Una enfermera llamada Sam es atacada, en los suburbios de Londres, por un grupo de pandilleros adolescentes. Algo cae entonces del cielo sobre un automóvil... Algo de otro mundo. Comienza la lucha por la supervivencia. Pero los pandilleros son de armas tomar...
Hay películas que no son ninguna maravilla pero que a uno le dejan con una sonrisa en la boca. Una de esas que a mi me ha hecho sonreír de forma constante durante todo su metraje es "Attack the Block", el debut del inglés Joe Cornish, que es una suerte (otra más) de "revival" del cine infantil-juvenil ochentero (sí, es una moda) con muchos tópicos pero todos bien puestos. Tenemos una banda de niños malotes de Londres que se van a ver obligados a, en su bloque de apartamentos, luchar contra una amenaza alienígena con mucho carisma (unos bichos verdaderamente cachondos pero a la vez amenazantes, una especie de lobos-gorilas del espacio). Las actuaciones son más que convincentes (y eso que dirigir a niños y adolescentes es bastante difícil), las escenas de acción ídem y además son imaginativas, los efectos especiales están muy bien hechos y la combinación de acción, comedia y terror (porque también hay escenas de terror y también hay violencia y sangre, desde luego) funciona sin fisuras. Hay incluso algún mensaje social suelto por ahí en "Attack the Block": las personas más humildes son las que demasiadas veces pagan los platos rotos pero también son las que demasiadas veces dan una lección de valentía al mundo que les rodea. Esta suerte de "Los Goonies" británica mezclada con las premisas de la saga "Gremlins" es extremadamente digna y extremadamente divertida. No hay mucho más que decir de ella salvo que la vean, a ser posible con muchos amigos alrededor. Se lo pasarán muy bien,
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