Porco Rosso
martes, 1 de noviembre de 2016
DINOSAURIO de Eric Leighton y Ralph Zondag - 2000 - ("Dinosaur")
Aladar es un joven dinosaurio que se ha criado, tras haberse perdido su huevo cuando él estaba todavía dentro, con un grupo de bondadosos lemures que son como su familia. Un día aciago, su vida tranquila se derrumba: un terrible cataclismo provoca el caos y todos, junto con otros dinosaurios, han de emigrar en busca de una tierra mejor. El camino es duro y está lleno de peligros: los peores, los brutales carnívoros que les acechan. Sólo estando todos unidos podrán sobrevivir.
"Dinosaurio", una película atípica para los estudios de Walt Disney en el momento de su estreno, fue la primera que la compañía realizó completamente animada por ordenador. Pixar estaba subiendo con su estilo único a la cresta de la ola en aquellos años y Disney no podía ser menos, y en lo que es calidad técnica se puso entonces toda la carne en el asador. Tanto que "Dinosaurio" sigue todavía hoy sorprendiendo visualmente. El diseño de los dinosaurios, valga la redundancia, es genial aún, y especialmente los paisajes y su interacción con ellos es una joya que no ha perdido esplendor. A nivel argumental falla algo, pienso, eso sí. No porque tenga una trama mala, en absoluto, sino porque es en general bastante predecible y, esto es algo inevitable de decir, la sombra de una película tan mítica como "En busca del valle encantado" de Don Bluth es muy alargada. Y es que "Dinosaurio" recuerda mucho, demasiado, a esta obra clásica de la animación de los años ochenta: el conflicto es el mismo, el ambiente es el mismo, los villanos son casi iguales (y son los únicos que no hablan) y el mensaje es el mismo, un mensaje de unión ante la adversidad, de fraternidad y antiracista con toques de autosuperación y perdón. No está tampoco mal expuesto y no es demagógico en lo que a apologías del Sueño Americano se refiere (menos mal), pero es bastante esperable. Curiosamente, es ésta una película de Walt Disney sin números musicales y sin canciones: creo que esto es acertado, porque trata de dar un toque más adulto y estarían completamente fuera de lugar. En conjunto, el filme es entretenido (y muy corto por cierto, especialmente para su momento e incluso en comparación con otros filmes de Disney: apenas dura una hora y diez minutos), y tiene momentos verdaderamente geniales en lo que a lo visual se refiere (en especial el prólogo del huevo es una pequeñita maravilla), pero en comparación con las grandes joyas de la compañía (sin ir más lejos con las más inmediatamente cercanas como "Tarzán", "Mulán", "Hércules" o "El Jorobado de Notre-Damme") resulta sosa, algo impersonal y olvidable. Una rareza en su día de este mítico estudio de animación.
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