Porco Rosso
sábado, 30 de diciembre de 2017
LOS CABALLEROS DE LA MESA CUADRADA Y SUS LOCOS SEGUIDORES de Terry Jones y Terry Gilliam - 1975 - ("Monty Phyton and The Holy Grail")
El Rey Arturo y sus caballeros han recibido un encargo divino: encontrar el Santo Grial. Por eso, recorren Inglaterra y, de camino, deshacen o rehacen entuertos y se enfrentan a toda clase de enemigos, desde otros caballeros como ellos hasta soldados franceses pasando por brujos terribles, campesinos revolucionarios o bestias monstruosas.
A estas alturas no hace falta presentar, creo, a los Monty Phyton, uno de los grupos de humoristas más importantes, personales y geniales de la historia, con una carrera juntos que pienso que fue, por desgracia, demasiado corta. Su programa de televisión, "Monty Phyton's Flying Circus", que estuvo en antena desde 1969 a 1974, es impagable y toda una referencia del género, al igual que las únicas tres películas que dirigieron. En 1971 estrenaron, para las grandes pantallas, "Se armo la gorda", que es realmente su primera producción de este tipo, aunque era una colección de sus mejores gags, ya vistos en la pequeña pantalla, y no una película como tal. "Los Caballeros de la Mesa Cuadrada y sus locos seguidores", de 1975, fue su debut real, dirigido por Terry Jones y Terry Gilliam, dos de sus miembros. En ella, se pasaban por el forro toda la mitología artúrica y se liaban a aberrarlo todo con su sentido del humor absurdo, desprejuiciado, anacrónico y social. Porque, aunque sería "La vida de Brian" la que se llevaría la palma en este aspecto, uno de los toques clásicos de los Monty Phyton es el consistente en hacer sátira social de los problemas e hipocresías contemporáneos basándose en aspectos coloquiales de otras épocas. Aquí no dejan títere con cabeza. Se burlan del epicismo patriotero inglés, del acento de los franceses, de las revoluciones de postín, del clasismo, del "postureo", de las religiones, de las superproducciones cinematográficas y hasta de ellos mismos. Y a veces, lo intercalan todo con escenas que son puramente absurdas, sin sentido ninguno, pero que son del todo desternillantes. Los actores son ellos, que están espléndidos en sus papeles chorras, y los efectos especiales conscientemente lamentables, los escenarios cutres impostados y los estupendos y carismáticos segmentos animados terminan de redondear una inolvidable parodia de unos maestros del humor como no ha habido otros.
Sí que el filme tiene algunos momentos en los que llega a ser algo desequilibrado: hay gags que son menos efectivos que otros y algunos que duran demasiado, y todo esto hace que a veces el ritmo del conjunto llegue a ser abrupto. Pero no, esto no lastra un ápice su capacidad cachonda e infinita de hacer reír, de divertir, y de destripar de paso los convencionalismos de una sociedad llena de valores tontos, de tradiciones idiotas y de injusticias. "Los Caballeros de la Mesa Cuadrada y sus locos seguidores" es comedia de diez, de la más personal, y el debut histórico de este gran grupo de cómicos al que se echa tanto de menos.
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