Porco Rosso
viernes, 31 de octubre de 2014
FRANKENWEENIE de Tim Burton - 2012- ("Frankenweenie")
Victor Frankenstein es un niño solitario que vive para la ciencia, su pasión, y que no se preocupa por las cosas habituales que les preocupan a sus compañeros de clase. Cuando su mejor amigo, su perro Sparky, muera arrollado por un coche, Victor pondrá en marcha su invento estrella... Un invento que va a permitirle el poder resucitarlo. Sin embargo, la alegría va a durar poco: esta máquina va a traerle también numerosos problemas y va a caer en malas manos.
"Frankenweenie" se estrenó en 2012 junto a "Sombras tenebrosas" pero, por suerte, no es "Sombras tenebrosas". Tim Burton no dejó aquel año con el mal sabor de esa horrenda película y presentó a finales de dicho año, valga la redundancia, una versión larga de su famoso corto homónimo de los años ochenta. Y no es una película mala... Pero tampoco destaca por nada en especial, a pesar de que visualmente es preciosa. Burton tiene un problema desde hace bastante tiempo: se autofagocita demasiado. Sus asuntos se repiten, sus personajes se repiten. Que sí, que lo hacen muchos autores, pero él lo hace con menos gracia. "Frankenweenie" es un compendio de lo mismo de siempre: un protagonista freak (el protagonista habitual de sus películas, desde Eduardo Manostijeras hasta Ed Wood pasando por su versión de Batman) desata una fuerza que no comprende y la lía parda ("Beetlejuice", "Pesadilla antes de Navidad", "Sleepy Hollow", "La Novia Cadáver"...) y el mundo en el que se mueve es muy siniestro pero tiene ese toque entrañable de siempre ("Beetlejuice", "Pesadilla antes de Navidad", "La Novia Cadáver"...). Que no está mal, oigan, que un autor se repita, insisto. El problema es que "Frankenweenie" es otro compendio más de todas las bondades de la primera etapa de Tim Burton, la de las décadas de los ochenta y los noventa, pero con mucha menos inventiva y gracia. Son más de treinta años repitiendo lo mismo, y por muy bien hecho que esté, cansa. A la mencionada "La Novia Cadáver", una película que no es mala en absoluto, le ocurre lo mismo. Tim Burton cansa, y necesita renovarse ya, pero ya.
Para colmo, esta aventura de este perro Frankenstein tiene un problema: empieza muy bien, con una trama bien delineada, bien estructurada, con momentos delicados y verdaderamente entrañables y llenos de homenajes respetuosos... Y, sin embargo, termina en un desquicie bastante vulgar, con la acción yéndose de madre y con los personajes cortados de un tajo en lo argumental y dedicándose a dar carreras sin ton ni son (recuerda todo a una suerte de "Pesadilla antes de Navidad" precipitada y hecha al tun tun). Y es una pena, porque Tim Burton sabe hacer cosas mil veces mejores y más redondas y porque el aspecto visual de "Frankenweenie" es una joya, una maravilla, con ese precioso blanco y negro y esa animación en stop-motion tan primorosa y detallista que hace referencia directa a su cortometraje "Vincent". "Frankenweenie" se puede ver. Pero ya. Y siempre digo que hay ciertos directores a los que, inevitablemente, se les exige más.
jueves, 30 de octubre de 2014
SOMBRAS TENEBROSAS de Tim Burton - 2012 - ("Dark Shadows")
Barnabas Collins se despierta en 1972 tras haber intentado suicidarse en 1776 después de un terrible y delirante drama familiar y amoroso. Se ha convertido en un vampiro y su mundo ha cambiado radicalmente. Para colmo, en su vieja mansión viven sus descendientes, una auténtica pandilla de descerebrados. Barnabas va a tener que adecuarse a su nueva vida y solucionar sus traumas del pasado... Y no va a ser nada fácil en un planeta que se ha vuelto muy loco y con una familia que está aún peor.
El que Tim Burton lleva años flaqueando y repitiéndose y autofagocitándose es un hecho probado, pero, a pesar de ello, a pesar de nadar en la irregularidad más absoluta desde que nos regaló la excelente "Big Fish", nadie se esperaba una película tan increíblemente mala como "Sombras tenebrosas", la que estrenó en 2012 junto a la ya mejorcita "Frankenweenie" y con la que volvía a la comedia estilo "Beetlejuice" de sus inicios ochenteros (aunque con unos resultados infinitamente peores). Está basada esta cosa en una serie de televisión homónima que al parecer en los Estados Unidos tuvo mucho éxito y que se emitió entre 1966 y 1971. No sé como sería esta serie, pero su adaptación de Burton es la peor obra de toda su carrera, mucho peor incluso que la que hasta 2012 ocupaba según la mayor parte de sus fans este lugar: su horrible remake de "El Planeta de los Simios". Tal vez por haber rodado dos películas casi a la vez, tal vez por estar ciertamente algo agotado, tal vez por haber adaptado una serie cuyo humor funcionó en décadas pasadas pero ya no, el director gótico de Hollywood mete la pata hasta el fondo con esta basura infumable con un guión absolutamente terrible. Si bien es cierto que en lo visual es muy bonita e imaginativa, lo cual es habitual en una obra de Tim Burton, el mencionado guión de "Sombras tenebrosas" es una de las porquerías más infames de los últimos años; parece increíble que el director le haya dado luz verde.
