Porco Rosso

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domingo, 30 de diciembre de 2012

PAGAFANTAS de Borja Cobeaga - 2009 - ("Pagafantas")


Chema es un joven de Bilbao que, tras haberlo dejado con su novia, se enamora locamente de Claudia, una chica argentina que le ve... sólo como su mejor amigo. Chema, con la ayuda de su tío, un fracasado total en el amor, y del que es a su vez su mejor amigo, un supuesto futuro abogado que va a pasar la década estudiando Derecho, va a intentar conquistarla. Chema no lo sabe, pero está a punto de vivir el peor infierno de su vida.


Formado con numerosos cortometrajes y con series como la exitosa "Vaya semanita", el vasco Borja Cobeaga ha dirigido dos largometrajes: "Pagafantas" y "No controles".


Por norma general la comedia es un género que en España hoy me resulta absolutamente insoportable. Porque cuando no es rancia y castiza es amable y buenista, porque cuando contiene crítica social ésta suele ser moralista y maniquea, porque suele estar basada en los personajes tópicos de siempre y en las situaciones tópicas de siempre y porque demasiadas veces suele portar un tufo progre bastante indigesto. Hay excepciones, por supuesto, aunque sean pocas. Y "Pagafantas", sin ser una maravilla ni el culmen patrio del género, es una de ellas. Primero, porque no tiene pretensiones más allá de divertir y porque no va de otra cosa que de simple comedia; segundo, porque tiene verdadera gracia. Gorka Otxoa está genial en su papel del Pagafantas que da título al filme: el eterno amigo enamorado en secreto de una chica que, sin proponérselo (es completa y alegremente ajena a sus sentimientos) se las hace pasar putas en todos los aspectos. La película es una sucesión de gags en los que el referido Pagafantas se va sumiendo en una espiral de desgracias cada vez más profunda mientras es brutalmente maltratado y humillado. El humor que despliega el filme tiene verdadera mala leche en muchísimos de sus pasajes, y retrata de forma excelente a esta clase de personaje (masculino en esta ocasión, aunque existen muchos también femeninos) que todos conocemos más que bien (quien no haya sido un o una pagafantas en algún momento de su vida por mínimo que sea que tire la primera piedra) y que no es más que el paño de lágrimas de su amor secreto.


Aunque se desmadra un poco en su desenlace (donde ya entra el humor directamente absurdo y donde el conjunto pierde ya bastante gracia con todo el rollo forzado del avión y de Bunbury), "Pagafantas" tiene los diálogos y los gags suficientemente inteligentes (o por lo menos no tontos) para hacer reír y disfrutar sin aburrir y sin caer en la vergüenza ajena en la que tantas comedias suelen caer. Hay momentos verdaderamente desternillantes como el documental del inicio, el puteo de la abuela del protagonista en el pasillo, la boda en el barco o el cumpleaños chorra, y los actores tienen todos mucha gracia, en especial el mencionado Otxoa y Óscar Ladoire, que borda al pagafantas ciencuentón cuyas desventuras amorosas con la madre del primero, extendidas durante décadas de frustración, dan hasta "penita". Muy graciosa y muy divertida es "Pagafantas", y lo dice uno que no soporta la gran mayoría de las comedias españolas.


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