LA FORMA DEL AGUA de Guillermo del Toro - 2017 - ("The Shape of Water")

1962. Plena Guerra Fría. Elisa Expósito es una joven muda que trabaja como limpiadora en un laboratorio del gobierno en Baltimore. Su día a día transcurre monótono entre el trabajo y su casa y las visitas a su vecino Giles, pintor, que es además su mejor amigo. Pero su vida está a punto de cambiar... Va a hacer un descubrimiento asombroso.

Guillermo del Toro siempre me ha parecido un director muy irregular. Buenas ideas mal explotadas, películas interesantes con finales fallidos y algunos sonados bodrios componen su filmografía, casi siempre preciosa en lo estético pero con guiones que demasiadas veces dejan mucho que desear. Por suerte, esto ha cambiado. No sabemos si este cambio se perpetuará, pero "La forma del agua", su última película, es una obra maestra, una maravilla. Por fin ha cuadrado un guión casi perfecto (tiene algunas lagunas, pero se perdonan), por fin ha redondeado bien a casi todos los personajes, por fin ha creado una estética perfectamente adecuada a lo que cuenta, por fin ha clavado los diálogos y el equilibro entre drama, humor y brutalidad y, por fin, y esto es muy importante, ha sabido terminar bien una trama sin cagarla o sin precipitarse y hacer un refrito cutre como desenlace. Todo en esta película es formidable. La historia es original y juega bien con todas sus bazas, la narración es la adecuada y el ritmo el idóneo, los homenajes son sentidos y bellos, la ambientación ideal, las escenas de intimismo ponen los pelos de punta, la acción la justa y necesaria y bien representada, y la combinación de elementos fantásticos y realistas y de diversas fuentes visuales es redonda. Y Sally Hawkins está soberbia. Inmensa. Inolvidable. De ejemplo de escuela de intérpretes. Frágil y dura, amable y decidida, sensible y valiente: lo borda. Y muy bella. Y Michael Shannon la complementa de forma extraordinaria y borda a villano de matrícula de honor que vuelve a demostrar una vez más lo grandísimo actor que es. Y los secundarios todos geniales y llenos de carisma. Y los mensajes a favor de la diferencia, contra el especismo, el machismo, el racismo y la homofobia, directos y lúcidos. "La forma del agua" tiene escenas para el recuerdo, y se ha llevado premios merecidos y críticas buenas incluso de parte de algunos conocidos "haters" de poca apertura mental. Es la mejor obra de Guillermo del Toro hasta la fecha, y con diferencia, y ya tiene un lugar seguro en el podio de los clásicos del cine fantástico. Guillermo, espero que sigas en este camino ya para siempre.