"Sombras tenebrosas" tiene unos personajes planísimos y ridículos, basados en tópicos mal llevados y peor explotados, y una trama que va dando saltos sin sentido y sin sensibilidad y que por ello se vuelve insoportablemente aburrida. Todo ocurre precipitadamente, porque sí, y ya el desenlace, desquiciado pero sin ninguna gracia, es la chapuza más grande que nunca se ha visto en una obra de este antes magnífico director. Los actores están pésimos; no porque lo sean, sino porque sus papeles son idiotas y sin puta la gracia y porque están pésimamente explotados. Johnny Depp está hasta irritante en su enésimo papel de freakie, y encima, como protagonista, no da aquí la talla y resulta cansino e insufrible. "Sombras tenebrosas" es un bodriazo de los grandes, un horror, una tomadura de pelo. Fatal por Tim Burton.
miércoles, 29 de octubre de 2014
CACHITO de Enrique Urbizu - 1996 - ("Cachito")
La adolescente Toñi, que ha vivido siempre con su abuela en una chabola en el campo, se marcha, tras la muerte de ésta, a buscar a su madre. Toñi tiene algunas pistas de dónde puede encontrarse. Sin embargo, en su camino se va a cruzar con un peligroso proxeneta y traficante de droga que va a intentar aprovecharse de ella y de su condición de joven marginal. Por suerte, un bondadoso camionero llamado Manolo va a ayudarla y la va a acompañar en su viaje.
El caso de Enrique Urbizu es muy curioso, Si bien hoy es uno de los directores españoles más alabados (y con razón), sus inicios fueron ciertamente extraños y titubeantes. Debutó con una comedia muy olvidada ya, "Tu novia está loca", que no era nada del otro mundo, y siguió con el excelente thriller "Todo por la pasta". Después dirigió, inexplicablamente (imagino que eran meros encargos y punto) dos comedias horripilantes que ni siquiera me voy a tomar el tiempo de comentar: "Cómo ser infeliz y disfrutarlo" y "Cuernos de mujer". Semejantes bazofias (en serio, son terribles, verdaderamente terribles) chocan, y mucho, en la filmografía del autor de "La caja 507". "La vida mancha" y "No habrá paz para los malvados". Lo que importa, de todas maneras, es lo que hizo después. En 1996, ya rodados sendos horrores, Enrique Urbizu volvió a su género predilecto y presentó otro thriller, ahora con cimientos de road-movie, bastante irregular: "Cachito", basado en una novela de Arturo Pérez-Reverte llamada "Un asunto de honor". Si bien el autor vasco retornaba, y por suerte ya para siempre, a la senda del buen cine, esta película, a pesar de ser entretenida, resulta fallida por combinar de una forma un tanto extraña la comedia rocambolesca con el thriller dramático. El mundo desquiciado de "Todo por la pasta" vuelve y también la crítica social, anclaje del mejor cine negro en la mayor parte de las ocasiones, pero la fórmula aquí se desmadra y nos encontramos viendo momentos muy buenos y con verdadera potencia y garra y momentos que dan casi vergüenza ajena.
Urbizu, inexplicablemente, alterna en esta cinta escenas de una calidad dramática indiscutible (como el prólogo, excelente, o como la llegada de la protagonista al burdel de la carretera), con otros terribles e incluso mal rodados (el desenlace es un despropósito y llega a caer, en ese combate final tan cutre, en la pura ridiculez). Los actores no ayudan tampoco: tal vez intentando dar vida a personajes conscientemente extravagantes de la España más profunda y delirante se pierden, pero el caso es que todos están sobreactuados, desde los secundarios hasta los principales, destacando a un Jorge Perugorría y a un Sancho Gracia bastante salidos de tiesto. En cambio, la protagonista, Amara Carmona, tiene una cara de palo que no dice nada durante todo el filme. "Cachito" es una obra irregular del Urbizu irregular de su primera etapa. Insisto: después llegarían grandes obras maestras.
lunes, 27 de octubre de 2014
BLACK COAL, THIN ICE de Diao Yinan - 2014 - ("Bai ri yan huo")
En 1999 el policía Zhang Zili abandonó entristecido el cuerpo tras la muerte violenta de dos de sus compañeros durante la investigación de una serie de brutales asesinatos a cuyo culpable nunca pudo encontrar. En el año 2004 Zhang malvive como vigilante de seguridad y se ha entregado al alcoholismo. Su vida le va a dar otra oportunidad cuando el criminal protagonista del caso inconcluso empiece a matar de nuevo... Y cuando conozca a una misteriosa y atractiva mujer que al parecer está relacionada con él.
