Jupiter Jones es una joven que trabaja limpiando casas y que lleva una vida aburrida y sin alicientes con una familia numerosa que es un caos. Sueña con dejarlo todo y piensa lanzarse a vivir aventuras en cuanto tenga la oportunidad. Un día, su vida cambia de golpe... Alguien del espacio exterior viene a por ella. Esta persona no es sin embargo la única que le busca... Muchas más la persiguen por algo que desconoce. La gran aventura de la vida de Jupiter está a punto de empezar.
Parece, definitivamente, que lo de "Matrix" fue flor de un día. Los hermanos Wachowski, desde aquella película que revolucionó la ciencia ficción a finales de los años noventa, no levantan cabeza artísticamente hablando. A falta de ver su serie "Sense8", su producción cinematográfica realmente es muy pero que muy deficiente. Las dos secuelas de la mencionada "Matrix", "Matrix Reloaded" y "Matrix Revolutions", eran basura y se cargaron la saga. Después llegó "Speed Racer", que era todavía más terrible. Después, mejoraron con "El Atlas de las Nubes", aunque hay que tener en cuenta que esta película es una co-dirección con el alemán Tom Tykwer, y que él dirigió sus mejores segmentos. Y después, estrenaron, el pasado año, esta bazofia que es "El destino de Júpiter", una "space opera" de vergüenza. Tenemos una historia horrorosa y repetitiva (en varios actos que se fotocopian unos a otros) donde una joven heroína y un macho testosterónico viven aventuras chorras y que dejan de interesar a los veinte minutos de metraje. Tenemos unos diálogos diarreicos, horripilantes, malos hasta la avaricia. Tenemos unos personajes tristes y tópicos planísimos y copieteados de otros de productos épicos del mismo calibre y muchísima mejor calidad. Tenemos un humor de vergüenza ajena sin puta la gracia y verdaderamente sonrojante. Y tenemos unos efectos especiales feos y barrocos que tratan de sorprender por la mera acumulación. ¡Ah, sí! ¡Y unas escenas de lucha y de batalla mediocres y olvidables! Eso encima: es que ni visualmente dice nada la película. Y fin. Todo ello en este cóctel aberrante de chorradas, gilipolleces, puerilidades y escenas de acción más sosas que una papa sin sal. "El destino de Júpiter" es una mierda como una casa. Así de claro y fino. Pura basura. Los hermanos Wachowski se superan: cuando parecía que no podían ir a peor, se hunden en el cubo de la basura hasta tocar fondo. Huyan de este engendro como de la peste.
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