Simone se duerme al volante de su coche y tiene un accidente. Todo se queda en un susto y sobrevive perfectamente y sin grandes heridas. Sin embargo, este hecho le hace replantearse su vida y decide tener un hijo. Para ello, convoca a Philippe, su mejor amigo, que ha estado enamorado de ella desde hace muchos años, y le propone que el niño sea de ambos. Los dos emprenden un viaje al desierto de Utah para aclarar sus ideas y para, en el caso de que lo hagan, engendrar allí al bebé. Pronto, comienzan los desacuerdos y los problemas. Simone y Philippe se enfrentan a una prueba de fuego en su relación.
El canadiense Dennis Villeneuve cada vez es más escuchado en los círculos cinéfilos, y merecidamente. Películas del todo magnificas como "Incendies", "Prisoners" o "Sicario" le han dado un lugar de honor entre los nuevos directores que hay que tener en cuenta. Sin embargo, su primera etapa, aunque irregular, tiene también obras destacadas y es en líneas generales bastante poco conocida. Aunque cada vez su cine ha ido derivando más hacia el thriller de corte político y social, sus primeras obras son dramas e incluso, en el caso de la que nos ocupa, comedias románticas. "Un 32 août sur terre" fue su primera cinta, rodada de forma "independiente" y con poco dinero y que tuvo bastante buena acogida en el Festival de Cannes de su año. Fue además una de las elegidas por Canadá para representar al país en los Oscars, aunque no lo consiguió finalmente. Se trata nada más y nada menos que de una tragicomedia romántica en la que, como en otras de sus películas (en la siguiente, "Maelström", repetiría tema en parte, así como en la también la posterior "Polytechnique"), un momento traumático inicial cambia radicalmente la vida de sus personajes. Una chica, tras sufrir un accidente de coche, se replantea toda su existencia y decide tener un hijo. Convoca entonces para ello a su mejor amigo, que ha estado enamorado de ella mucho tiempo, y deciden hacer un viaje al desierto de Utah para supuestamente concebir al bebé. A partir de aquí, se desarrolla una trama muy bien desplegada y fluida sobre el amor, la amistad, la identidad, la superación, la responsabilidad, el peso del pasado, la muerte o el caos del mundo en el que vivimos.
Dennis Villeneuve rueda con ritmo esta suerte de road-movie con poso melancólico y disecciona con habilidad los temas tratados. Los diálogos son acertados y, aunque a veces caen en la pedantería y quieren abarcar demasiada poesía (y ello les hace caer en pretenciosidades que se quedan colgando), en general son coherentes. Los dos personajes principales están muy bien definidos, y juegan perfectamente su partido de relaciones en el que cambian sus puntos de vista constantemente y enriquecen sus visiones de la vida. Pascale Bussières y Alexis Martin, los dos jóvenes actores que les dan vida, lo hacen muy bien. "Un 32 août sur terre" es una buena película debut y el prometedor anticipo de lo que vendría por parte de uno de los mejores directores canadienses de nuestro momento.
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