Sinceramente, los premios de cine (los premios en general; en literatura o en música pasa muchas veces igual), además de importarme un pito, me dejan de vez en cuando patidifuso. Se habla mucho de las triquiñuelas de los Oscars, de sus adhesiones políticas, de sus arbitrariedades, de su manía de premiar siempre las historias patrióticas de los "buenos americanitos". Y con razón. Después, están los festivales de Europa, donde también se dan fenómenos parecidos aunque "desde el otro lado": a veces se premia, y sin mucho criterio, la cinta más experimental, más rara, más "paja mental" de todo el festival sólo porque es eso... Una paja mental. "Black Coal", del chino Diao Yinan (del que no he visto sus dos primeras películas), se ha hecho este año con el Oso de Oro de Berlín. Y madre mía del amor hermoso... Es la bazofia más horrenda que he tenido el disgusto de ver en mucho tiempo. Que si retrato negro de la China más decadente, que si crítica a la China capitalista más agresiva, que si historia de personajes perdidos y frustrados bla bla bla, bla bla bla. Cuantos mas elogios escucho a esta película, más me doy de cabezazos contra la pared. ¿Seré el único que ha visto en ella semejante tontería? Imagino que la gran corte de los gafapastas pedirá mi cabeza... Y que la pidan: "Black Coal" es basura, pura basura. La fotografia bonita y ciertos momentos líricos no salvan a un conjunto sin sentido, a una historia negra tan críptica que es incomprensible (por lo menos para mi, que soy muy tonto) y con un final que deja al espectador con una cara de imbécil apoteósica.
No he entendido la película. Será que soy más insensible que en el pasado o que ya mi cinefilia no está para intentar comprender las paridas mentales de otros. Será lo que sea, pero el caso es que esta cosa me parece una tomadura de pelo en todos los aspectos. Tras un inicio impactante con un momento negro de violencia explosiva excelente (todo hay que decirlo) llega un festival de la incoherencia apabullante que se prolonga durante 106 minutos absolutamente interminables. El director nos coloca escenas de violencia alternadas con otras muy líricas (todo muy bien rodado, eso sí) sin sentido ni sensibilidad y las salpica de momentos surrealistas que nadie sabe qué pintan ahí y nos desarrolla a unos personajes cuyas acciones no comprendemos en toda la película y que resultan incompletos y hasta confusos. La trama salta bruscamente de un asunto a otro y sin poner ni una sola bisagra entre ellos Se intuye que, como en las buenas películas negras, detrás de todo late un trasfondo social; corrupción, violencia, pobreza, frustraciones sexuales, clasismo... Pero "Black Coal" NO es una buena película negra. El aburrimiento está asegurado porque uno no se entera de nada y no sabe en ningún momento hacia dónde va todo lo que el director cuenta. Después llega la indignación por los euros que uno se ha dejado en esta cosa y, luego, cuando llega el final de la película, la risa floja (compartida con toda la sala, por cierto). Tan apestoso me resulta el cine más comercial y más convencional en el peor de los sentidos como la chorrada pretenciosa que va de intelectualoide y que sólo entiende su creador. Ni Michael Bay ni esto, por favor.
domingo, 26 de octubre de 2014
UN BUEN AÑO de Ridley Scott - 2006 - ("A good year")
Max Skinner es un corredor de bolsa de Londres que vive exclusivamente para su trabajo y para hacer dinero. Un día, le comunican que acaba de heredar la mansión en la campiña francesa de su fallecido tío Henry. Max no tiene mucho interés en hacerse cargo del lugar y, en unos días libres, viaja hacia allí para pensar qué hacer. No lo sabe, pero su vida está a punto de experimentar el giro más radical que nunca ha experimentado.
Después de "El reino de los cielos", Ridley Scott seguía sin hilar fino. Al año siguiente de este estreno, en 2006, presentó una de sus películas mas anodinas y olvidables: "Un buen año", basada en la novela homónima del británico Peter Mayle. No se puede decir estrictamente que sea una película terrible, porque no trata al espectador como a un imbécil y porque ni sus diálogos ni su trama dan vergüenza ajena, pero es tan simple, tan predecible, tan inocua y finalmente como he dicho tan olvidable que... Pues eso, uno la termina de ver y al día siguiente ya no se acuerda de ella. Rusell Crowe, actor fetiche del director desde hace bastante tiempo, da vida en esta ocasión al clásico corredor de bolsa frío y deshumanizado al que sólo le interesa el trabajo y el dinero que, de repente, hereda la casa de su fallecido tío Henry en Francia, una mansión en el campo rodeada de viñedos y cerca de un idílico y luminoso pueblecito. El corredor de bolsa no parece tener tiempo ni para el amor, ni para la amistad, ni para el simple y llano disfrute de la vida, las pasiones de su tío, muy querido por él en el pasado, y de repente conoce a una guapísima camarera del pueblo interpretada por Marion Cotillard. Se imaginan lo que viene. No tienen ni que ver la película para adivinar su final: con esta sinopsis vale sobradamente.
Hay en "Un buen año", además, otra trama más que tiene que ver con el pasado de Henry (Albert Finney) pero que también es bastante olvidable y que sirve para rellenar huecos en la principal y para muy poquito más. Eso sí, la fotografía es preciosa, los parajes naturales son magníficos y el retrato de la campiña francesa es para comérselo (dan ganas de meterse en los viñedos y liarse a mascar uvas). Pero ya está: preciosa a nivel visual, como todo lo de Ridley Scott, a nivel argumental "Un buen año" es un "casi nada", una película típica y tópica, ni mala ni buena, cien por cien predecible desde el primer minuto y que parece ser más un drama rutinario de "encuentros de uno mismo" del peor Ron Howard que una obra del director de "Alien" o "Blade Runner". Y nada más hay que decir.
sábado, 25 de octubre de 2014
EL HOMBRE DE LOS PUÑOS DE HIERRO de RZA - 2012 - ("The man with the iron fists")
Siglo XIX. China. En el podrido y sangriento lugar conocido como Pueblo de la Selva, un misterioso herrero extranjero y de piel negra se gana la vida fabricando unas excelentes y codiciadas armas blancas. Varios grupos de guerreros son clientes suyos y luchan sin piedad por hacerse con el poder. Algo inesperado, sin embargo, se entromete en su guerra y el herrero se ve de golpe inmerso en la contienda... Y obligado a tomar partido y a luchar contra la opresión de los que aplastan a los débiles.
Un día, al rapero RZA, miembro de los míticos Wu-Tang Clan, se le ocurre rodar una película de artes marciales. Se pone a escribir un guión con Eli Roth, otro que tal baila, y decide rodarlo y que Quentin Tarantino ponga su nombre en la obra de marras como productor. Tachán: sale "El hombre de los puños de hierro". Que es más mala que pegarle a un padre. No sabemos qué pretendía RZA: si realizar un "pastiche de autor" al estilo de "Kill Bill" o "Grindhouse", si realizar un pastiche desprejuiciado y cachondo sin más o si realizar una película de acción "seria" (con comillas, por favor). No sabemos qué pretendía ni nos importa después de soportar esta infame bazofia que se queda a medio camino de las tres opciones mencionadas. Es cierto que los pastiches, bien hechos o hechos con una total falta de pretensiones, tienen su gracia. De hecho, están muy de moda desde hace unos años y muchos resultan divertidos en todo su delirio. "El hombre de los puños de hierro", sin embargo, aparte de ser una "cosa indefinida", está mal hecha. Sí, mal hecha. La trama da trompicones del tamaño del Cañón de Colorado, los giros de guión son casi todos gratuitos, los personajes son erráticos y sosos (y el del mismo protagonista, al que de vida el propio RZA, no se define hasta la mitad del filme y no usa sus poderes hasta los últimos cinco minutos... tremendo), los diálogos apestan, el supuesto humor es diarréico, las escenas de acción son ridículas, los escenarios son horripilantes y cutres y los actores son malos, pero malos hasta la náusea (incluso un terrible Rusell Crowe que no sabemos qué hace dando tumbos por aquí está verdaderamente vomitivo). "El hombre de los puños de hierro" es una de las porquerías más aburridas e infumables que he tenido el disgusto de chuparme en los últimos tiempos. Por favor, que RZA se dedique a la música, que es lo suyo, y deje la dirección cinematográfica a gente que tenga por lo menos idea de ritmo, de escritura de guiones y de dirección de actores. Patética película que es mejor olvidar.
viernes, 24 de octubre de 2014
DONDE VIVEN LOS MONSTRUOS de Spike Jonze - 2009 - ("Where the Wild Things Are")
Max es un niño que se está acercando a la pubertad y que no lo está pasando bien al dejar atrás la infancia. Las relaciones con su madre y con su hermana se han vuelto más complicadas y él se siente cada vez más solo y apartado de ellas y, por eso, se comporta de forma agresiva y caprichosa. Un día, tras una pelea con su madre, Max huye... Hacia un mundo poblado por una familia de monstruos. Allí, se convierte en uno más y se dedica a vivir feliz y jugando todo el día con sus nuevos amigos. Sin embargo, el mundo de los monstruos tampoco es perfecto, y los roces y los problemas no tardan en llegar a ellos.
"Donde viven los monstruos" (de título real "Where the Wild Things Are" -y otra traducción más al español que se pasan por el forro-) fue uno de los cuentos (en este caso ilustrado) para niños más polémicos de la historia reciente. Su autor, el escritor y dibujante norteamericano Maurice Sendak, que por cierto fallecidó hace poco, el 8 mayo de 2012, tuvo que enfrentarse en el momento de su publicación, 1963, a numerosas críticas negativas que acusaban a su obra de ser excesivamente oscura, críptica y violenta para ir dirigida a un público infantil, público al que Sendak, que se opuso a la "educación tradicional" entendida como una adhesión sin rechistar a los "modelos aceptados de comportamiento", consideraba demasiadas veces infravalorado por la sociedad en general en su capacidad crítica y de apreciación artística. El siempre experimentador y poco prolífico Spike Jonze, seis años después de "Adaptation", su obra más fallida, levantó el vuelo con la adaptación cinematográfica de este libro, una de sus películas más perfectas. El retrato de los mundos que viven ocultos en la propia realidad humana más cotidiana siempre se le ha dado bien a Jonze (sólo hay que mirar "Cómo ser John Malkovich" o la propia "Adaptation", aunque desde otro punto de vista), y en este filme consigue uno de estos retratos más perfectos, además de una versión de un libro que en lo visual capta toda su esencia y, también, en lo argumental.
"Donde viven los monstruos" es una de las disecciones más lúcidas de la mentalidad infantil que nunca se han hecho. Sin esquivar lo oscuro, lo siniestro que late en el interior de todo buen cuento de hadas (que al final no habla de otra cosa que de la vida misma) pero siempre desde un punto de vista comprensivo y pedagógicamente valiente, retrata el paso a la madurez, o mejor dicho, la llegada a la primera comprensión de la madurez, de un niño que se acerca a la pubertad y que empieza a experimentar en su casa los primeros síntomas de la soledad y el desasosiego adultos en las relaciones con su madre y con su hermana, que ya han dejado de ser lo que eran en la primera infancia para volverse más críticas, egoístas e incluso cínicas. Jugando en un mundo fantástico poblado de monstruos al que ha escapado, este niño aprenderá en cada uno de los monstruos que conozca a aceptar una parte esencial de los propios seres que le rodean. El juego, la fraternidad, la alegría y el miedo, la soledad, el rechazo, la torpeza, la violencia, el ego, el sacrificio, la aceptación, la vida en grupo con sus más y sus menos... Todo está contenido en el periplo del niño de "Donde viven los monstruos" con una inteligencia que no se ha resentido con el paso de los años y que cautiva a cualquier público.
Visualmente, el tercer filme de Spike Jonze es por si fuera poco una absoluta maravilla y el mejor de todos los que ha rodado hasta ahora. Combina la acción en vivo (con actores disfrazados -y qué preciosos disfraces llenos de expresividad y detalle-) con la clásica y entrañable animatrónica y con los efectos especiales creador por ordenador actuales. Los decorados son además una maravilla en toda su naturaleza indómita y extraña, tan infantil como amenazante, y la banda sonora es preciosa. "Donde viven los monstruos" es una de las películas más personales de Spike Jonze y una joyita del último cine infantil-juvenil-adulto, si es que hace falta etiquetar obras como ésta.
jueves, 23 de octubre de 2014
ANNABELLE de John R. Leonetti - 2014 - ("Annabelle")
1967. John y Mia conforman un feliz matrimonio de recién casados y ella está felizmente embarazada. John un día le regala a su mujer, que colecciona muñecas, una especialmente grande y que parece ser antigua. En la vida de ambos empiezan a sucederse extraños acontecimientos... Y pronto algo malévolo cierra filas sobre su hogar.
John R. Leonetti ha dirigido, muy espaciadas, las horrendas secuelas "Mortal Kombat: Aniquilación" y "El efecto mariposa II" y la recién estrenada "Annabelle".
Me daba mal rollo "Annabelle", y no me refiero al mal rollo "terrorífico". Para empezar, cuando la vi anunciada, me daba mal rollo que fuese un spin-off de "Expediente Warren: The Conjuring", una de las películas de terror más decentes del pasado 2013 de uno de los directores más decentes del último cine de este género. Después, estaba el hecho de que este director, James Wan, se había quitado de en medio y ya sólo producía y ahora el encargado de llevar a cabo la dirección de la cinta era el don nadie que había dirigido dos bodriazos de la talla de "Mortal Kombat: Aniquilación" y "El efecto mariposa II". Pero, miren por donde, "Annabelle", que profundiza en la historia de la muñeca que había aparecido en la mencionada "Experdiente Warren", es una película de terror más que aceptable aunque no sea perfecta. ¿Por qué? Por sus sustos. Tiene tres o cuatro que dan el suficiente miedo para que la película merezca la pena. Son sustos efectistas, pero con una cierta dosis de sugerencia y que no abusan de ese efectismo. Son sustos que recuerdan a los de las buenas películas de terror comerciales (son tan pocas ya...): sustos inteligentes y potentes, con garra, y que no se burlan del espectador. Los efectos especiales acompañan: son buenos en su justa medida. Es cierto que los personajes de "Annabelle" son tópicos y algunos están hasta cogidos con pinzas, y es cierto que el guión es muy normalito y que hacia el final el filme pierde fuelle (y el desenlace a mi por lo menos no me convence). Pero reconozco que lo he pasado mal con cuatro o cinco sustos del filme y... A eso es a lo que voy a verlo, ¿no? Con sus lugares comunes y su condición de entrega menor de una saga, "Annabelle" asusta y no te trata como si fueras un imbécil.
martes, 21 de octubre de 2014
IMPERIUM de Ramón Campos - 2012 - ("Imperium")
Galba ha vuelto a Roma hundido y humillado por las tribus bárbaras de Hispania y su familia, a causa de ello, ha caído en desgracia y ha perdido su buena fama y su antes gran posición económica. Galba descubre con horror algo más: su viejo aliado Quinto Servilio Cepión le ha traicionado y se ha aprovechado de su situación. Asediado por las deudas, con una familia en descomposición y con un apellido cada vez menos importante y respetado, Galba va a comenzar a tramar una conspiración para recuperar el papel que cree que le corresponde en Roma... Una terrible ola de muerte está a punto de sacudir a la ciudad.
"Imperium" es un producto televisivo extraño y arriesgado, y más dentro del panorama español. Se trata de un spin-off de la horrenda serie "Hispania. La leyenda" protagonizado por el villano de dicha serie, Galba (Lluis Homar) que, a su retorno a Roma, tiene que luchar por recuperar su prestigio perdido al ser humillado por las tribus de la mencionada Hispania. Se estrenó el 5 de septiembre de 2012 y fue cancelada el día 11 del mes siguiente tras su nulo éxito. Su paso por las pequeñas pantallas fue un "visto y no visto". Tristemente, porque "Imperium", aún con algunos fallos, no tiene nada que ver con "Hispania". Si la primera serie puede considerarse una suerte de respuesta española a la exitosa "Spartacus", ésta puede considerarse una a la no menos famosa "Roma", de la HBO. Es curioso pero, tratándose de un producto ideado y creado por los mismos artífices de su serie madre, "Imperium" es más que digno y se aleja de absolutamente todo lo malo que su antecesora tenía. El tono es radicalmente diferente: se deja de lado lo épico para centrarse en las eternas conspiraciones que latían en la Roma Antigua y que la hicieron famosa históricamente. Galba, un Lluis Homar de nuevo genial, se enfrenta a su rival y viejo aliado, Quinto Servilio Cepión (un también genial Pepe Sancho), para hacer resurgir a su familia, caída en desgracia, de las cenizas. De repente, se encuentra uno con que los diálogos son... Buenos. Y con que los personajes son... Nada planos. Y con que sus acciones esquivan... Hacer juicios sobre buenos y malos (todos actúan conforme a la moral de su tiempo, lo cual es un acierto asombroso, y más en un producto español).
Los seis capítulos de "Imperium", a pesar de estar lastrados por el maldito formato patrio de más de una hora y diez minutos de duración, se siguen con interés y, a pesar de que a partir del quinto la cosa se vuelve un poco repetitiva y empiezan a proliferar peligrosamente las escenas de relleno (no sabríamos si la serie habría perdido fuelle o no en caso de no haber sido cancelada), la trama que delinean es efectiva, está llevada con ritmo, retrata la Roma de su momento con seriedad y sin maniqueísmos y no se ceba en los efectismos tan socorridos en nuestras producciones consistentes en desgraciar el conjunto con historias de amor tópicas y forzadas o con la inclusión de un conflicto entre los buenos buenísimos y los malos malísimos. "Imperium" se acerca mucho en este sentido a las producciones más serias de compañías como por ejemplo la mencionada HBO; como en la también mencionada "Roma", sus personajes se mueven por sus propios intereses y representan a la perfección y sin juicios morales el brutal mundo de aquella sociedad en la que para ascender era perfectamente aceptable asesinar a tu propio hermano o utilizar vilmente a tus propios hijos. Los escenarios son, además, muy destacados, y retratan con realismo las calles de esa Roma sucia, llena de recovecos y de rincones oscuros alejada de la de la clásica producción épica.
Finalmente, no puedo dejar de comentar el excelente duelo interpretativo de Lluis Homar y Pepe Sancho: los dos solos con sus personajes rivales llevan la serie sin problemas, dando vida a dos caracteres magníficos, monstruosos, crueles, avariciosos y sedientos de poder que son víctimas de sus propias conspiraciones palaciegas. Se echa muchísimo de menos a Sancho, por cierto, un actorazo que falleció el pasado 2013. "Imperium", en parte por haber sido repentinamente cancelada, no llega al nivel de obras maestras de la serie española como "Crematorio" o "Isabel" (dos de las cositas que más se salvan de nuestro en general mediocre cuando no malo panorama de la pequeña pantalla), pero se les acerca y se desmarca de la terrible "Hispania" en todos los aspectos. Una pena la de esta serie española diferente e incomprendida.
lunes, 20 de octubre de 2014
HISPANIA. LA LEYENDA de Ramón Campos - De 2010 a 2012 - ("Hispania. La leyenda")
Siglo II antes de Cristo. Roma ha enviado al ejército del prétor Servio Sulpicio Galba a poner bajo férrea mano a las tribus de Hispania. Ambicioso, despiadado e inhumano, Galba comienza una campaña de terror para someter a todo el que muestra la más mínima rebeldía contra la república y empieza a ordenar actos de cruel barbarie y opresión por todo el territorio. Sin embargo, no se imagina que un hombre humilde llamado Viriato está organizando a los nativos para enfrentarse a él... Este hombre clama una cosa más: venganza. Viriato está llamado a ser uno de los héroes más grandes que nunca se ha enfrentado al Imperio Romano.
Es muy recurrido eso de que en España a las series españolas el público más exigente (o más "freakie" si quieren llamarlo incluso, a pesar de las múltiples acepciones que tiene hoy la palabra) no las apoya. Es cierto en líneas generales, desde luego, pero es bien cierto también que en este campo los productos patrios dejan, en más de un noventa por cierto (sin exagerar) mucho, pero que mucho que desear. Salvo honrosas excepciones como la reciente y soberbia "Crematorio" o la todavía en parrilla "Isabel", hay poquito, pero muy poquito salvable en nuestro panorama de la pequeña pantalla. ¿Por qué? Dicen que por presupuesto. Que aquí no tenemos los medios de la HBO. Que aquí no se puede hacer un "Juego de Tronos" o un "The Walking Dead". Pero no, eso es una excusa en la mayor parte de los casos. El problema del mercado de las series españolas es lo poco que arriesgan en todos los aspectos, lo repetitivo y anquilosado de sus propuestas, el poco caso que se le hace al papel de Internet en todo esto (le guste o no a los estreñidos de siempre la red ha sido básica para la promoción de series y para el propio mercado del DVD desde el "boom" que comenzó con "Perdidos" hace ya diez años) y sobre todo las eternas y férreas concesiones al público menos exigente de los exigentes, ese público que se traga cualquier cosa que le echan en la tele para pasar el rato y que le importa un pito ver a famosos echándose en cara sus miserias que a romanos dándose de leches. Aquí no puede haber un "Juego de Tronos" o un "The Walking Dead", pero tampoco puede haber un "Breaking Bad" o un "True Detective", donde no hay que recrear ni zombies, ni mundos imaginarios, ni monstruos, ni grandes batallas: aquí tiene que haber por fuerza una historia de amor o un trío o un cuarteto, tiene que haber por huevos un secundario cómico (o varios y si son de porte enrollado-castizo mejor), tiene que haber porque sí un malo malísimo que es malo porque es malo y tiene que haber obviedades obvias en el peor de los sentidos desde el guión de partida. ¿Soy duro? Hay que serlo. Es lo que hay.
"Hispania. La leyenda" es el ejemplo perfecto que ilustra todo lo que falla en las series españolas. Surgida prácticamente a la vez que la exitosa "Spartacus" (posiblemente se buscaba aprovechar algo de su tirón, lo cual me parece lógico), la serie narra la épica lucha de Viriato contra los romanos. ¿Por qué no retratar la vida de este personaje histórico que fue uno más de esos héroes que supo poner contra las cuerdas al imperio más poderoso de su tiempo? Si se hacen películas y series del mencionado Espartaco o del genio de la guerra cartaginés Aníbal Barca (del que por cierto dicen que viene una serie en camino producida por Halle Berry)... ¿Por qué no se van a hacer de Viriato? Por supuesto, y tristemente, todo lo prometedor de la propuesta termina tirado por los suelos. ¿Por qué? Por lo de siempre: el guión. Se le puede perdonar a "Hispania" el tener millones de imprecisiones históricas (series geniales como "Spartacus" o "Roma" las tienen, y películas como "Gladiator" o "Braveheart" o incluso clásicos como "Ben-Hur", "Cleopatra", "El Cid" o el propio "Espartaco" de Stanley Kubrick). Se le puede perdonar la falta de presupuesto y que las escenas de acción sean más flojas o las batallas menos espectaculares. Se le puede perdonar hasta el infumable formato de capítulos de una hora y diez minutos. Lo que no se puede sin embargo perdonar es un guión que es, con todas las letras, una basura.
Ver a personajes tan planos, tan tontorrones, tan buenos buenos y tan malos malos recitando unos diálogos pedestres y estúpidos a veces (escuchar frases como "Aníbal sí que se lo montó bien" sacadas de la boca de un pastor ibérico dan ganas de apagar la pantalla y salir corriendo) es todo un ejercicio de serenidad budista. Intentar deglutir una historia que no avanza, que está constantemente detenida en los mismos conflictos, dando vueltas sobre sí misma, es pedir mucho al espectador exigente. Ver a personajes del Mundo Antiguo hablando en términos de nuestros días nada disimulados y simplificados hasta la náusea da vergüenza ajena. Chuparse historias de amor gratuitas y ñoñas y desvaríos sin puta la gracia de secundarios cómicos infames no está pagado. La serie sólo tiene veinte capítulos (y la tercera temporada únicamente está compuesta por tres), pero se hace verdaderamente interminable. Ni siquiera algunos excelentes actores como Lluis Homar, que da vida a un villano de altura (eso no se puede negar, el personaje de Galba es excelente; prácticamente el único que se salva de la quema y el único que resulta interesante y que tiene algo de profundidad en su búsqueda enfermiza del poder en Roma), ayudan a levantar un mínimo el conjunto.
"Hispania. La leyenda" es un bodrio, nos pese o no, y demuestra que, incluso cuando salimos de las habituales comedietas costumbristas que tanto éxito tienen en nuestras televisiones, la cagamos. Y no es ensañamiento con un producto sólo porque sea español: ahí están maravillas como las mencionadas "Crematorio" o "Isabel", series que no tienen nada que envidiar a las de, por ejemplo, la también mentada HBO. Pero son dos en un mar de mediocridad infinito. Curiosamente, "Hispania" tuvo un spin-off protagonizado por Galba en 2012 llamado "Imperium" que mejoró bastante el panorama a pesar de que fue cancelado el mismo año tras haber tenido sólo seis capítulos. De esta otra serie hablaré mañana, porque contra todo pronóstico se salva de la quema.
domingo, 19 de octubre de 2014
AGÁRRAME ESOS FANTASMAS de Peter Jackson - 1996 - ("The Frighteners")
Frank Bannister es un charlatán y un timador profesional con poder para hablar con los muertos que utiliza sus facultades para, junto con tres socios espíritus, engañar a la gente y forrarse haciéndose pasar por un cazafantasmas. Sin embargo, la cosa se le va a ir de las manos cuando en una de sus estafas empiecen a sucederse brutales asesinatos y, además del FBI, una monstruosa presencia se ponga a fastidiarle la vida... Frank tendrá que averiguar qué es lo que está ocurriendo y por qué y una delirante locura se abrirá ante él.
