Porco Rosso

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domingo, 29 de mayo de 2016

INLAND EMPIRE de David Lynch - 2006 - ("Inland Empire")


Nikki es una actriz que un día recibe una visita inesperada en su lujosa mansión. Una mujer vieja y extraña con acento de la Europa del Este que dice ser su vecina es la visitante, y le va a hacer una revelación que la va a sumir en una terrible pesadilla sin fin...


¿Cómo me puede gustar tanto una película como "Cabeza borradora" y otra como "Mulholland Drive" y cómo no me pueden gustar nada otras dos como "Carretera perdida" e "Inland Empire"? Pues porque las dos primeras dejan pistas para su comprensión y las otras dos no. Me encanta David Lynch, y leyendo este blog se puede ver fácilmente. Sin embargo, creo que cuando uno hace una obra críptica, simbólica, tiene que dejar eso mismo: pistas para su comprensión. Interpreto "Cabeza borradora" como un retrato de la alienación del obrero y de las familias opresivas en el mundo moderno y "Mulholland Drive" como un retrato de la locura del mundo de la fama y de Hollywood. Pero no saco nada o casi nada de "Carretera perdida" o de ésta "Inland Empire" que hoy comento, la que hasta ahora ha sido la última película larga de Lynch (que lleva diez años sin rodar largometrajes pero que no ha dejado de trabajar, ya que ha rodado cortometrajes y otros proyectos y también es pintor y músico -y ha grabado dos discos excelentes, por cierto-). "Inland Empire" es según dicen un compendio de toda su carrera y el mismo director la describe como "un misterio acerca de una mujer metida en grandes dificultades". Hay una mezcla de cine negro y de cine terror y de cine surrealista y aparecen muchos actores habituales suyos (la protagonista es Laura Dern). Los símbolos están por todas partes y las escenas saltan de unas a otras sin nexos. La historia que narra no tiene sentido aparente y hay que bucear en ella para extraerle sus jugos y significados. Y también incluye en ella escenas de "Rabbits", una serie de ocho capítulos cortos que Lynch rodó allá por el año 2002, aleatorias y que interrumpen la narración según a él le da. Y bueno, qué quieren que les diga, yo no me entero de nada en "Inland Empire" y, además, se me hace totalmente infumable porque dura la friolera de casi tres horas. Es más de lo que mucha gente pueda aguantar frente a la pantalla viendo algo que exige tantísimo esfuerzo muchas veces vano. Tal vez soy duro con este director, que por otra parte me encanta, ya lo he dicho, pero es que creo que a veces a muchos creadores sencillamente se les va la mano.


"Inland Empire" es, como todas las obras de su creador, una total delicia visual, y la concepción de la realidad deformada, grotesca, de vodevil a veces, distorsionada de David Lynch alcanza cotas muy hermosas y perfeccionadas aquí. La combinación con la perfecta y preciosa banda sonora es también excelente. Pero amigos y amigas, el resto es infumable. Excesivamente críptico, excesivamente oscuro, metafóricamente retorcidísimo y absolutamente inmisericorde es el argumento de esta película. Algunos críticos más duros que yo afirman que directamente no tiene sentido. que no pretende tenerlo y que Lynch nos toma el pelo, Me inclino a pensarlo, no crean. E insisto de nuevo: me gusta mucho este director. Pero tres horas de tortura a lo "Carretera perdida" es como he dicho antes mucho más de lo que muchos, incluso siendo grandes cinéfilos, podemos soportar. Esperando estoy con ansias la tercera y nueva temporada de la mítica serie "Twin Peaks", que saldrá a la palestra en breve (al parecer el año que viene estará ya en marcha) para resarcirme de esta tortura que es "Inland Empire".


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