Hannah, Holly y Lee son tres hermanas muy diferentes de Nueva York que se enfrentan a un momento importante y lleno de dilemas. Hannah es una actriz decidida y fuerte y que ha tenido éxito, Holly es una artista torturada e inestable que se siente fracasada y Lee lleva una existencia no demasiado llena con un pintor misántropo que le dobla la edad. Junto a ellas, el neurótico Mickey Sachs, ex marido de Hannah, también se enfrenta a otro dilema: la búsqueda del sentido de la vida, una tortura que no le deja satisfecho y que le trae por la calle de la amargura.
Después de la genial "La Rosa Púrpura de El Cairo", Woody Allen seguía ascendiendo sin parar a las estrellas y entregaba "Hannah y sus hermanas", otra de sus películas imprescindibles y uno de sus más maravillosos cantos a la vida (aunque le acusen de rodar siempre la misma película con variantes, aunque le acusen de repetir sus temas hasta la saciedad, Allen ha sabido como pocos directores pasar del drama más duro y desencantado hasta la historia más esperanzadora de un filme a otro). Con una estructura narrativa bastante compleja pero que en absoluto es complicada de seguir (flashbacks, escenas de varias historias paralelas, fragmentos de clásicos del cine...) y que le imprime un gran ritmo a el relato, "Hannah y sus hermanas" presenta una historia coral ambientada en Nueva York, cómo no, que sigue las vidas de tres hermanas muy diferentes entre sí (las tres maravillosamente interpretadas por Mia Farrow, Barbara Hershey y Dianne Wiest) explorando los asuntos de siempre "de la casa": las relaciones humanas de toda clase, el amor en particular, el sexo, la religión, el sentido de la vida, el paso del tiempo, la muerte, el estrés neurótico de la sociedad moderna, el miedo a la soledad, los problemas generacionales, la falta de comunicación en la familia y en la pareja, el esnobismo de las clases acomodadas neoyorkinas.
Paralelamente a la historia de estas hermanas Allen narra la de su acostumbrado alter ego de la función: Mickey Sachs, ex de Hannah, hombrecillo intelectual y completamente neurótico preocupado por el sentido de la vida y en búsqueda intelectual constante que, con diálogos chispeantes, como no, pone la nota más cómica sin que por ello se resienta la seriedad general del conjunto ni tampoco el ritmo de las otras historias. Por supuesto, la ciudad de Nueva York es otra de las grandes protagonistas del relato coral, ciudad de la que Allen explora no sólo sus grandes y famosos espacios sino también sus más entrañables y ocultos rincones. El desenlace de "Hannah y sus hermanas" es no sólo uno de los más entrañables y optimistas de la filmografía de Woody Allen: es uno de los más entrañables y optimistas de la historia del cine. Otra película imprescindible del director amante del jazz.
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