Porco Rosso

domingo, 31 de diciembre de 2017
L'ARTE DELLA FELICITÀ de Alessandro Rak - 2013 - ("L'Arte della Felicità")
Sergio es un taxista de Nápoles que ha pasado de los cuarenta años con una vida llena de frustraciones y sin ninguna salida salvo el tedio. Sumido en una gran depresión, lamenta haber abandonado su pasión, la música, y no tener una buena relación con su hermano, recluido por voluntad propia en un monasterio budista. Un día de lluvia torrencial, la vida de Sergio empieza sin embargo a operar pequeños cambios. Varios de sus clientes le aportan visiones de la existencia novedosas que le ayudan a reflexionar sobre la suya... Tal vez sea ahora el momento de darle un giro radical a todo de una vez.
He aquí, para terminar el año en positivo, una de esas películas preciosas que, por desgracia, son poco conocidas: "L'arte della felicitá". Se trata de una obra animada italiana, debut en el largometraje del director, escritor y autor de cómics Alessandro Rak, que ha venido pasando durante los últimos años por diversos festivales europeos con bastante éxito sin que, por desgracia, se haya estrenado todavía en algunos países (por suerte, ahí está Internet). "L'arte della felicità", compuesta por escenas de animación mixta, de diversas técnicas, de estilos tradicionales y modernos, sigue la vida de un taxista de Nápoles, Sergio, que ha llegado a la cuarentena lleno de frustración por haber abandonado su gran pasión, la música, y por tener una relación insatisfactoria con su hermano, su antaño compañero de banda y ahora recluido por voluntad propia en un monasterio budista. A priori, tenemos una historia típica, pero Rak y el otro guionista de la obra, Luciano Stella, saben navegar por otras aguas para insuflarle originalidad y darle un toque surrealista lleno de símbolos, de viajes oníricos, que representa el viaje interior del propio protagonista, que va recogiendo a personas de toda clase y condición en su taxi y que va escuchando sus problemas y también sus versiones de la vida y de su sentido. Todo ello le ayudará, presumiblemente, a encontrar una salida a su situación. Es ésta una obra certera sobre la depresión, y muy lúcida, que sabe retratar perfectamente este terrible estado de ánimo en el que el mundo deja de tener una razón de ser y en el que cualquier cosa que se haga resulta inútil para poder salir del pozo negro del desánimo. Sus reflexiones sobre el sentido de la vida, sobre la lucha por seguir adelante, sobre el peso del pasado, sobre las frustraciones emocionales, sobre el poder de la voluntad, sobre los problemas de la distancia y sobre la búsqueda de una filosofía que lo explique todo y le de un orden son lúcidas, no tienen verborrea, ni pedantería, ni dan lecciones ni pontifican, y eso se agradece.
A todo esto hay que sumar una banda sonora hermosísima e impresionante, un claro homenaje a la música que el personaje principal abandonó y que puede llegar a ser a pesar de todo su tabla de salvación. El arte, nombre contenido en el propio título de la obra, es eso que es capaz de ayudarnos en el peor momento y hasta de redimirnos por completo cuando pensamos que ya puede estar todo definitivamente perdido. "L'arte della felicità" es una película italiana imprescindible y que debería ser mucho, muchísimo más promocionada. El propio Alessandro Rak se ha quejado de que el país de la pasta y la pizza no tiene una industria propia potente y variada en el campo de la animación, y en ese sentido su película llega justo en un buen momento para romper una lanza a favor de esas filmografías europeas que suelen ser aplastadas por otras más potentes.
FELIZ AÑO 2018. ¡A PASARLO BIEN ESTA NOCHE!
sábado, 30 de diciembre de 2017
LOS CABALLEROS DE LA MESA CUADRADA Y SUS LOCOS SEGUIDORES de Terry Jones y Terry Gilliam - 1975 - ("Monty Phyton and The Holy Grail")
El Rey Arturo y sus caballeros han recibido un encargo divino: encontrar el Santo Grial. Por eso, recorren Inglaterra y, de camino, deshacen o rehacen entuertos y se enfrentan a toda clase de enemigos, desde otros caballeros como ellos hasta soldados franceses pasando por brujos terribles, campesinos revolucionarios o bestias monstruosas.
