Segunda mitad de los años treinta. El escritor austriaco Stefan Zweig se ve obligado a exiliarse a Brasil tras el ascenso de Adolf Hitler. Es, además de intelectual contrario a la dictadura de los nazis, judío. En su nuevo hogar, es admirado por todos, es homenajeado sin cesar y puede dedicarse a tener una existencia tranquila para escribir. Sin embargo, él está sumido en una depresión profunda. El terror que se extiende por Europa ha destrozado sus sueños de un continente unido y en paz, y su miedo al futuro le sume constantemente en una terrible angustia que no le deja vivir. Cada día, la desesperanza se adueña más de él y cada vez tiene menos fuerzas para simplemente existir...
La actriz y directora alemana Maria Schrader tiene en su haber una filmografía muy espaciada pero interesante y con un último filme magnífico. Sus únicos tres filmes son el thriller sobre el nazismo "La jirafa", el drama romántico "Liebeslieben" y el comentado biopic "Stefan Zweig: Adiós a Europa".
Stefan Zweig es uno de los escritores austriacos, europeos y mundiales más importantes de la historia y uno de esos intelectuales que, tristemente, fueron víctimas de la persecución del nazismo y que a causa de ello se vieron obligados a exiliarse para siempre de su tierra. Este caso fue además especialmente duro: a sus sesenta años y obligado a vivir en Brasil contra su voluntad y añorando sin cesar el continente europeo, este autor se vio completamente incapaz de luchar contra las pocas ganas de vivir que le había dejado el negro futuro que entonces veía y optó por suicidarse junto a su esposa. Su obra fue algo olvidada tras su muerte, pero por suerte cada vez es más valorada y esta injusticia ya no es un hecho. "Stefan Zweig: Adiós a Europa", el tercer filme de Maria Schrader, es un canto a su persona que, además, viene en un momento ideal: el auge de populimos que quieren romper la Europa moderna que tanto ha costado construir. Stefan Zweig era, antes de la creación de la Unión Europea, un completo y total europeísta. Creía en un continente en paz y prosperidad y unido y tuvo que ver como el ascenso de Adolf Hitler tiraba por la borda todos sus sueños. Esta película narra en cuatro actos cuatro momentos esenciales de su exilio: en Nueva York un tiempo y, sobre todo, en el mencionado Brasil, país al que amó como si fuese el suyo y al que dedicó uno de sus libros pero que nunca pudo a pesar de todo sustituir a su anhelada Europa. Este filme, rodado en un estilo simple, cargado de dramatismo sencillo y efectivo, retrata la depresión total en la que se sume el escritor en los últimos años de su vida alternándola con un retrato político impecable de los alemanes y luchadores contra el nazismo expatriados por la fuerza y de cómo la Segunda Guerra Mundial era vista en otros continentes.
Maria Schrader sabe conmover al espectador, tocarle el corazón con unos planos preñados de dolor y por medio de la extraordinaria dirección de Tomas Lemarquis, que entrega un papel protagonista para la posteridad, absolutamente soberbio. El filme está esencialmente orientado a los fans del escritor y a los conocedores de su obra y de sus circunstancias vitales, pero eso no impide que el que no lo sea no lo disfrute cien por cien, porque su drama fue universal en aquellos tiempos, por desgracia, y que capte toda su esencia terrible y fatalista. Así son los buenos biopics, los que son capaces de llegar sin problemas a toda clase de público. Escenas para el recuerdo, montones, y en especial un plano final sostenido lleno de inventiva que sencillamente pone los pelos de punta. Maravillosa recreación de un hombre básico de la cultura europea. No se la pierdan.
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