Porco Rosso
miércoles, 30 de noviembre de 2016
REGRESO A CASA de Zhang Yimou - 2014 - ("Gui lai")
Lu Yanshi, preso político chino, es liberado cuando termina la fracasada y opresiva Revolución Cultural y regresa a su casa con su mujer Feng y con su hija adolescente. Allí, se encuentra con un panorama desolador: la primera ha perdido la memoria y no le reconoce. Lu va a tener que buscar la manera de hacerle ver que él es el marido al que espera con ansia día tras día.
Zhang Yimou, en su última película hasta la fecha, ha retornado una vez más a la aberrante Revolución Cultural de China para narrar otra historia de sus estragos. "Regreso a casa" es una película algo atípica dentro de su filmografía. Por una parte, incluye algunos de sus elementos habituales, pero por otra se desmarca de su cine de siempre, especialmente en lo que a estética se refiere. Tenemos un drama en el que la protagonista es una mujer socialmente marginada, y tenemos una historia de rasgos minimalistas con un mensaje social revisionista sobre la etapa histórica represiva en China. Tenemos, por otra parte, una estética que nada tiene que ver con la habitual en Yimou: se retrata una ciudad gris, sin colores que expresan el estado de ánimo de sus habitantes, de forma sobria. El maestro chino del cine se aleja aquí de sus habituales representaciones y se sumerge en un realismo visual más duro del que nos tiene acostumbrados (hasta en sus obras más realistas, que son las más numerosas, siempre ha existido una correlación entre la estética y los colores y el ánimo de sus personajes). Ahora la ambientación es fría, invernal en gran parte, nublada incluso cuando llega la primavera. Es la representación de una época gris, sin alicientes, de represión y de estupidez, una época perdida para China. Y hay otra metáfora: los protagonistas luchan contra el olvido, contra la falta de memoria, y esto es sintomático de esta referida época, que ya pasó pero que debe permanecer en la mente colectiva a toda costa. Zhang Yimou vuelve a narrar cómo el fanatismo político destroza las vidas de seres comunes, normales y corrientes, que se ven abocados a una existencia mediocre de obediencia ciega o de persecución implacable. Intransigencia pura en el nombre del sueño comunista que resultó ser, como otros tantos, una patraña, y que terminó en la peor de las dictaduras.
El estilo narrativo de "Regreso a casa" es delicado, directo y lineal, perfectamente adecuado. Los diálogos son preciosos y hay escenas que son capaces de emocionar sin una sola palabra. Y los actores están como siempre estupendos, en especial Chen Daoming y la eterna y nunca decepcionante Gong Li. Puro Yimou que vuelve a poner toda la carne en el asador en otra de sus mejores películas (es de 2014 realmente, pero aquí en España se ha estrenado en los cines este año, aunque ya circulaba por la red antes, evidentemente). "Regreso a casa", con un desenlace inolvidable, es una dura parábola de unos tiempos despreciables en la política y en la moral. Tal vez creo que le falta ser más incisiva en lo que a la referida política se refiere, valga la redundancia, pero creo que metafóricamente cumple de sobra (ya sabemos que en China la libertad de expresión todavía hoy brilla bastante por su ausencia y Zhang Yimou, como otros tantos de su generación, ha tenido que recurrir muchísimas veces a la representación simbólica o a la ambientación en épocas pasadas para desarrollar sus críticas sociales).
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