A estas alturas no hace falta presentar, creo, a los Monty Phyton, uno de los grupos de humoristas más importantes, personales y geniales de la historia, con una carrera juntos que pienso que fue, por desgracia, demasiado corta. Su programa de televisión, "Monty Phyton's Flying Circus", que estuvo en antena desde 1969 a 1974, es impagable y toda una referencia del género, al igual que las únicas tres películas que dirigieron. En 1971 estrenaron, para las grandes pantallas, "Se armo la gorda", que es realmente su primera producción de este tipo, aunque era una colección de sus mejores gags, ya vistos en la pequeña pantalla, y no una película como tal. "Los Caballeros de la Mesa Cuadrada y sus locos seguidores", de 1975, fue su debut real, dirigido por Terry Jones y Terry Gilliam, dos de sus miembros. En ella, se pasaban por el forro toda la mitología artúrica y se liaban a aberrarlo todo con su sentido del humor absurdo, desprejuiciado, anacrónico y social. Porque, aunque sería "La vida de Brian" la que se llevaría la palma en este aspecto, uno de los toques clásicos de los Monty Phyton es el consistente en hacer sátira social de los problemas e hipocresías contemporáneos basándose en aspectos coloquiales de otras épocas. Aquí no dejan títere con cabeza. Se burlan del epicismo patriotero inglés, del acento de los franceses, de las revoluciones de postín, del clasismo, del "postureo", de las religiones, de las superproducciones cinematográficas y hasta de ellos mismos. Y a veces, lo intercalan todo con escenas que son puramente absurdas, sin sentido ninguno, pero que son del todo desternillantes. Los actores son ellos, que están espléndidos en sus papeles chorras, y los efectos especiales conscientemente lamentables, los escenarios cutres impostados y los estupendos y carismáticos segmentos animados terminan de redondear una inolvidable parodia de unos maestros del humor como no ha habido otros.
Sí que el filme tiene algunos momentos en los que llega a ser algo desequilibrado: hay gags que son menos efectivos que otros y algunos que duran demasiado, y todo esto hace que a veces el ritmo del conjunto llegue a ser abrupto. Pero no, esto no lastra un ápice su capacidad cachonda e infinita de hacer reír, de divertir, y de destripar de paso los convencionalismos de una sociedad llena de valores tontos, de tradiciones idiotas y de injusticias. "Los Caballeros de la Mesa Cuadrada y sus locos seguidores" es comedia de diez, de la más personal, y el debut histórico de este gran grupo de cómicos al que se echa tanto de menos.
viernes, 29 de diciembre de 2017
LAS VENTAJAS DE SER UN MARGINADO de Stephen Chbosky - 2012 - ("The Perks of Being a Wallflower")
Años ochenta. Tras haber pasado por una depresión, Charlie, un chico solitario, entra en el instituto para comenzar un nuevo curso. Allí no encaja con nadie: es un alumno marginado del que todos se burlan y al que nadie tiene en cuenta para nada. Sin embargo, un día conoce a un chico llamado Patrick, un chico mayor que él que es visto como el payaso de la clase y que tampoco es nada popular. Charlie se acerca a él y conoce a sus amigos... Y descubre, por fin, el lugar en el que se siente verdaderamente a gusto.
El norteamericano Stephen Chbosky es escritor, guionista y director de cine, muy conocido por ser el creador de la serie "Jericho". En 1995 adaptó su propia novela "The Four Corners of Nowhere" al cine (película que no he podido encontrar) y estuvo luego largo tiempo dedicado al guión, hasta que en 2006 creó la antes mencionada serie. Luego, dirigió "Las ventajas de ser un marginado" que hoy comentados y acaba de estrenar la espléndida "Wonder".
