Porco Rosso
miércoles, 24 de febrero de 2016
DEADPOOL de Tim Miller - 2016 - ("Deadpool")
A la mansión de Charles Xavier llega una nueva alerta: Deadpool la está liando parda una vez más en las calles. Para variar, a Coloso le va a tocar a pararle los pies. Esta vez, sin embargo, hay algo más detrás de todo lo que está ocurriendo. Deadpool busca algo... Algo que tiene que ver con su pasado.
Aquí el que no corre vuela, y con tres franquicias de superhéroes diferentes (Universo Marvel, Universo X-Men y Universo DC) peleándose a guantazo en limpio en las carteleras (este año se van a estrenar seis películas superheróicas, nada más y nada menos que seis), hay que explotar a lo bestia la gallina de los huevos de oro. Y oigan, si se hace bien, tampoco importa, ¿no? Deadpool (Masacre en España durante mucho tiempo) fue creado en 1991 como una alternativa a tanto superhéroe heróico, valga la redundancia. Era un antihéroe y un mercenario y sus cómics eran violentos y malhablados. Y bueno, como este personaje aparecía ya en la primera película en solitario de Lobezno y como ha estado bastante ligado a los X-Men, pues se han aprovechado y han sacado su película propia, dirigida por el debutante Tim Miller. Y bueno, hay que decir que el filme cumple bastante bien. No es una maravilla, pero es desde luego un soplo de aire fresco entre tanto conflicto mundial épico y, situada entre "X-Men. Días del futuro pasado" y entre la "X-Men. Apocalypse" que se va estrenar en los próximos meses, viene bien como una suerte de tentenpié con refresco. Deadpool, de nuevo interpretado por Ryan Reynolds, es eso, un antihéroe que dice muchas palabrotas, que es un cínico y que mata a lo bruto desmembrando a quien haga falta desmembrar. El filme tiene un tono cómico en todo momento, y también muy negro y desmitificador, e incluso los X-Men que aparecen en él como secundarios (Coloso y Negasonic Teenage Warhead) se lo toman todo con bastante cachondeo. Funciona.
Aunque hay lugar para la esperable historia de amor y para otra de venganza, "Deadpool" es un filme desenfadado, chorra, con muchos chistes de culos, tetas y pollas, con fanfarronería consciente y con frases lapidarias enrolladas. Es además más violento que sus otros compañeros de producción, tanto de la franquicia de los X-Men como del Universo Cinematográfico de Marvel y el de DC. Aquí se destripan malos, vuelvan cabezas, vuelvan miembros y hay aplastamientos y sangre por todas partes. Sí, es un soplo de aire fresco total, por eso tal vez haya funcionado tan bien (y ha sido tan exitoso que acaba de estrenarse y ya han anunciado su secuela para 2018), porque aunque nos gusten, los amantes de los cómics estamos un poco saturados de batallas heróicas por la humanidad. Pretensiones cero, y gracias. "Deadpool" cumple de sobra y no va de otra cosa. Para ir abriendo boca a un año en el que vamos a tener gente en pijama con poderes hasta en la sopa.
PD. Para variar, los guionistas se han pasado por el forro el hecho de que el personaje ya apareciese en el primer filme de Lobezno y le han dado otra historia y otro orígen. En fin, aquel filme no era precisamente una maravilla, pero esto lo podían cuidar un poco más, porque queda bastante cutre hacer un "crossover" gigante y que en este "crossover" haya incongruencias por todas partes (y es que le sumamos que en aquel filme también cambiaban el papel de Dientes de Sable con respecto a la primera "X-Men"). Para algunos no tiene importancia, y tal vez soy yo muy pejiguero, pero lo cierto es que queda bastante penca y poco seria la cosa.
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