Ilona y Lauri son una pareja de Helsinki que lleva una vida humilde y sencilla pero esencialmente feliz en su pequeño apartamento. Ilona es camarera en un restaurante y Lauri conductor de tranvía. Todo su mundo se viene abajo de repente cuando ambos pierden sus trabajos prácticamente a la vez a causa del estallido de una crisis económica. Los dos tendrán ahora que enfrentarse al terrible monstruo del paro e intentar reciclarse en trabajos basura para poder sobrevivir. Sin embargo, la esperanza les llega cuando menos lo esperan...
Una de las más grandes obras maestras de Aki Kaurismaki es ésta "Nubes pasajeras", una película de denuncia pero también de optimismo que, pienso, viene muy bien visionar en estos años de crisis mundial que estamos viviendo (y además, especialmente cuando hace unos dos años que Finlandia, la tierra del director y en la que se ambienta la película, cayó en la recesión y su economía desde entonces ha estado empeorando). "Nubes pasajeras" es una película sobre el paro, pero en absoluto es negativa. Muestra la cruda realidad de las personas que pierden su trabajo y que se ven con sus vidas destrozadas a causa de ello, pero no se regocija en su situación. El maestro del cine finlandés fuerza una vez más el minimalismo hasta su máxima expresión, una expresión que casi es ya cine mudo, y desarrolla una trama pequeña y maravillosa, llena de lirismo y de unos silencios que lo dicen todo. Sus personajes, de nuevo maravillosamente interpretados por habituales de otros filmes de Kaurismaki, despliegan sus sentimientos con un hieratismo que sorprende por su increíble capacidad de sacar poesía cotidiana de cualquier resquicio de vida simple. Los pocos diálogos de la cinta no se quedan atrás: son una maravilla y expresan situaciones complejas enteras a veces incluso con una sola frase. "Nubes pasajeras" es una maravillosa historia de amor pero, además. también es uno de los alegatos anticapitalistas y a favor de la cooperación entre los trabajadores más furibundos (a pesar de que sus formas no sean las de la furia) que ha dado la historia del cine europeo. Otros filmes de Aki Kaurismaki ya lo fueron también, pero aquí la perfección de la coherencia del mensaje es total.
"Nubes pasajeras" es una película, como su propio nombre indica, optimista. Sí, tenemos paro, tenemos pobreza, tenemos un día a día de mierda con todas las letras (las personas que hayan estado mucho tiempo paradas sabrán de lo que habla el filme como nadie) y tenemos una feroz crítica a los estados que abandonan a sus ciudadanos para ponerse de parte de los poderes económicos. Sin embargo, también tenemos una llamada total a la cooperación entre los trabajadores. Si las empresas no dan la cara, la darán ellos: juntos, unidos, somos más fuertes y podemos alcanzar la felicidad que el sistema nos niega. El amor, amor en toda clase de vertientes, es lo que nos salva y lo que burla al capitalismo agresivo en el que vivimos. Ese es el mensaje central de "Nubes pasajeras", una película que todo el mundo debería ver, y más en los tiempos de pesimismo que nos ha tocado vivir (y que pasarán, pues no son más que "nubes pasajeras"; Kaurismaki lo sabe).
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