Porco Rosso
viernes, 12 de mayo de 2017
UN ITALIANO EN NORUEGA de Gennaro Nunziante - 2016 - ("Quo vado?")
Checco Zalone es un funcionario de una pequeña ciudad de provincias holgazán y machista que se dedica a no hacer nada en su trabajo y que, teniendo dinero, vive con sus padres porque se lo dan todo hecho. Su madre y su novia, con la que no tiene pensamiento de comprometerse siquiera, son sus esclavas: todo se lo ponen por delante y lo tratan como a un bebé. Por desgracia, las cosas van a cambiar para él: a causa de la crisis económica y de los recortes, la administración le va a tener que trasladar hasta que todo se calme... Y los destinos posibles no son precisamente atrayentes. Empieza un infierno delirante para Checco.
El director y actor italiano Gennaro Nunziante tiene en su filmografía hasta ahora cuatro películas, todas centradas en la comedia, su género hasta ahora predilecto, y todas protagonizadas por el actor y cómico Checco Zalone: "Cado dalle nubi", "Che bella giornata", "Sole a cantinelle" y "Un italiano en Noruega".
"Un italiano en Noruega" ha sido la última gran sensación del cine de Italia. Ha arrasado en las taquillas y se ha convertido en uno de los éxitos más rentables del país de los últimos diez años. Tanto, que ha acabado exportándose a otros países como España. Y bueno, a mi me ha parecido una comedia terrible. La gracia general está, una vez más, en equiparar el norte y el sur, esta vez en equiparar Italia y Noruega, al más puro estilo "Bienvenidos al Norte", "Bienvenidos al Sur" u "Ocho apellidos vascos". Parece que esto es lo que triunfa a nivel cómico en Europa últimamente. La cosa realmente, bien tratada, da para buenos gags, pero lo cierto es que, salvo algunas críticas sociales apañadas que el filme contiene, el resto son lamentables. El protagonista es un funcionario parásito estereotipado hasta la náusea y todos los secundarios son tópicos con patas. El humor se basa en exagerar a lo bestia la labor del funcionariado italiano y su supuesta vagancia y en comparar todo el rato a Italia, vista como un nido de catetos salvajes, con los países escandinavos, donde todo es limpieza y civismo exquisito. Todos los chistes son de trazo grueso, casi todo es zafiedad bruta y regodeo en una especie de endofobia chauvinista made in Italia que lo mismo dice que la pasta es la mejor comida del mundo que lo mismo dice que en el país de los romanos todo se hace como el culo. Y mientras tenemos la historia de amor habitual: una tipa interesante y sensible se acaba enamorando de un merluzo insoportable y creído de sí mismo por la puta cara. Como he dicho, el filme tiene algunas críticas sociales apañadas, especialmente en su primera parte: retrata a un país esquilmado por la crisis económica que llevamos padeciendo desde 2008 donde hay una falta de oportunidades bien visible para los licenciados y donde los trapicheos entre administraciones gubernamentales están a la orden del día. También hay una crítica al machismo: el protagonista explota a su madre y a su novia de una forma repugnante. Por desgracia, todo esto acaba por los suelos debido a un desenlace totalmente conservador y "buenista" hasta decir basta. Típico de las comedias comerciales de casi cualquier país el hacer un discursito alabando el formar una familia y el sentar la cabeza. Creo que no sólo es de una ranciedad infame, sino que encima, como he dicho, se carga toda la crítica social anterior. En fin, "Un italiano en Noruega" se podría llamar "Ocho apellidos italianos" u "Ocho apellidos noruegos" y la definición estaría clavada. No vale la pena.
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