Cae la noche en Seúl y los alrededores de su estación central se convierten en un hogar improvisado para los mendigos y los vagabundos de la ciudad. Allí va a parar un viejo que parece estar muy enfermo y al que poca gente hace caso. Este viejo, que sangra por el cuello y que parece estar perdiendo el control cada vez más, está a punto de desatar una pandemia misteriosa y terrible...
El año pasado, como comenté en la anterior entrada, el surcoreano Yeon Sang-ho dirigió dos películas de zombies complementarias: la primera, de imagen real, fue la genial "Train to Busan", y la segunda, esta "Seoul Station", precuela argumental de aquella y que hoy comentamos, fue de animación. Labor encomiable el encargarse de ambas a la vez. Puede que este filme sea, hasta ahora, el menos notable de este realizador que ya se ha ganado un lugar indiscutible entre las nuevas promesas del cine de su país. La comparación con su hermana de saga y con dos peliculones de la talla de "The King of Pigs" y "The Fake" es odiosa, pero es que estas tres obras son absolutamente magistrales, por lo que también la juzgo, aunque sea inevitable tal vez, injusta. "Seoul Station" narra el comienzo de la pandemia zombie que azota a los protagonistas de "Train to Busan", aunque se trata todo de una historia independiente con otros personajes. La animación resulta un tanto brusca a veces, como resultaba la de los dos primeros filmes del autor, pero esto favorece a unos zombies que se mueven de forma abrupta y que consiguen su labor de poner en jaque al espectador y crearle el desasosiego esperado. El resto, está lleno de detalles, y su simpleza y su trazo fino y ágil, realista, es el adecuado para el relato. La trama es más intimista que la de su antecesora de saga, y se centra más en un reducido grupo de protagonistas y en sus relaciones personales. "Seoul Station" se parapeta mucho más en el terror que en la acción, al contrario de lo que hacía "Train to Busan", y eso hace que ambos filmes, diferentes en lo estético, resulten extremadamente complementarios. Hay menos zombies y menos ataques de estos en cascada, pero ganan poder la tensión, la sugerencia, la angustia y la claustrofobia (animada por unos escenarios más oscuros y cerrados y por una ambientación crepuscular y alucinógena).
Por otra parte, la trama de este segundo filme cuenta con algunas sorpresas más que interesantes y con un desenlace que a mi me resultó más que notable, con giros de guión muy bien calculados y originales y que saben sorprender sin caer en los "tics" habituales y cutres en los que caen tantas películas de terror más mediocres. Tal vez le falte la profundización social y el retrato más hondo de tipos morales de las anteriores creaciones de su director, pero "Seoul Station" es a todas luces un filme de horror dignísimo, magnifico y lleno de interés de principio a fin. Estoy deseando que llegue ya, sea cual sea, el día del estreno de la quinta película de Yeon Sang-hoo, esta gran sorpresa del cine asiático de los últimos años al que pienso seguir sí o sí.
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