1855. Nebraska. Mary Bee Cuddy lleva sola una granja en un pequeño y apartado pueblo y se compromete. para ayudar a sus vecinos, a transportar a tres mujeres del lugar que se han vuelto locas al manicomio de una ciudad de Iowa más grande y que está a muchos kilómetros. En su camino, se topa con un viejo bribón llamado George Briggs al que salva de morir ahorcado por ladrón. Briggs promete acompañarla y protegerla en su viaje y entre ambos surge una relación especial.
Aunque es una producción del año pasado, se acaba de estrenar ahora en España "Deuda de honor", la tercera película como director de Tommy Lee Jones. No decepciona. Tras las geniales "Los tres entierros de Melquíades Estrada" y "El Sunset Limited", el actor recién entrado a operar tras las cámaras se estrena en el western puro (porque su debut en la pantalla grande algo de este género también tenía) con una película espléndida. Viajamos al estilo más crepuscular del tema americano por excelencia y tenemos a una mujer que se siente muy sola y a un viejo que está muy solo que deben de hacer un largo viaje desde su miserable y apartado pueblo hasta el manicomio de una ciudad más próspera para llevar allí a tres mujeres que se han vuelto locas. La mujer es una Hilary Swank absolutamente extraordinaria (en un papel que duele de verdad) y el otro es el propio Tommy Lee Jones, que como casi siempre vuelve a sobresalir. Viajamos en este viaje del polvoriento desierto hasta los bosques más verdes de la Norteamérica más fértil pasando por sus páramos helados. Encontramos parajes hostiles, indios amenazantes y gente con no demasiadas buenas intenciones. Y también machismo, clasismo e insolidaridad. Lee Jones desarrolla un western seco y cortante, turbio, feísta, muy cutre (como realmente hubo de ser el "western") y alejado de cualquier esplendor épico. Sus personajes son perfectamente imperfectos, perfectamente creíbles: el espectador se puede identificar con ellos en sus primeras tomas sin problemas. Y como he dicho están maravillosamente interpretados (y los secundarios, algunos de lujo como James Spader, Tim Blake Nelson o Meryl Streep, no se quedan atrás y delinean apariciones cortas pero ideales). La fotografía es además excelente y los decorados y la representación histórica una delicia.
La de "Deuda de honor" es una historia esencialmente, pienso, sobre la redención, la soledad, la frustración vital, la justicia a toda costa y a pesar de todos los problemas que implica el ser íntegro y bueno y la búsqueda, a veces totalmente infructuosa. Su trama, con un ritmo que no decae y un halo poético y nostálgico muy conseguido, cuenta con sorpresas absolutamente geniales, con golpes de guión que dejan al espectador completamente "nockeado" y que, además, no hacen ninguna concesión (los que hayan visto el filme saben ya a lo que me refiero). Es una cinta dura, cruda, inmisericorde y sorpresiva, muy atípica para bien, con mucha personalidad y que apuntala de forma indiscutible una carrera como director que cada vez está siendo más y más prometedora. Cien por cien recomendable y seguiremos desde luego el camino de Lee Jones rodando.
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