Porco Rosso
jueves, 8 de agosto de 2013
PIRATAS DEL CARIBE. EN MAREAS MISTERIOSAS de Rob Marshall - 2011 - ("Pirates of the Caribbean. On stranger tides")
Jack Sparrow está buscando la legendaria Fuente de la Juventud. Sin embargo, su aventura no va a ser, por supuesto, tranquila: su eterno enemigo, el capitán Barbossa, le va a poner más de un problema en el camino y además se va a tener que enfrentar a un grupo de marineros españoles que también ansían descubrir el lugar y a un nuevo pirata maldito y con increíbles poderes... El perverso Barbanegra. Por si fuera poco, va a volver a su vida la pirata Angélica, una mujer de armas tomar... Con la que tiene una química especial y volátil.
"Piratas del Caribe. En mareas misteriosas" me parece bastante mejor que los dos mamotretos de dos horas y media que conformaron la segunda y la tercera entrega respectivamente de esta saga que ya hoy cerramos. Porque es una aventura independiente (lo que tal vez tendrían que haber sido éstas dos, y no divisiones de un único filme de cinco horas en cuya primera parte no se dice nada y en cuya segunda se dice todo apropelladamente) y porque por lo menos presenta una trama coherente donde sabemos qué es lo que está pasando ("Piratas del Caribe. En el fin del mundo" es un despropósito donde la confusión y el aburrimiento matan la buena fe de cualquier espectador). Sin embargo, tampoco llega a ser un buen filme y ni de lejos recupera el nivel de aquella mítica y divertidísima resurrección del concepto de aventura del rollete de Indiana Jones que fue "Piratas del Caribe. La maldición de la Perla Negra". Gore Verbinski deja la saga para pasársela a Rob Marshall, un director que puede ser irregular pero que desde luego intenta aportarle, aunque falle, un toque de autor al filme.
"Piratas del Caribe. En mareas misteriosas" sigue las aventuras de los eternos Jack Sparrow y el capitán Barbossa y nos introduce a nuevos personajes como Angelica (Penélope Cruz), la novieta del primero, y como el capitán Barbanegra (Ian McShane), el nuevo villano de la función. Se echan en falta a muchos de la anterior trilogía: no sólo a los básicos Will y Elizabeth, sino a algunos secundarios entrañables. Pero bueno, teniendo en cuenta que esta película es casi un spin-off de Sparrow y Barbossa, se perdona. Lo que ya no se perdona es que vuelva a acercarse a las dos horas y media de metraje para presentar una trama que vuelve a abusar de la acción a lo bestia y que resulta demasiado farragosa para lo simple que finalmente es (la manía de meter subtramas que no aportan nada se ha instalado en la saga y se resiste a irse). Tampoco se perdona que los diálogos sean sosos y que hayan perdido tanta gracia, y tampoco que las mencionadas escenas de acción hayan perdido gancho e imaginación.
Se nota, como he dicho, que Marshall intenta hacer un producto personal, y esto se ve claramente en la romántica y atormentada subtrama del cura y la sirena, que, sin embargo, no aporta nada al conjunto y se volatiliza de golpe, como las otras subtramas. Pero el filme hace aguas en general y resulta completamente olvidable. Aunque los personajes nuevos tienen carisma y están muy bien interpretados (tanto el amor de Sparrow como el villano de turno, en la línea de pirata maldito de la saga), no levantan el vuelo de un filme muy manido ya, que ha perdido gracia y capacidad de sorpresa, que vuelve a durar demasiado para decir muy poco y que, aunque mejora a sus dos antecesores inmediatos (cosa que por otra parte no es nada dificil), es claramente muy fallido.
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