Porco Rosso
viernes, 13 de abril de 2018
STAYIN ALIVE. LA FIEBRE CONTINÚA de Sylvester Stallone - 1983 - ("Stayin Alive")
Hace seis años que Tony Manero ha dejado Brooklyn para instalarse en Broadway, en donde lucha, diariamente, por hacerse un hueco como bailarín profesional y actuar en las tablas de los grandes escenarios. Mientras, trabaja como camarero en un club e instructor de baile para poder mantenerse. La vida Tony, aunque parece haber mejorado, sigue siendo difícil, y el camino hacia el éxito es tremendamente duro e incierto.
Hay secuelas que joden. Que joden mucho. "Stayin Alive. La fiebre continúa", la de "Fiebre del Sábado Noche", es una de ellas. Perpetrada por el Sylvester Stallone director entre "Rocky III" y "Rocky IV", es una secuela tardía, innecesaria y absolutamente vomitiva. Especialmente, porque no tiene nada que ver con su antecesora. Ni en estilo, ni en mensaje. "Fiebre del Sábado Noche" era una película muy dura, de perdedores, que hablaba sobre el lado oscuro del Sueño Americano. Esta bazofia, de repente, parece un concurso de baile de televisión. Un Tony Manero irreconocible (con mayas y un peinado ochentero horroroso, muy propio de la primera mitad de esta década estéticamente tan discutible) está ahora en Broadway preparándose para triunfar en los grandes escenarios mientras trabaja en empleos basura. El toque de perdedor barato del empleo basura no vale: este no es nuestro Tony Manero. Es un bailongo molón que ahora se trata de mover en altas esferas y fin. El personaje ha sido desfigurado en todos sus aspectos: los físicos y los psicológicos. Su esencia, a la puta basura. Ya solamente por eso, como secuela "Staying Alive" apesta. Pero es que encima, los secundarios dan puta pena, y los pocos quedan de la primera parte están igualmente desfigurados. La trama es una cutrería escrita por el peor Stallone que también desvirtúa, como he dicho, a la primera entrega. Olvídense de cualquier retrato social imaginable: esto es una película de superación americanita y punto. Y para colmo, es aburrida, porque el ritmo es malo y el interés de la historia inexistente.
Y John Travolta, por cierto, ya no tiene ni carisma ni gracia ninguna: parece que está haciendo esta segunda parte a regañadientes, pensando en cobrar y en pirarse a su casa. Incluso los números musicales de turno han perdido calidad, aunque la banda sonora sí que se salva algo (pero igualmente no le llega ni a la suela de los zapatos a la inolvidable del filme de 1977). Curiosamente, esta película fue un gran éxito de taquilla instantáneo, aunque la crítica la vapuleó sin piedad y hoy en día está considerada como una de las peores secuelas de la historia del cine en todas partes. Imagino que esto hizo que nunca se llegase a hacer una tercera, a pesar de la recaudación. Con el tiempo, además, ha ido siendo olvidada y hoy en día hay incluso muchas personas que desconocen por completo que "Fiebre del Sábado Noche" tuvo una secuela en 1983. Desastrosa porquería que nunca tendría que haber existido.
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