Peter Parker lleva una vida muy ocupada entre los estudios y su existencia oculta como Spiderman. Su relación con Gwen peligra además: Peter teme que algún día ella pueda resultar dañada por sus actividades como héroe, como ocurrió con su padre. Las cosas van a complicarse cuando un hombre con un poder sobrehumano y capaz de manipular la electricidad haga acto de presencia en la ciudad... Y cuando Harry Osborn, el mejor amigo de la infancia de Peter, vuelva para hacerse cargo de Oscorp... Y una terrible y oscura trama se cierna sobre él.
La segunda entrega del reinicio de las aventuras de Spiderman, dirigida de nuevo por Marc Webb, es absolutamente irregular. Si bien me sigue pareciendo en líneas generales, como su predecesora, bastante más acertada en su visión del superhéroe de Marvel que la decepcionante trilogía de Sam Raimi (el Spiderman de Andrew Garfield SÍ es Spiderman, Gwen Stacy sirve para algo más que para ser rescatada sin cesar, la Tía May no es un secundario cómico, no hay humor vergonzante cada dos por tres -a veces Raimi parecía no saber si estaba rodando un "Spiderman" u otra "Posesion Infernal"...-), presenta una trama llena de lagunas y unos villanos flojos, muy flojos y, además, una sensación de "Deja Vu" bastante poderosa (es cierto que cuando se reinicia en 2012 una saga que terminó en 2007 no se puede escapar de esto, pero ya estamos en 2014 y esta secuela no creo que esté a estas alturas en condiciones de permitírselo como su antecesora, que en cierta parte era casi un "remake experimento"). Como he dicho, volvemos a tener las virtudes que hicieron de "The Amazing Spiderman" un soplo de aire fresco tras una primera saga de la franquicia bastante irregular y ridícula: un Spiderman más serio, una historia de amor con la mencionada Stacy que es adulta y está bien llevada, un humor mucho más parecido al de los cómics en el que la historia se basa. Los defectos, por desgracia, se repiten y se añaden otros nuevos.
Primer gran defecto: los villanos. Electro, el supuesto plato fuerte de la función, es como el Lagarto del anterior filme... Y peor. Si aquel pasaba demasiado rápido de la bondad a la maldad (o a la locura), éste es directamente un freak de cartón. Jaime Foxx, un excelente actor, está completamente desperdiciado en un papel gratuitamente estrambótico, ridículo y sin fondo ninguno que recuerda a los peores villanos de los dos "Batman" de Joel Schumacher. No tiene pasado ni presente: es un marginado social, ok, pero se encoña con Spiderman y de repente lo odia sin explicación convincente y sólo sirve para dar por saco mientras Harry Osborn traza sus planes. Absolutamente decepcionante (y eso que la película se subtitula "El poder de Electro"... pues vale). El mencionado Harry Osborn ya mejora ligeramente con respecto a Electro, en especial porque en esta ocasión el Duende Verde SÍ ES UN DUENDE, y no un sucedáneo de Power Ranger, como en la versión de Sam Raimi. Sin embargo, el "Deja Vu" sigue siendo demasiado poderoso y... Joder, estamos viendo otra vez a James Franco y no a Dane DeHaan (y eso que el chico actúa muy bien y su duende da verdadera grimita). Rhino, por otra parte, hace una aparición casi insignificante: se le puede perdonar, ok. Pero los otros dos villanos decepcionan: uno por plano y desaprovechado, y el otro por calco. Que sí, que esta película no tiene culpa de que la anterior trilogía se cerrase en 2007. Pero... Se lo podían currar de otra forma, ¿no? La figura del villano, en un filme de superhéroes, es tan importante o incluso más que la del propio héroe. Si los villanos fallan, la historia falla.
Otros problemas que "The Amazing Spiderman II. El poder de Electro" tiene son sus lagunas de guión. Harry Osborn entra a rescatar a Electro como Pedro por su casa, Spiderman se despreocupa del mencionado Electro cuando le vence por primera vez y pasa de él tres kilos (cuando es un villano casi invencible que podría volver a liarla parda cuando quisiese), el Duende Verde se transforma en villano casi de golpe y coge su patín aéreo como si cogiese una camisa de su armario, no se dice ni pío del Lagarto (leñe, que es el villano de la anterior parte...) y lo que hacen con Norman Osborn es una CAGADA directamente proporcional a la que metieron en "Iron Man III" con El Mandarín (lean abajo, en donde hago SPOILER).
Hay cosas buenas, por supuesto, también: la historia no esquiva una dimensión trágica que es muy acertada y que no estaba presente en el "Spiderman" de Raimi, la trama amorosa de Peter y Gwen no es pastelosa y está muy bien llevada, la relación de Peter con la Tía May idem, el reencuentro de Peter y Harry idem de idem, las escenas de acción son buenas, la trama tiene ritmo y el personaje de Gwen adquuiere una importancia y un poder en la historia que es absolutamente fantástico y que da un toque adulto al filme que es acertadísimo. Por ello, no es "The Amazing Spiderman II. El poder de Electro" una mala película. Sin embargo, también es bastante fallida por lo arriba mencionado, y eso es imperdonable cuando la trilogía anterior del personaje ya lo era, y bastante. Hay errores que, aunque el director sea otro, deben subsanarse. Para eso (además de para ganar pasta, desde luego) se hace también un remake, ¿no?
ATENCIÓN, SPOILERS:
UNA ESCENA GENIAL DE LA PELÍCULA: La muerte de Gwen Stacy está rodada con garra, con dramatismo y sin efectismos. Es lo mejor de la película y aquí se nota que Marc Webb es un buen director. Lástima que el resto del conjunto tenga tantos fallos.
UNA ESCENA TERRIBLE DE LA PELÍCULA: La muerte de Norman Osborn. Puede que realmente esté vivo y aparezca en la tercera entrega de la saga... No lo sabemos. Sin embargo, hasta ahora lo que dan a entender es que ha muerto, y me parece horrible quitarse de encima a un villano BÁSICO de Spiderman de esta forma tan chapucera. Es como si haces una película de Superman y matas a Lex Luthor al inicio, o una de Batman donde el Joker también muere nada más empezar. No, esto es una cagada con una catedral. Muy mal.
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