Porco Rosso
lunes, 11 de febrero de 2013
MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES de Kenneth Branagh - 1993 - ("Much ado about nothing")
El príncipe Don Pedro de Aragón regresa victorioso de una batalla y se instala durante una temporada, para descansar, en la paradisíaca villa campestre que su gran amigo, el caballero Leonato, tiene en Mesina. Allí, su soldado Claudio se enamora locamente de la bella Hero, la hija de Leonato, mientras que su amigo Benedicto también se enamora de Beatriz, su sobrina. Don Pedro va a ayudarlos a conseguir a sus respectivas amadas. Sin embargo, alguien quiere destrozarle sus planes: su pérfido e hipócrita hermano Don Juan, que le detesta profundamente y que le desea lo peor a él y a sus amigos...
Como siempre hago a la hora de comentar adaptaciones de autores tan básicos y a la vez tan complejos como William Shakespeare, del que he leído algunas obras pero no soy un experto en absoluto, me voy a limitar a comentar la película de marras y nada más, que en esta ocasión es la cuarta de uno de los directores que más ha hecho en el cine por el genio inglés de todos los tiempos: el fanático de su obra e incansable adaptador de ella Kenneth Branagh. Y tengo que decir que, al igual que me ocurrió con la genial "Enrique V", su debut, "Mucho ruido y pocas nueces" me ha cautivado siendo yo casi un profano en al autor, y sin problemas, y creo que eso ya lo dice todo sobre la película. El filme es, como la obra de Shakespeare, una comedia romántica de enredos con toques dramáticos (como se observan en otras de sus creaciones) pero con mensaje final optimista y bondadoso que demuestra que la verdad siempre vence a la perfidia. Branagh usa los diálogos del escritor inglés para colocarlos en boca de unos actores excelentes y en ambiente bucólico maravilloso (la Toscana profunda, absolutamente paradisíaca) y fotografiado con esplendor y despliega el vaivén amoroso de dos parejas que se quieren y que han de luchar contra circunstancias adversas y también de los secundarios que les rodean, todos muy bien redondeados y descritos en pequeños pero certeros trazos.
La película exhala un aura de optimismo que pocas consiguen: "Mucho ruido y pocas nueces" es una de esas escasas cintas que es capaz de alegrar un dia depresivo a cualquiera, y eso es un mérito que pocos directores pueden contar en su filmografía. Es debido al cariño que Branagh y todo su equipo ponen hasta en los más mínimos detalles, al ritmo impreso que transmite alegría y dinamismo, a la puesta en escena teatral pero que respeta también el cánon del cine, al mencionado ambiente natural y bucólico y, repito, a los excelentes actores que interpretan la película. Exceptuando tal vez a un Keanu Reeves algo sosete (aunque también da vida al villano de turno y su papel tiene mucho menos espacio para el lucimiento que otros), Kenneth Branagh, Emma Thompson, Denzel Washington, Robert Sean Leonard, una jovencísima Kate Beckinsale, Richard Bries, Michael Keaton o Imelda Staunton brillan, brillan y brillan. Sí, "Mucho ruido y pocas nueces" es una joyita de las adaptaciones de William Shakespeare que creo que nadie debería perderse.
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Tras muchos años reflexionado sobre el excesivo tono solemne y académico de "Enrique V" y sobre todo de "Hamlet" -ambas tienen momentos geniales y otros regularcejos-, he llegado a la conclusión de que "Mucho Ruido y Pocas Nueces" es la mejor adaptación "shakespereana" del señor Brannagh.
ResponderEliminarAparte de esto, totalmente de acuerdo con su crítica, Joooooollmeeeesss!!