En 1994, Stephen Chbosky empezó a escribir "Las ventajas de ser un marginado", una novela epistolar en la que narraba la adolescencia de un chico con ciertos problemas. En 1999 la consiguió publicar, y fue un éxito instantáneo. En 2012, después de un largo tiempo de parón como director de largometrajes, él mismo se lanzó a adaptarla. Y la versión fílmica de "Las ventajas de ser un marginado" es una joyita maravillosa. La película, que narra conflictos ya conocidos (menos alguno un tanto especial del que hablaré en el espacio para spoilers) por cualquier adolescente (y todos hemos sido y seremos adolescentes) durante los años ochenta, en los que Chbosky pasaba por esta etapa, trasciende con limpieza toda la nostalgia barata o facilona que suelen tener este tipo de productos para crear un retrato marcado por su época pero definitivamente universal sobre la amistad, el amor, el desamor, las primeras frustraciones vitales, la incapacidad para encajar en un ambiente, la hipocresía social que ya está presente en los colegios e institutos como ensayo de lo que va a ser la vida futura, la homosexualidad, la dignidad de ir a contracorriente y el paso a la madurez. Todo lo hemos visto, a veces en nuestras propias carnes, pero el director lo narra con delicadeza, sentimiento, humor, cariño y con una lucidez extrema acompañada de unos diálogos magníficos. Sorprende el retrato de la homofobia presente en aquellos años ochenta: digo que sorprende porque por suerte la sociedad ha cambiado mucho y hoy, aún quedando muchos tabúes en el aire, un homosexual no es perseguido ni atacado como lo era en aquella década e incluso en la posterior de los noventa. También está ahí el homenaje musical, que es intachable y lleno de grandes canciones. Y, por supuesto, las actuaciones, que son, en especial las tres principales, inmensas. Logan Lerman y Emma Watson están increíbles, pero sobre todo Ezra Miller borda a su personaje, el más carismático y querible con diferencia. "Las ventajas de ser un marginado" es una maravilla y todo un ejemplo de cómo se hace una película sobre adolescentes.
SPOILER: Sí, yo también me quedé a cuadros cuando lo escuché en la película y cuando lo leí en internet luego. Todas las versiones coinciden, y quien ha leído la novela lo ratifica: la tía de Charlie abusó de él cuando era pequeño. Pero él la quería a pesar de todo, y estaba hasta enamorado de ella. Un giro de guión del todo alucinante, increíble, adultísimo, de claroscuros insalvables y que da mucho que pensar. Impresionante la vuelta de tuerca que nos da Stephen Chbosky a todo lo que nos había ya planteado de una forma para retorcérnoslo de golpe y dejarnos KO. No me esperaba esto para nada. De diez.
jueves, 28 de diciembre de 2017
WONDER WHEEL de Woody Allen - 2017 - ("Wonder Wheel")
Años cincuenta. Conney Island. Mickey Rubin es un joven que trabaja en la playa como socorrista y que desea tener muchas vivencias y ser un gran escritor. Mickey empieza una relación furtiva con Ginny, una mujer mayor que él que trabaja como camarera en un restaurante de ostras y descubre que la vida de su amante es un completo desastre: vive en un cuchitril con su hijo pequeño, un niño problemático, y con su marido Humpty, un operador de carrusel alcohólico con el que no es feliz. Para colmo, un día todo se termina de derrumbar cuando en su hogar aparece Carolina, la hija de Humpty, que ha dejado a su marido mafioso y que es perseguida por éste...
Woody Allen ha vuelto, escrupulosamente, a estrenar su película anual. Y esta vez, después de "Café Society", tocaba meter la pata. Parece que aquí también se ha vuelto puntual el hiperactivo director de Nueva York. Últimamente parece estar nostálgico, porque nos quedamos de nuevo en una época pasada: ahora los años cincuenta en Coney Island. Hay dos cosas fascinantes en esta película. Una es Kate Winslet, que está del todo inconmesurable. La otra es la fotografía de Vittorio Storaro, que nos remite a una época vista con un evocador romanticismo y que transforma un verano cualquiera en un tiempo casi de sueño, con una iluminación en la que se mezcla lo lánguido y lo colorido sin que haya ningún choque y que recuerda a las películas clásicas saturadas en Technicolor. Después, queda lo malo, que es bastante por desgracia. La trama básica vuelve a ser un compendio de algunas de las tramas habituales de Woody Allen, ahora centrada en el retrato de una vida desperdiciada de unos personajes atrapados por una rutina aplastante llena de frustración y de líos con poca solución a la vista. El problema no es tanto que esto esté ya mucho o poco visto como que Allen se dedica a repetir la misma escena con variantes a lo largo de casi toda la película una y otra vez. Misma discusión sobre el mismo tema básico con varios personajes diferentes y seguimos adelante todo el rato. Diálogos aceptables pero repetidos (y aún siendo aceptables son una sombra de las cosas que es capaz de escribir este director). Y para completarlo todo, personajes que no están todo lo bien coloreados que deberían estar (en especial el de Juno Temple, muy desperdiciado).
Los actores sí que destacan en cambio, incluso los que tienen papeles justitos; en especial, como he dicho, brilla con luz propia y se come a todo el reparto una Kate Winslet que entrega, aunque la película no sea buena, uno de los papelones de su carrera (que tiene ya varios, oigan). Winslet está maravillosa, inolvidable, y duele de verdad verla interpretar a esa mujer atosigada por esa vida de sueños no cumplidos y de premios de consolación. El desenlace del filme sorprende también, aunque no es decisivo a la hora de levantar un poco a todo su conjunto reiterativo, de "deja vu" constante, y a causa de todo ello el ritmo se termina ralentizando mucho y "Wonder Wheel" termina siendo una obra aburrida, pesada, hasta cansina. No se puede decir que sea horrorosa, pero desde luego es de las más flojas del último Woody Allen, y miren que hay ya bastantes flojas en su haber en los últimos años. Bueno, a ver qué nos trae para el próximo 2018, y esperemos que todo mejore.
martes, 26 de diciembre de 2017
EL PROTEGIDO de M. Night Shyamalan - 2000 - ("Unbreakable")
David Dunn es un guarda de seguridad de Filadelfia que lleva una vida anodina y sin alicientes y que está tremendamente distanciado de su mujer y de su hijo pequeño. Un día, algo terrible ocurre: el tren en el que viaja tiene un catastrófico accidente y todo el que iba en su interior muere... Excepto David, que asiste sobrecogido y sorprendido a lo ocurrido. Entonces, un hombre misterioso y experto estudioso de la historia del cómic llamado Elijah Prince contacta con él... Y le plantea una teoría sobre su vida un tanto delirante...
De toda la filmografía de M. Night Shyamalan, "El Protegido" (de nombre real y más lógico y adecuado "Irrompible") es, desde mi punto de vista, su obra más original. En ella vuelve al thriller fantástico, su género predilecto, con un sentido homenaje al mundo de los cómics de superhéroes que sabe planear, desarrollar y cerrar con una imaginación desbordante. Todavía hoy, diecisiete años después de su estreno, sigue sorprendiendo su capacidad evocadora, su fuerza para sorprender a prueba de todo tiempo pasado y presente, sus inolvidables personajes, su estética perfecta y su originalísima y nunca imitada concepción y, por supuesto, sus dos actores principales, un Bruce Willis y un Samuel L. Jackson que demuestran que cuando quieren son dos intérpretes increíbles y que una vez más desarrollan una química fascinante en un duelo interpretativo de altura. Sí, la película es ya del año 2000, pero no quiero decir de todas formas mucho de ella porque puede que haya todavía quien no la ha disfrutado y porque es una película que tiene una implicación especial en el universo de Shyamalan (los que han visto todas las películas del director ya sabrán a lo que me estoy refiriendo). Sí que no voy a dejar de recomendarla siempre, siempre, siempre. Porque es capaz como pocas de hacernos viajar a otro mundo, de situarnos con coherencia y lucidez en la línea divisoria que hay entre la realidad y la ficción, porque es capaz de revisar nuestros mitos urbanos modernos y establecer una nueva lectura del papel de los superhéroes en nuestros días. Su estética, basada en encuadres que imitan a los de las viñetas y en colores apagados en los que destacan algunos encendidos, extiende este homenaje a los cómics clásicos superheróicos norteamericanos, y algunos de sus momentos son ya parte de la historia del cine fantástico, incluso su desenlace, que todavía hoy sigue poniendo los pelos de punta. M. Night Shyamalan tuvo uno de los más grandes comienzos de carrera de las pasadas décadas. Esperemos que vuelva a su imaginación y su buen hacer de siempre después de haber vuelto a despuntar con "Múltiple". Para enero del año 2019 está previsto el estreno de la secuela de esta película, de nombre provisional "Glass". Espero que no decepcione.
ESPACIO CON SPOILER PARA AQUELLOS QUE HAYAN VISTO TODA LA FILMOGRAFÍA DEL DIRECTOR: Suelo comentar las sagas seguidas y en la misma etiqueta, pero no voy a hacer esto en esta ocasión con "Múltiple" porque el principal secreto de esta película es que nadie sabe hasta el final que se trata en realidad de la secuela de "El Protegido" con la génesis de su nuevo villano. La comentaré cuando toque y sin hacer mención a ello, tras hablar de todas las películas previas a ella del director.
domingo, 24 de diciembre de 2017
APRENDIENDO A CONDUCIR de Isabel Coixet - 2014 - ("Learning to drive")
Wendy es una escritora y editora de Nueva York que acaba de romper con su marido y que pasa por una tremenda crisis vital. Triste y sintiéndose sola e inútil, se apunta a dar clases de conducir con Darwan, un hindú que también tiene una colección de problemas y que está a punto de casarse por consejo de su familia con una mujer a la que prácticamente no conoce. Entre ellos surge una relación especial.
El año 2013 no fue bueno cinematográficamente hablando para Isabel Coixet. Dos películas y dos meteduras de pata de las gordas. Una muy valiente y con muy buenas intenciones pero totalmente fallida ("Ayer no termina nunca") y otra directamente para tirarla a la basura ("Mi otro yo"). Ambas están comentadas en esta etiqueta. 2014 fue un poquito mejor, por suerte. La directora volvió a las salas con "Aprendiendo a conducir", una película basada en un artículo de The New Yorker y rodada para el mercado estadounidense que, si bien no es de lo mejor que ha hecho en su carrera, sí que por lo menos eclipsa con un buen hacer básico a sus dos bodrios anteriores. Ciertamente, la historia que se nos cuenta en ella nos la sabemos de memoria y nos la esperamos desde el principio. Una editora de libros pasa por una crisis vital terrible después de romper su matrimonio y empieza a tomar clases de conducir con un profesor hindú que también pasa por su correspondiente colección de problemas. En fin, se imaginan lo que pasa y lo que va a pasar. "Aprendiendo a conducir" es una clásica película de superación, con un ambiente muy intelectualoide y cosmopolita, llena de buenas intenciones. Aún así, no chirría ni es mala. Los diálogos son dignos, las relaciones de los personajes también, así como su construcción y su desarrollo, y la trama no se va por los cerros de Úbeda con tonterías y no abusa (algo que a la peor Coixet le pasa bastante a menudo) de la pedantería retorcida de manual. Patricia Clarkson y Ben Kingsley, con los que la autora ya había trabajado antes, entregan dos papeles muy notables, sentidos, de dos personajes perdidos en el mundo moderno perfectamente humanos y creíbles. Se tratan asuntos como la soledad, el amor y el desamor, las relaciones familiares y generacionales o la integración entre culturas diferentes. Alrededor de todo ello las ansias de pasar página y de dar carpetazo a los problemas y volver de ellos más fuerte, simbolizadas en las clases de conducir que da la protagonista femenina, metáfora simple pero efectiva. "Aprendiendo a conducir" no es una maravilla, pero se ve con bastante encanto y es un soplo de aire fresco necesario después de dos estruendosos horrores. No es como he dicho la mejor Coixet, pero funciona con dignidad.
FELIZ NOCHEBUENA Y FELIZ NAVIDAD :)
sábado, 23 de diciembre de 2017
DIOSES DE EGIPTO de Alex Proyas - 2016 - ("Gods of Egypt")
Antiguo Egipto. Set, el malvado dios de la oscuridad, ha asesinado a su hermano Osiris, que reinaba con bondad sobre los hombres, y ha desterrado a su sobrino Horus, al que además le ha quitado los ojos, fuente de su poder. Sin rivales, Set ha sometido a todo el país y ha instaurado una cruel y brutal tiranía. Sin embargo, dos héroes van a surgir del pueblo: Bek y su novia Zaya, ambos de extracción humilde. Juntos, van a tratar de robar los ojos de Horus para devolvérselos y salvar a Egipto de la ruina.
Que Alex Proyas estaba entrando en una etapa de franca decadencia lo veíamos venir desde la poco explotada "Yo, robot", y la fallidísima "Señales del futuro", que empezaba bien pero que tiraba todo por la borda con su repugnante final, no hizo sino confirmarlo. Eso sí, nunca nos llegamos a esperar algo tan increíblemente decadente como "Dioses de Egipto", su última película, estrenada el pasado año. En serio, es que este bodrio infumable es auténtico porno duro. Todo va de aventuras en el Antiguo Egipto al que hace referencia el título, en el que los dioses se enfrentan entre ellos ayudados por los hombres y unos en el nombre del bien y otros en el nombre del mal. La cosa es que los dioses de marras tienen armaduras al más puro estilo Caballeros del Zodiaco (si nos apuramos para mal al más puro estilo Power Rangers) y se dan de ostias volando y lanzándose hechizos chorras. Uffff. Ya todo en el prólogo da bastante mal rollo. Y lo que llega es peor, mucho peor, infinitamente peor, de lo peor de lo peor. Más de dos horas (es que encima la película es larguita) de una trama gilipollesca y aburridísima se nos ponen por delante y nos vamos tragando, uno a uno, diálogos vergonzantes (pero no se imaginan cuánto), momentos chorras y sin gracia, un humor de pura diarrea, un drama del rastro con una puerilidad impasible, unos personajes lamentables y una historia patética donde las cosas van pasando por la puta cara según le va dando a Proyas y a su equipo para ir justificando los efectos especiales, dioses, monstruos y trampas que se les van ocurriendo meter. Encima, las escenas de acción no son buenas, y los escenarios son un emplaste sin imaginación de lugares comunes de barroquismo tontorrón.
Mientras estas infamias ocurren, les vamos dando patadas sin piedad a los libros de Historia y nos pasamos a todo el Antiguo Egipto con su fascinante mitología incluida por el forro de los cojones con "maravillas" como esfinges que cuentan chistes o un dios de la sabiduría que habla como un rapero. Ah, y está también por ahí un patético Nikolaj Coster-Waldau que mejor que se centre en "Juego de Tronos" y un Gerard Butler haciendo de villano que da verdaderas ganitas de llorar. En fin, todo este teatro de serie B de postín es más que un desastre: es uno de los peores despropósitos del cine americano de los últimos tiempos. Incomprensible que esta basura venga del director de "Spirits of the Air, Gremlins of the Clouds", "El Cuervo" y "Dark City". Me gustaría pensar que esto ha sido un patón muy grande pero que va a ser solamente uno, y que Alex Proyas hará en el futuro algo que se parezca por lo menos a las imaginativas obras de su primera etapa. Veremos, porque su devaluación definitiva como buen director está a la vuelta de la esquina.
viernes, 22 de diciembre de 2017
YELLOW SUBMARINE de George Dunning - 1968 - ("Yellow Submarine")
La feliz tierra de Pepperland ha sido invadida por los Blue Menies, unos malvados seres azules que odian la música y que han instaurado una brutal tiranía en la que está prohibido todo arte, todo color y toda alegría. Por suerte, uno de sus valientes habitantes, Fred, logra escapar en un submarino amarillo y llega a otro mundo, a un lugar llamado Liverpool, en donde va a encontrar a los salvadores de su hogar: cuatro músicos muy particulares llamados John, Paul, George y Ringo.
De todas las películas que rodaron los Beatles o que se rodaron sobre ellos, "Yellow Submarine" es la más famosa y la mejor de todas. Y lo merece, creo, desde luego. La obra animada, que fue un éxito, es además uno de los grandes clásicos de la animación, valga la redundancia, de todos los tiempos. Su trama es simplísima, pero encantadora: motorizada por algunas de las canciones más famosas del cuarteto de Liverpool, viaja a través de mundos fantásticos y psicodélicos siguiendo a los propios músicos, que viven una aventura para salvar a Pepperland (homenaje a su disco "Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band") de los malvados Blue Menies, unos seres azules que odian la música y que han sumergido a esta tierra en una terrible dictadura donde está prohibido el arte, la diversión y la alegría. Como el propio Ringo dijo, lo importante del filme es la música. Pero no creo yo tampoco que el argumento sea por ello despreciable. A pesar de su simpleza, está lleno de delirantes peripecias, tiene diálogos muy divertidos e irónicos, tiene un diseño de personajes y escenarios inolvidables (y mil veces imitados) y tiene, aún expuestos de forma muy básica, mensajes contra las tiranías perfectamente extrapolables a cualquier situación y contra la vida gris, solitaria, sin pasiones y sin amor que muchas personas llevan en el mundo moderno. La mencionada música simboliza el poder de cambiar todo esto, de darle color a todo, de crear para unir a las personas y para perdonar. Los Beatles están en este momento en el tiempo de exaltar la unión, la imaginación, la bondad, la paz y la experimentación (con las drogas inclusive), tan propio de las ideologías rebeldes de finales de los años sesenta y principios de los setenta. Luego, por desgracia, y más pronto que tarde, empezarían sus problemas y sus luchas de egos durante la grabación del disco mítico pero decisivo para acabar con su unión "White Album" (de título real "The Beatles", simplemente), que fue lanzado en noviembre de aquel mismo 1968 con la banda ya bastante agujereada por las broncas de estas sesiones de estudio.
