TERMINATOR SALVATION de McG - 2009 - ("Terminator Salvation")

Año 2018. Las máquinas dirigidas por la inteligencia artificial Skynet y los humanos se enfrentan sin descanso entre las ruinas de la civilización por el dominio de la Tierra. Un líder humano empieza a destacar cada vez más: el genial estratega y brutal guerrero John Connor, que además es una bomba de carisma para sus soldados. Sin embargo, las cosas parecen torcerse cuando aparece en escena un hombre misterioso llamado Marcus Wright que parece... venir desde el pasado. John tendrá que averiguar quién es esta persona mientras protege a los suyos y a otro hombre que acaba de conocer llamado... Kyle Reese.  

Joseph McGinty Nichol, conocido como McG, es un director mediocre y sin personalidad que se ha encargado de las dos entregas de las aventuras de los Ángeles de Charlie en el cine ("Los Ángeles de Charlie" y "Los Ángeles de Charlie: Al límite"), del drama de superación "Equipo Marshall", de "Terminator Salvation" y de la comedia romántica "Esto es la guerra".

La cuarta entrega de la saga de Terminator fue bastante decepcionante en líneas generales porque la expectación era alta (sobre todo porque iba a mostrar en todo su esplendor el futuro post-apocalíptico que en las anteriores tres entregas sólo se mostró en parte) y porque su resultado final fue bastante irregular. Por lo menos sí creo que el filme es claramente superior a la repetitiva "Terminator III. La rebelión de las máquinas" por abandonar el formato de road movie y centrarse en el bélico de aventuras. La película, una precuela argumentalmente hablando de sus antecesoras al estar ambientada en el "futuro-pasado" de la historia (aunque la mencionada "Terminator III" la colocó "en la continuidad" temporal al variar el futuro de "Terminator II" en su polémico y a la vez sorprendente -eso sí- final), se centra en las relaciones entre John Connor y sus soldados más cercanos y en su ascenso en la jerarquía de la rebelión humana y, por supuesto, en su encuentro con el mítico Kyle Reese. "Terminator Salvation" tendría que haber sido entregada a un director con personalidad o por lo menos a un artesano bien curtido, y no al director de las dos porquerías de "Los Ángeles de Charlie", que la verdad es que intenta currarse una película notable pero no da la talla, al igual que le pasó a Jonathan Mostow con la mencionada tercera entrega del hasta ahora cuarteto. A veces, de verdad, no sé en qué piensan en Hollywood, lo juro.

Hay logros en "Terminator Salvation" pero también muchos fallos y lagunas. El ambiente está muy bien recreado y no decepciona, hay escenas de acción resultonas y bien ideadas, en general se respeta el espíritu de la saga y los homenajes (como el del T-800) tienen su gracia, aparecen nuevos robots con diseños también resultones y los actores están solventes. Por desgracia, la película ha perdido bastante violencia y para estar ambientada en el mundo post-apocalíptico del que venía John Connor no resulta todo lo cruda que debería ser (las dos primeras "Terminator" de James Cameron le dan mil vueltas en este aspecto llevándose dos décadas con ésta), falta bastante de la garra frenética de los combates de las otras entregas mencionadas y, lo que es más importante, los personajes no terminan de cuajar porque no resultan carismáticos a pesar del plantel actoral elegido para interpretarlos: sólamente el de Sam Worthington aporta algo nuevo e inesperado a la película; el resto no dicen más allá de lo esperable; ni Christian Bale como John Connor (un Connor que no termina de comerse la pantalla como debería), ni Bryce Dallas Howard como Kate, ni Anton Yelchin como Kyle Reese (sosete para ser un personaje de su importancia en la saga) ni Michael Ironside como el general Ashdown ni tampoco el algo descolocado personaje de Helena Bonham Carter. En fin, "Terminator Salvation" me parece por lo menos digna y distraída, lo que no es "Terminator III", pero no llega a más y no anima a esperar con interés la quinta entrega de la guerra contra las máquinas, que por lo que he leído quiere hacerse aunque el proyecto está un poco en el aire.