Porco Rosso
miércoles, 28 de junio de 2017
BLUE JASMINE de Woody Allen - 2013 - ("Blue Jasmine")
Jasmine es una mujer de la clase alta neoyorquina que lleva una vida de lujos constantes junto a Hal, su marido, un rico financiero, y junto a su hijo. Su existencia de derroches y de esnobismo, sin embargo, está a punto de terminar abruptamente... Hal es un estafador y un corrupto y sus secretos van a salir a la luz de una forma totalmente inesperada... Nada va nunca a volver a ser lo que era para Jasmine.
Y después de un rollazo impropio de él como "A Roma con amor", Woody Allen vuelve a darnos otra película maravillosa y una de las mejores de su producción de estos últimos años. Así parece haberse asentado ya, en la de cal y en la de arena. Pero bueno, se le puede perdonar a alguien que lleva tantas décadas a película por año y que todavía es capaz de sorprendernos. "Blue Jasmine" es una de sus obras más redondas con diferencia. Retrato brutal y despiadado de la crisis económica global de los últimos años, se centra en la figura de Jasmine, la mujer que da nombre al filme, que ve de un día para otro destrozada su vida de lujos. Jasmine, una impresionante Cate Blanchett en el que es uno de sus papeles clave, una de las grandes cumbres de su carrera, da vida a a esta mujer, caprichosa, maleducada, mediocre, de moral aleatoria e interesada, egoísta, desconsiderada y esnob que se ve obligada a trabajar en un trabajo cualquiera, como todo hijo de vecino, después de que su rico marido, el que la mantenía nadando en la abundancia desmedida, sea pillado con corruptelas (algo que nos suena tristemente desde 2008 de verlo casi a diario en todas las noticias en montones de países). Ella es uno de esos ejemplos tremendos pero reales de esas personas que se creían superiores a los demás y que la crisis de una forma u otra puso "en su sitio". Ahora, le toca desandar el camino y buscarse el pan, y ello la sume en una crisis vital que se extiende ya a todos los ámbitos de su vida. Los personajes que la rodean no son tampoco maravillosos, y son todos también víctima de la mencionada crisis, que ya es de valores también, de una forma u otra: su marido es un ladrón de chaqueta y corbata trepa e inhumano, su hermana es una mujer rota y sin autoestima que se deja maltratar por cualquier patán que aparece en su vida, las parejas de esta hermana son o bien unos mentecatos inútiles e irresponsables o directamente unos maltratadores con todas las letras, el dentista que contrata a Jasmine es un acosador gilipollas, su nuevo novio un cabrón manipulador y hasta el hijo de la protagonista es un desagradecido que solo mira por su culo y que abandona a su madre en el peor momento.
Pocas películas tienen una galería de seres tan despreciable como "Blue Jasmine", que cuenta con unos diálogos oscuros y descorazonadores, con gags crudos y crueles y con giros de guión que son puñetazos en el estómago sin miramientos. Y es que nadie se libra de la criba: ni las clases altas y esnobs, a las que Woody Allen ha despellejado desde siempre (y que aquí ya ni siquiera son intelectuales, sino que pertenecen a la peor estofa mental de la alta sociedad), ni las clases bajas, a las que retrata como presas de una mediocridad endémica de la que, crisis económicas aparte, no parecen ni siquiera querer salir. "Blue Jasmine" es una de las películas más desasosegantes del gran director neoyorquino, y una de esas que han de ser reivindicadas sin parar, especialmente en su última etapa, que hemos comentado que va saltando entre lo mejor y lo peor. Un puñetazo en la cara sin ninguna piedad de un retrato social tremendo con un desenlace que además pone los pelos de punta. ¡Este sí que es mi Woody de siempre! ¡Y viva, viva y viva Cate Blanchett!
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