Porco Rosso
domingo, 3 de julio de 2016
INDEPENDENCE DAY: CONTRAATAQUE de Roland Emmerich - 2016 - ("Independence Day: Resurgence")
Tras haber derrotado a la invasión alienígena de 1996, la Tierra ha conocido veinte años de paz sin igual: todos los países del mundo se han unido para prepararse para un nuevo ataque y han sabido aprovechar la tecnología que dejaron los extraterrestres para construir nuevas armas más poderosas con las que combatirlos. Año 2016. Tal y como esperaban, los invasores retornan para tratar de tomar de forma definitiva el planeta. Una vez más, la humanidad se enfrenta a una nueva hora decisiva en su historia.
"Independence Day" acaba de estrenar secuela veinte años después de su primera entrega. Repite Roland Emmerich y, siendo el Roland Emmerich de hoy, el de "El día de mañana" o "2012", ya se pueden imaginar lo que viene. La patriotada se repite, pero podría haber sido medianamente aceptable si la película hubiera sido divertida o por lo menos entretenida. No lo es. Ni de lejos. Los extraterrestres invaden de nuevo la Tierra y los humanos les combaten. Y viene lo de siempre, lo de la mencionada primera entrega pero cuatriplicado: personajes planos y tontorrones, diálogos diarreicos, patriotismo chorra, humor vergonzante, trama que hace aguas por todas partes, acción aburrida y repetitiva, efectos especiales acumulativos y feos, sacrificios evitables por el bien de la humanidad, chistes imbéciles en momentos dramáticos, fanfarronería y giros de guión muy predecibles. Tenemos hasta alguna frase de propaganda cristiana de tres al cuarto y un inesperado guiño a los derechos de los homosexuales (Roland Emmerich es gay) que la verdad resulta sorprendente en una película esencialmente dirigida a catetos descerebrados de la América profunda. Will Smith, protagonista principal de la primera entrega junto a Jeff Goldblum, se quita de en medio, él que puede (y al personaje se lo cepillan con una excusa tonta y cogida con alfileres) pero repite la mayor parte del reparto de aquella y hay un plantel extra de caras nuevas y bonitas. Tampoco nos importa: nos olvidamos de todos los actores al salir de la película. La acción es atropellada, confusa, sin conexiones coherentes. No sabemos a veces ni donde estamos y los personajes se teletransportan donde y cuando les da la gana y nos lían mas. Nos aburrimos mortalmente, por supuesto, y queremos que la película vaya terminando lo más pronto posible.
La historia de la secuela esta de "Independence Day" se vuelve soporífera porque nos importa un pimiento cómo van a matar a los marcianos de marras y sabemos desde el principio que la bola esa blanca robótica va a ser de una tercera raza bondadosa que también combate a estos marcianos. Y después un personaje que había muerto en la primera entrega, el doctor Okun, resulta que estaba vivo y se despierta tras veinte años en coma y pasa tres kilos de tratar de recuperar su vida con su novio o de buscar a su familia y a sus amigos para ponerse a perseguir extraterrestres y a decir paridas. Luego vemos a una reina alien del tamaño de Godzilla persiguiendo a un autobús escolar lleno de niños y no sabemos realmente por qué ocurre eso. Y tenemos finalmente un desenlace de vergüenza ajena con un chascarrillo que produce bastantes ganas de estrangular a todos los artífices de esta bazofia infame. "Independence Day: Contraataque" es Roland Emmerich en estado puro; es decir, puta mierda.
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