Porco Rosso

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domingo, 22 de enero de 2017

TRAFFIC de Steven Soderbergh - 2000 - ("Traffic")


Javier Rodríguez es un policía mexicano que lucha contra la droga en la frontera con los USA y que es contratado por un alto funcionario de su país para que atrape a un asesino a sueldo del cartel de Tijuana. Robert Wakefield es un juez de Ohio que es nombrado Jefe de la Oficina del Presidente de la Política Nacional del Control de Drogas y que está dispuesto a todo por acabar con este problema. Helena, una mujer de San Diego, ve cómo su marido, traficante, es atrapado por la DEA, y su vida se transforma en una pesadilla. Las tres historias están relacionadas.


Como decía ayer, el año 2000 fue un gran año para Steven Soderbergh, y "Erin Brokovich" una película muy premiada y exitosa. Sin embargo, fue "Traffic", del mismo año también, la que le terminó de encumbrar en aquel principio de siglo y la que fue su película más premiada hasta entonces y la más aclamada también desde su famoso debut, "Sexo, mentiras y cintas de vídeo". Esta película es una de las que mejor nunca han retratado el universo gigantesco que se mueve alrededor del tráfico de drogas. Narra tres historias diferentes que lo ven desde tres puntos de vista básicos pero interrelacionados: los grandes traficantes de la frontera de México y los policías que luchan contra ellos, los mafiosos de los USA y sus familias y los miembros de la DEA que combaten a los primeros y los legisladores de los USA que luchan contra la droga desde los tribunales y los despachos. El espectro toca a todo clase de personajes: desde los mencionados traficantes a gran escala hasta los que viven del menudeo de tres al cuarto en barrios marginales pasando por los diversos agentes de la ley que los combaten, las familias respectivas de todos ellos o los jóvenes que consumen para pasarlo bien. Con un montaje absolutamente prodigioso, de matrícula de honor, Steven Soderbergh construye una trama compleja, retorcida, llena de claroscuros y de ambigüedades, donde nada es estrictamente blanco o negro ni maniqueo y protagonizada por unos personajes redondos, clavados, que además están interpretados de forma genial. Desde un Benicio del Toro soberbio hasta una Catherine Zeta-Jones impresionante pasando por un grandísimo Michael Douglas, un genial Don Cheadle o un destacado Dennis Quaid, todos, absolutamente todos, y hasta los secundarios, entregan unos papeles inolvidables. Soderberg además utiliza un recurso muy personal y útil para dividir la acción y que el espectador no se pierda en su complejidad y en su maraña de hechos y datos: separar por colores los tres estrados de argumento; color básico para la historia de la DEA, amarillo para México y azulado para el juez de los USA. Personalidad a raudales para poner la guinda del pastel a un filme inolvidable y con un mensaje directo y brutal sobre la lucha contra la droga, la violencia y la corrupción. "Traffic" es una obra maestra. Indiscutible.


1 comentario:

  1. Este ambicioso film toma la forma de un poliédrico documental que intenta, con una notoria libertad narrativa de gran eficacia, adentrarse en un universo terrible y a la vez cotidiano como es el de la droga. Su corruptora trayectoria e infiltración en todos los niveles, sociales y oficia­les, los métodos, mecanismos, escalones intermedios, las víctimas, todo va desfilando en ese trenzado de historias que se multiplican. El desigual Soderbergh, esta vez más inspirado, acompaña y acosa, cámara en mano, a todos los perso­najes para darnos un matizado estudio de ellos, y lo hace con inquisitivo afán de informar en profundidad, sin efectismos ni manipula­ciones. “TRAFFIC” está, por así decirlo, en las antípodas de cualquier película de Oliver Stone.

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