de los propios Monty Phyton asistieron para defender su película contra los moralistas de siempre (no tan diferentes de los de hoy en día) que querían prohibirla y denigrarla. Por suerte, como suele ocurrir tantas veces con estos casos, los intentos sucesivos de estos moralistas de atacar al filme y la censura en algunos países obtuvieron el efecto contrario: "La vida de Brian" rompió las taquillas y siguió arrasando para siempre en las televisiones y en los formatos domésticos. Película legendaria, imprescindible, interpretada maravillosamente por estos cómicos impagables, hoy tiene el lugar de culto que siempre se mereció. Obra maestra total y absoluta.
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Salvando la escena del ovni, una película esencial que retrata salvajamente todas las contradicciones políticas y sociales habidas y por haber.
ResponderEliminarSaludos.