Simon y Robyn son un matrimonio que se muda desde Chicago a Los Angeles, en donde él ha encontrado un prometedor e importante puesto de trabajo. Allí, se instalan en un barrio residencial y en un chalet con todas las comodidades. Un día, mientras están de compras, se encuentran de casualidad con Gordon Moseley, un compañero de la secundaria de Simon, que muy amablemente se ofrece a ayudarles con todo lo que necesiten. Pronto, les envía regalos. Pronto, también, les invita a cenar a su lujosa casa. Hay algo en Gordon que pone nervioso a Simon... Algo oscuro del pasado común de ambos.
¿Están hartos de thrillers cotidianos con finales absurdos con carreras por pasillos y truculencia gratuita? ¿Están cansados de películas sobre vecinos extraños y "malrolleros" que empiezan de puta madre y terminan con festivales de tópicos infames? ¿Están hastiados de producciones que parecen telefilmes de sobremesa sobre psicópatas supuestamente realistas que son más falsos que un euro británico? Si han respondido afirmativamente, "El regalo" es su película. El actor australiano Joel Edgerton debuta en la dirección de forma muy prometedora con este filme que... Sí, narra la historia de una pareja normal y corriente que al mudarse a un nuevo hogar se topa con un viejo compañero de escuela del marido y que, muy cordial y encantador aunque un poco raro al principio, termina resultando para ambos extraño e inquietante y, cómo no, sugiere tener ocultos secretos chungos. Sí, la cosa a priori tiene mala pinta: apesta a cutrez de domingo a las cuatro de la tarde. No se engañen: "El regalo" es todo menos eso. Es, por fin y de una maldita vez, un thriller cotidiano realista, lleno de verosimilitud, alejado de efectismos baratos y sobre todo de soluciones dramáticas de andar por casa. El filme narra el reencuentro de dos viejos compañeros de colegio de la infancia y cómo uno de ellos, al parecer el marginado de la clase, resulta ser cada vez más inquietante para el otro, que era uno de los populares. Peeeeeeeeeeero... Todo lo que narra es perfectamente creíble: es una historia que nos podría ocurrir a cualquiera y en la que todos nos podemos reconocer claramente, en un lado o en el otro de la balanza. Y, sobre todo, es una historia que esconde mucho más que una supuesta venganza: es una alegoría sobre las relaciones entre la infancia y la edad adulta, sobre el mundo estratificado ensayo del que vendrá en el futuro que son los patios de los centros escolares, sobre cómo nuestros primeros años de vida nos predestinan a ser parte de una jerarquía social en la que prima la fuerza o la influencia y sobre cómo la visión de una realidad puede ser manipulada por los individuos más despreciables e hipócritas.
"El regalo" habla de falsedad, de la cultura del trepar por encima de los demás, del bullying y del mobbing (ambos lo mismo en épocas vitales diferentes) y de cómo el paso del tiempo, con un poquito de ayuda humana, es capaz de poner a cada cual en su sitio. Todo está perfectamente llevado, con intriga y suspense, por Edgerton, que atrapa al espectador, que nunca sabe qué puede pasar (y aquí además de verdad). Quitando algún susto comercial absurdo, "El regalo" es puro realismo, seriedad ante todo, y con un contenido como he dicho profundo y lleno de revelaciones que van sumando y sumando. Su desenlace podrá gustar más o menos, pero sorprende, desde luego, y mucho, y además se aleja de todos los topicazos a los que he hecho referencia al principio de la reseña, de los cuales estamos ya muy hartos. Finalmente, no puedo dejar de elogiar la gigantesca labor que hacen los dos protagonistas principales del filme: Jason Bateman y el propio Joel Edgerton; sin sus actuaciones y sin su enrarecida química la película tal vez habría fallado (Rebeca Hall creo que está bien, pero estos dos caracteres la eclipsan por completo). No se pierdan "El regalo", uno de los mejores thrillers recientes, un valor atípico en un género (el de las invasiones de hogares) que suele vivir a golpe de guiones típicos, efectistas y repetidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario