SÓLO CON TU PAREJA de Alfonso Cuarón - 1991 - ("Sólo con tu pareja")

Tomás Tomás es un publicista casanova de México D.F. que vive para seducir a mujeres sin descanso: nunca se compromete con nada ni con nadie y cambia de ligue como de camisa. Una macabra broma perpetrada por una amante despechada está, sin embargo, a punto de ponerle al borde de la peor crisis de su vida... Y, para colmo, Tomás Tomás está a punto de... Enamorarse de verdad. Llega el caos.

"Sólo con tu pareja" es según muchos una de las películas más importantes de la historia del cine mexicano de las últimas décadas. Fue el debut en la dirección de largometrajes de Alfonso Cuarón y en el guión de su hermano Carlos y, a principios de los años noventa, trató de una forma fresca pero sin perder seriedad el asunto del SIDA (y de hecho hasta sirvió la película para hacer campaña para apoyar su prevención y también para apoyar a sus enfermos). Aunque no es perfecta (a mi de hecho me parece que está algo sobrevalorada), es desde luego una comedia de enredos en todo momento divertida y sin pretensiones más allá de hacer pasar un buen rato al espectador y alertar sobre el mencionado SIDA de forma más que bienintencionada. Tenemos a un grupo de personajes que son tópicos pero que no se regodean en ello encabezados por un Don Juan inconquistable y poco comprometido no sólo con sus parejas sino también con sus amigos (muy divertido Daniel Giménez Cacho) que aprende lo que es el amor verdadero y lo que es el compromiso con las personas. Tenemos diálogos divertidos que juegan con los lugares comunes edulcorados de las historias de amor clásicas y de la telenovela y el culebrón y también de la cultura mexicana y tenemos gags que cumplen bastante bien y que se mueven entre el tópico consciente y el chiste irónico. Alfonso Cuarón dirige con solvencia en todo momento y también con ritmo. "Sólo con tu pareja" no es la mejor obra del director mexicano (leñe, también es la primera, qué vamos a pedir) pero apunta maneras para la que es hoy una de las carreras más variadas y consecuentes de las que disfrutamos en las salas comerciales.