Matías es un joven periodista de Madrid que se ha divorciado recientemente y que tiene una hija que comparte con su ex mujer. Está algo deprimido por la situación y un poco perdido en la vida. Un día, en la Plaza de la Ópera, se encuentra con su prima, a la que hacía muchos años que no veía. Entre ellos, surge algo especial e inesperado.
Fernando Trueba me parece un director irregular. Si bien su carrera en la ficción creo que ha mejorado en los últimos años (con maravillas como "Chico y Rita" o "El artista y la modelo") y como documentalista no tengo nada que reprocharle (creo que se le da mucho mejor este campo de la mencionada ficción), pienso que tiene demasiadas comedias malas (lo siento, pero es que no me hacen ninguna gracia ni me parece que tengan estilo películas como "Sal gorda", "Se infiel y no mires con quien" o "Two Much", mientras que otras como "Belle Epoque" me parecen increíblemente sobrevaloradas) y demasiados dramas fallidos o ambientados en épocas como la susodicha Guerra Civil o el susodicho Franquismo, que creo que están manidísimos (especialmente cuando de problemas de la España actual el cine español habla poco, poquito), Todo esto son apreciaciones subjetivas, como casi todo en el mundo de la crítica de cualquier arte. También puede ser subjetiva mi opinión sobre la ópera prima de este director, que se llama así mismo, "Ópera prima", y que me parece una comedia deliciosa y una de las mejores del cine español. Habla sobre el amor y el desamor, la soledad, la amistad y el tiempo de cambio social que siguió a la muerte de Franco y a la instauración de la democracia en España (libertad sexual y amorosa, jóvenes despegados de las tradiciones rancias, acercamiento a la modernidad que venía del resto de Europa...). Habla de estos asuntos con una sencillez pasmosa pero sincerísima, con gracia, con chispa, y con diálogos inteligentes y a la vez nostálgicos. Fernando Trueba mezcla perfectamente la comedia con el drama romántico y realiza una radiografía perfecta de la juventud de su momento. No tiene pretensiones, pero su sinceridad es tal que clava el momento histórico.
Todos los actores de "Ópera prima" (juego de palabras divertidísimo con relación con la trama del filme) están excelentes (Antonio Resines como el amigo del protagonista es muy gracioso), pero sobre todo es Oscar Ladoire quien se lleva la mayor parte del pastel. Realiza en esta película una de las mejores interpretaciones de su carrera y clava a un individuo sensible, desvalido, algo payaso, intelectual pero a veces banal, lleno de traumas y de complejos y de miedos; una suerte de Woody Allen (salvando las distancias, claro) de la Madrid de los tiempos de la Movida en busca de su educación sentimental. La película está realizada con pocos medios, pero con unas ganas, un buen hacer y un primor envidiables. Su desenlace, una oda pura a la ternura y al optimismo que llegaba por fin en unos tiempos de luz al final del túnel de la dictadura, pone los pelos de punta. Una de nuestras comedias definitivas y una pena que Fernando Trueba, en la ficción, no se hubiese prodigado más con cosas como ésta.
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