Sin embargo, y a pesar de todo esto, "Yellow Submarine" fue, es y será por siempre alegría, maravilla, luminosidad, delirio, imaginación al poder, humor y buenas intenciones, y todo ello con una animación fantástica del canadiense George Dunning y con una banda sonora (aparte de los temas de los propios John, Paul, George y Ringo) de su mánager George Martin, que se sacó unas composiciones también inolvidables que fueron alabadas por la crítica. Como curiosidad, y a pesar de esto, el disco "Yellow Submarine", de 1969, ha quedado para historia como prácticamente el único "disco malo" de The Beatles, al ser solamente la banda sonora de esta película y cinco temas desechados o directamente repetidos que ellos incluyeron al verse obligados a grabar este álbum por contrato, lo cual hicieron sin ningún interés. La película, por suerte, sí que ha quedado para la historia de toda una época y como clásico inmortal animado. Imprescindible es poco.
jueves, 21 de diciembre de 2017
SILENCIO DE HIELO de Baran bo Odar - 2010 - ("Das Letze Schweigen")
En una pequeña ciudad alemana de provincias, una adolescente, Sinikka, ha desaparecido, y la policía y los vecinos la buscan por todas partes sin éxito. Pronto, Krischan, un viejo agente ya jubilado, encuentra similitudes con un caso muy parecido ocurrido en la zona en 1986 en el que él trabajó. El trágico suceso se oscurece y muchas personas empiezan a girar a su alrededor.
El suizo Baran bo Odar, famoso recientemente por haber creado la serie "Dark", ha trabajado habitualmente en la industria del cine alemán. Además de dicha serie, es dueño ya de una filmografía corta pero prometedora compuesta de thrillers, su género predilecto. Debutó con "Unter der Sonne", la cual no he podido encontrar, tras la que llegó la excelente y comentada hoy "Silencio de hielo". Le siguió la buena "Who Am I. Ningún sistema es seguro" y la metedura de pata (esperemos que sea solamente ésta) "Noche de venganza", que rodó en los USA.
"Silencio de hielo" es uno de los mejores thrillers europeos que he tenido el gusto de conocer en los últimos años, y el principio de una carrera que se anuncia desde luego prometedora. En una ciudad de provincias alemana ha ocurrido un monstruoso crimen... Muy similar a otro ocurrido en los años ochenta en la misma zona. Y un grupo de personajes articulan sus historias personales, valga la redundancia, alrededor de este terrible hecho. Conocemos a los autores del crimen que sucedió hace décadas (no es spoiler: lo vemos en la primera escena de la película), pero no a los del crimen más reciente. Esto le da a la intriga una imaginativa capacidad para enganchar al espectador, que se agarrará al pasado para tratar de establecer su idea de lo que ocurre. Los caracteres están perfectamente desarrollados en una trama coral magnífica, y muy bien interpretados, y los diálogos son igualmente fantásticos y delinean un retrato social acertado que Baran bo Odar sabe llevar siempre con fluidez, con ritmo y marcando perfectamente cada giro de guión para que nada decaiga. Sorprende especialmente un desenlace bastante inesperado, muy sutil y políticamente incorrecto, que suscita bien entendido un debate interesante. Desde luego, no lo voy a revelar, pero creo que por su lectura de los hechos novedosa la película merece la pena. "Silencio de hielo", alejado de todo maniqueísmo fácil, es un drama criminal sobre seres despreciables, pero también lo es sobre seres perdidos, sobre la culpa, sobre el peso del pasado, sobre la infancia perdida y, en última instancia, sobre la soledad de un cierto tipo de persona que socialmente es deleznable. No quiero decir mucho más sobre esta espléndida película del último cine alemán salvo que la vean. Muy, muy recomendable y bastante diferente en muchos aspectos a los thrillers europeos de manual de los que hoy tenemos tanto empacho.
miércoles, 20 de diciembre de 2017
UN INVIERNO EN LA PLAYA de Josh Boone - 2013 - ("Stuck in Love")
Bill Borgens es un reconocido novelista que pasa por la peor crisis de su vida tras su divorcio, que no ha aceptado. Bill no se resigna a su pérdida y nada le llena, y esto le está afectando hasta a su capacidad para enfrentarse a la página en blanco. Mientras, su ex mujer, Erica, trata de rehacer su vida con otro hombre y los hijos de ambos, Samantha y Rusty, se enfrentan a los dilemas de sus primeros grandes amores de juventud mientras experimentan con sus primeras novelas y relatos, en los que plasman sus vivencias y sus visiones del mundo.