"Agárrame esos fantasmas" (horrendísima y despreciable traducción de "The Frighteners" en España) es la película de transición entre el Peter Jackson de sus inicios, de películas más "pequeñas", al Peter Jackson de la "ultrasuperproducción" colosalista (no lo digo esto en sentido negativo: la trilogía de "El Señor de los Anillos" del autor me parece una obra más que notable dentro del cine fantástico, aunque no me lo parezcan ya otras claramente fallidas como su remake de "King Kong" o su trilogía -innecesariamente alargada- de "El Hobbit"). "Agárrame esos fantasmas" es una "rara avis" que está a caballo entre el cine de terror y la comedia y que, a pesar de no terminar de decidirse por ninguno de los dos, sabe combinarlos sin resultar extraña y sin caer en la indefinición entendida en el peor de los aspectos. El director neozelandés realizó en 1996 algo que en los últimos años ha estado bastante de moda: un homenaje a las comedias de terror de la década de los ochenta. Para empezar, el protagonista no es de casualidad Michael J, Fox. Aunque en aquellos momentos el mítico actor de "Regreso al futuro" o "Teen Wolf" estaba de capa caída y además ya estaba padeciendo por desgracia su enfermedad de Parkinson, no deja por ello de poner toda la carne en el asador en uno de sus papeles menos recordados de forma injusta. Otros secundarios no son tampoco casuales: en especial, Dee Wallace-Stone está divertidísima y, sobre todo, Jeffrey Combs está esplendoroso como ese inigualable agente del FBI que parodia todos los tópicos y lugares comunes sobre esta clase de personajes.
El tipo de humor del filme es fino, inteligente, canalla en su justa medida, pero con ese toque de ingenuidad "ochentero" que es tan difícil resucitar con eficacia pero que Jackson consigue devolver de esa otra época. Los toques de terror son también los acertados: hay momentos que dan bastante mal rollo y sustos más que efectivos, aunque el cartel de la película y su comienzo no hagan sino llevar a pensar todo lo contrario. Los efectos especiales, finalmente, están bastante bien y los personajes sobrenaturales a los que dan vida tienen gracia y carisma (y el homenaje estético a la saga de "Los Cazafantasmas" es más que claro). El director de "Braindead" se marcó una película bastante inclasificable pero muy divertida y con personalidad que ha sido bastante olvidada en el marco de su filmografía. "Agárrame esos fantasmas" fue además, junto a "Mars Attacks!" de Tim Burton, la última obra en la que tomó parte como protagonista "en carne y hueso" Michael J. Fox, que desgraciadamente debido a su enfermedad se ha dedicado desde entonces a doblar personajes animados y a realizar algún papel secundario suelto. Hoy, a pesar de su drama, es uno de los mayores activistas en la lucha contra el Parkinson.
sábado, 18 de octubre de 2014
LOS RESCATADORES EN CANGUROLANDIA de Hendel Butoy y Mike Gabriel - 1990 - ("The Rescuers down under")
Bianca y Bernardo reciben un nuevo encargo: ayudar a Cody, un niño australiano, a combatir a los malvados cazadores furtivos que están poniendo en peligro el ecosistema del continente. En esta nueva aventura, van a tener además a un nuevo compañero: Jake, un galán aventurero un tanto especial. Bianca y Bernardo se convierten, una vez más, en Los Rescatadores.
"Los Rescatadores en Cangurolandia" ha sido hasta este momento una de las pocas secuelas de una cinta del estudio de Walt Disney que se ha estrenado en las salas de cine y que pertenece a su colección oficial de "Los Clásicos" (el resto suelen ser bodrios realizados directamente para el pequeño formato con pocos medios y menos cariño que es mejor olvidar y enterrar para siempre). La película retomó, trece años después, las aventuras de los carismáticos roedores Bianca y Bernardo, los rescatadores de aquella fantástica suerte de ONU ratonil de 1977, y, sin embargo, es considerada la "oveja negra" del llamado "Renacimiento de Disney" que se dió entre 1989 y 1999 (tras una década de los ochenta bastante irregular con obras buenas pero comercialmente más fallidas como "Tod y Toby", "Tarón y el caldero mágico", "Basil, el ratón superdetective" u "Oliver y su pandilla" el estudio se volvió a levantar con la extraordinaria "La Sirenita" y encadenó otra nueva década ahora plagada de enormes éxitos). "Los Rescatadores en Cangurolandia" es, efectivamente, una película más floja en todos los aspectos que las que le rodean temporalmente. Aunque la animación es una delicia, cómo no (y fue además la primera película de la compañía realizada plenamente por ordenador), la trama es algo errática, se han perdido los números musicales, las escenas de acción no son malas pero tampoco espectaculares y los nuevos personajes no tienen el carisma de los de los años setenta (se salva algo Jake, esa suerte de ratón australiano que homenajea a Indiana Jones, pero ni los demás secundarios ni los villanos llaman la atención con nada),
La película se puede ver, desde luego, y de hecho es recomendable tanto para los fans de la primera parte como para los fans de Walt Disney o los del cine de animación en general. Es esencialmente entretenida, eso no se puede discutir. Sin embargo, no hay color si se la compara con, por poner ejemplos cercanos, "La Sirenita", o "La Bella y la Bestia", o "Aladdín", o "El Rey León". Aunque en el plano crítico consiguió hacerse con unas buenas puntuaciones, "Los Rescatadores en Cangurolandia" tuvo una recaudación en las taquillas bastante pobre para lo que se esperaba de ella (y aún más teniendo en cuenta que está flanqueada por las mencionadas "La Sirenita" y "La Bella y la Bestia"). Esto, unido a la muerte repentina a causa de una insuficiencia respiratoria de Eva Gabor, dobladora de Bianca, en 1995, hizo que la tercera entrega de la saga, planificada para 1996, fuera anulada y la franquicia cerrada definitivamente, por lo menos hasta hoy.
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