Porco Rosso
lunes, 27 de junio de 2016
EXPEDIENTE WARREN: EL CASO ENFIELD de James Wan - 2016 - ("The Conjuring II: The Enfield Polstergeist")
La familia Hodgson, una familia pobre de Londres compuesta por una madre sin recursos abandonada por su marido y cuatro hijos es acosada en su humilde casa del barrio de Enfield por lo que aseguran que es un espíritu que posee a Janet, la segunda hermana, de once años. El caso llama la atención de la prensa y se convierte en un fenómeno de las televisiones de Inglaterra y de más allá. Ed y Lorraine Warren son avisados de lo que ocurre y viajan al país inglés para trabajar en el fenómeno. Lo que encuentran supera cualquiera de sus casos habituales... Algo terrible y muy poderoso y maligno late en la casa de los Hodgson.
James Wan ha conseguido sacar a la palestra comercial dos sagas de terror que, además de ser rentables, son en general aceptables (y sus primeras entregas incluso muy buenas, y estamos hablando de uno de los géneros más difíciles y devaluados): "Insidious" y "Expediente Warren". La segunda de ellas, tras su spin-off "Annabelle" de 2014, acaba de estrenar su secuela. ¿Qué encontramos aquí? Pues bueno, yo creo que la cosa se ha resentido un poco con respecto a su excelente primera entrega, pero desde luego la película es en líneas generales muy digna, lo cual en su género es ya mucho decir. Aún así, creo que es demasiado larga (le sobran unos 20 minutos), que tiene bastantes lagunas argumentales y que su capacidad para el terror se ha visto resentida y vulgarizada. James Wan cumple, pero tiene fallos. Tal vez cansancio por ser tan prolífico, tal vez no saber innovar ya en un mundo en el que es verdaderamente difícil hacerlo. "Expediente Warren: El Caso Enfield" ha caído en un terror más tópico, menos sugerente, más habitual: sus sustos se basan más en el "subidón" de adrenalina del "boom" sonoro acompañado de la imagen sorpresiva que en el juego con lo que no se ve pero se intuye, y sus entes sobrenaturales se han vulgarizado (creo que el diseño del demonio central es bastante tópico). Por otra parte, pienso que también la trama tiene muchos fallos. Errores de guión hay bastantes, y no los quiero mencionar para no hacer spoilers aquí (abajo lo haré), pero hay bastantes, y algunos de bulto. Hay también algunos personajes secundarios que prometen un buen desarrollo pero que no lo ofrecen y que se quedan colgando. Finalmente, es el filme demasiado largo, como he dicho: pasa de las dos horas, y creo que esto es innecesario, especialmente cuando en la parte central hay un momento en el que incluso se llega a perder el ritmo y en el que la historia resulta demasiado extendida de mala manera, como un chicle estirado que no da más de sí. Estos errores dan un filme descompensado, bien hecho siempre, porque James Wan sabe no entregar un bodrio, pero que lastran una secuela que podría haber sido mejor.
En la parte destacada, tenemos por suerte lo ya habitual: una ambientación fantástica, unos personajes en general muy bien modelados y desarrollados, un espacio para el drama (y un drama además perfectamente desplegado y sin efectismos ni ñoñerías) y unos excelentes efectos especiales. Creo que le sobra a "Expediente Warren: El Caso Enfield" su machacón mensaje de propaganda cristiana, con tanta crucecita salvadora y tanto "Dios te defenderá del mal". A pesar de todo, no lastra el resultado final. James Wan, que tuvo unos inicios bastante titubeantes después del bombazo de su "Saw" (el primer "Saw"), se asienta como uno de los nombres más dignos del cine de terror de hoy. La secuela de esta segunda saga estrella suya podría haber sido bastante mejor, pero desde luego y con sus fallos está a años luz de la gran mayoría de las bazofias del cine de terror de hoy.
ATENCIÓN, SPOILER: Que el propio demonio le de su nombre a la protagonista para que ella pueda controlarlo y matarlo me parece una chorrada como una catedral. No sé cómo se le ocurrió esta parida a James Wan. No es seria y toca el tópico más cutre de las películas de terror más cutres. Es un fallo gordo de trama, pero gordo gordo. Por otra parte, me parece absurdo que el marido de esta protagonista, siendo él también un "cazador de fantasmas" experimentado en mil y un casos, sueñe con dicho demonio, lo pinte y deje el cuadro colgado en su salón tan tranquilamente. Es cutre, cutre, cutre.
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