Ruy y Tito son dos amigos inseparables de La Habana que intentan sacar adelante su grupo de música en su país, en el que el simple hecho de grabar un disco ya es una odisea total debido a las grandes carencias que tienen a causa del bloqueo exterior y de la dictadura de los Castro. Mientras lo hacen, viven como pueden, de trabajos improvisados y trapicheos varios. Un día, les llega de golpe la oportunidad de sus vidas: una discográfica española se interesa por su banda y les ofrece posibilidades serias y reales de grabar en Europa, posibilidades con las que nunca habían soñado. Ante ellos se abre un terrible dilema, ya que quien sale de Cuba no es grato para el régimen y no puede volver a ella. Ruy y Tito se van a ver obligados a elegir entre su carrera musical y sus familias y amigos.
Benito Zambrano estudió Cine y Televisión en Cuba y allí se graduó, lo cual hace especialmente decepcionante a "Habana Blues", su segunda película, en lo que a contenido político se refiere. Este filme narra la historia de dos amigos de La Habana de aquellos años (2004-2005) que luchan por sacar adelante su grupo de música pero que para ello se han de enfrentar, por una parte, a la total falta de oportunidades de su país, en el que es hasta difícil ya el simple hecho de grabar un disco, y, por otra, a la inhumanidad de las grandes multinacionales de la música, que sólo buscan el beneficio y a las que no les importa un pito el explotar hasta la extenuación a sus creadores. Hay que decir que "Habana Blues" tiene buenas intenciones, unos personajes con carisma y muy bien desarrollados, unas interpretaciones geniales (todos maravillosos, todos) y escenas que ponen los pelos de punta, tanto las musicales como las que no. Todo ello dentro de un bien llevado dilema: el de salir o no de un país atosigado tanto por el inmisericorde bloqueo exterior como por la dictadura y la cabezonería intransigente de sus gobernantes. Hasta aquí todo bien, especialmente cuando además Zambrano retrata como nadie lo había hecho hasta este momento La Habana underground de aquellos años que él vivió, La Habana que a pesar de la dictadura cateta y pacata de los Castro florece en locales independientes y precarios que dan una música apresurada, urgente, pero viva. Gran parte de esta música era incluso desconocida en 2005. Como he dicho, hasta aquí todo está bien. Al final del filme, por desgracia, la cosa se tuerce bastante.
Benito Zambrano, desconozco por qué (tal vez por afinidad ideológica, tal vez porque el filme fue rodado en Cuba y se le hicieron exigencias, tal vez porque no se quiso mojar mucho... no lo sé), comienza su película retratando la dura vida en La Habana de los jóvenes que quieren hacer cosas diferentes, arte diferente, y las duras condiciones que existencia en las que se ven obligados a moverse (pobreza y carencias diversas, deficiencias energéticas, trapicheos, poco futuro, censura, complejo ante el turista...) y la termina cepillándose en un "pis pas" su contenido político, que de crítico pasa de repente a ir de puntillas por casi todo. Ataca al capitalismo, pero se queda en la superficialidad de unas multinacionales malas malísimas que bordean el tópico, y ataca al comunismo y a la dictadura de los mencionados Castro, pero la toca sólo por encima, diciendo lo obvio de ella (que los cubanos no pueden salir de la isla y que si salen ya no vuelven y poco más) y sin realizar críticas profundas. Incluso uno de los personajes se queja de que la política contamine su vida cuando él hace canciones políticas ("Habaneando", la principal del filme, es claramente política y social, no me cuenten ahora mandangas). "Habana Blues" naufraga en esto a pesar de ser en general una buena película. Pero no es redonda y peca de indefinición en una crítica social que es constantemente prometida pero que no se materializa. Una pena. Resulta interesante ver esta película hoy, cuando Cuba se está supuestamente abriendo al mundo, y comparar lo que fue, lo que es y lo que tal vez será, a pesar de su ir y venir difuso.
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