Porco Rosso
viernes, 14 de octubre de 2016
AMERICAN ULTRA de Nima Nourizadeh - 2015 - ("American Ultra")
Mike Howell es un joven sin motivaciones y sin futuro que vive en un pueblo de mala muerte de los USA con su novia Phoebe. Llevan un día a día aburrido y monótono pero a pesar de todo los dos se adoran y son felices. Un día, sin embargo, sus vidas sin nada especial cambian de golpe... Y algo que Mike ni siquiera se imagina entra en ella para ponerla patas arriba.
"Project X", sin ser ninguna maravilla, tuvo cierta gracia. La segunda película de Nima Nourizadeh, esta "American Ultra" que estrenó el año pasado, ya la tiene bastante menos. Me animé a verla porque me gustó su debut y porque me atrajo su aura de cómic. Sin embargo, me encontré con un rollo patatero indefinido y sin gracia. Una mezcla de "Kick-Ass", de la saga de Jason Bourne, de "Amor a quemarropa" y de cinta conspiranoica de las más baratas. Esta mezcla no funciona: no se fusiona, no concreta en ningún momento el camino por el que quiere tirar, no encuentra un punto de unión coherente. Tenemos una comedia de pringados que se pasa de golpe a película de acción y que termina como un sucedáneo cómico-gore bastante penco. El cóctel indigesto no funciona tampoco por una trama errática, demasiado alargada, con giros de guión bastante esperables y con un ritmo bastante defectuoso, que hace a la cinta larga y aburrida, como si en la sala de montaje hubiesen metido mal las tijeras. Que una película con tanta acción como ésta se haga larga es bastante grave. Y eso que algunas escenas están bien rodadas. Finalmente, los personajes principales, interpretados con pocas ganas por un Jesse Eisenberg y una Christen Stewart bastante sosos y olvidables, son tópicos y algo tontos, y especialmente el del primero es cargante en su intento totalmente fallido de resultar un friki simpático en circunstancias que le superan (en fin, es un Kick-Ass o un Scott Pilgrim de pacotilla). Los secundarios no pintan nada, y los villanos no tienen ningún carisma. "American Ultra" es un truño que se deja ver en un principio sin interés pero tampoco sin insultar y que se sumerje después en el sopor total. No da vergüenza ajena, pero tampoco inspira nada y es un antídoto para el insomnio. No vale la pena.
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No me esperaba mucho de ella y la verdad es que pasé un rato entretenido, no es ninguna maravilla, pero incluso Eisenberg y Stewart me parece que están correctos en sus papeles.
ResponderEliminarSaludos.