"Un invierno en la playa", el debut del norteamericano Josh Boone en la dirección, es una comedia romántica de cauces habituales que, sin embargo, sorprende por su buen hacer (que no es que abunde precisamente en este devaluado género) y por sus diálogos, personajes y situaciones con una mínima inteligencia. En sí el filme no es ni original ni magistral, pero narra una trama de pérdidas amorosas y estancamientos vitales (su título real, que no tiene nada que ver con el horrendo adaptado para el mercado español, es "Stuck in Love") en un ambiente de intelectualidad literaria y pijerío urbanita. Sí, tiene todo esto un cierto tufillo a Woody Allen, aunque tampoco es que sea una copia descarada del estilo de sus obras. Un estupendo Greg Kinnear es un escritor famoso que lleva muy mal, fatal, el haberse separado de su mujer, otra estupenda Jennifer Connelly, y cuya relación con sus dos hijos no va del todo bien. Todos ellos son de una forma u otra amantes de la literatura, y la referencia a los libros está servida, y todos ellos son un poco esnobs también. La película es un retrato generacional y de los problemas que cada grupo de edad tiene en su momento más importante. Tenemos amor y desamor esencialmente como asuntos centrales, y vamos pasando del primer amor de adolescencia al miedo ante una relación seria de una persona que se esconde en la promiscuidad o al sentimiento de fracaso vital y desamparo que se vive tras un divorcio. Alrededor pivotan otros temas como el bloqueo creativo, el miedo a las nuevas y desconocidas etapas, la soledad, el rencor, la enfermedad, la llegada de la muerte o la amistad. Los diálogos son dignos y todo está tratado con seriedad. El drama no se quema con rapidez y el ritmo es fluido y fresco. Echo más en falta una crítica a las clases altas y a los "problemas del Primer Mundo" en la obra, porque creo que esta posibilidad estaba servida en bandeja y el director no la ha aprovechado (que sí, que la sombra de Woody Allen es alargada, lo reconozco). Sin embargo, tampoco Josh Boone está obligado a hacer esto. "Un invierno en la playa" es una película de amores bellos y frustrantes muy bien hecha, que puede que no sea muy recordable, pero que siendo una comedia romántica está por encima de sus compañeras habituales de género en casi todos los aspectos.
martes, 19 de diciembre de 2017
GREMLINS II. LA NUEVA GENERACIÓN de Joe Dante - 1990 - ("Gremlins II. The new batch")
Billy y Kate viven ahora en Nueva York y ambos trabajan en el gran rascacielos Clamp, el edificio más moderno y "cool" de la ciudad, que cuenta con toda clase de servicios y atracciones. Gizmo, mientras, ha seguido su vida normal con el Señor Wing en su tienda. Algo terrible ocurre sin embargo... Y Gizmo acaba perdido en este gran edificio... Y se acaba mojando.
"Gremlins II. La nueva generación" se estrenó seis años después de "Gremlins" y no fue ya un gran éxito de taquilla ni tampoco de crítica. El mismo Joe Dante reconoció que había pasado demasiado tiempo entre una y otra para que el "boom" se repitiese. Esta secuela, sin ser una película terrible, cometía algunos fallos que la lastraban, a pesar de tener también algunas cosas interesantes. Para empezar, era menos violenta y menos asquerosa. Ya se sabe lo que ocurre cuando se trata de llegar por la fuerza a todos los públicos: se pierde la esencia original y se hace todo más políticamente correcto. Luego, además, su trama era más lineal y tenía menos alicientes: consistía en evitar que los gremlins de marras saliesen de un gran rascacielos de Nueva York pero en esencia era todo más bien una excusa para meternos un conjunto de gags y de exhibición de efectos especiales que una trama bien hilvanada. Algunas cosas buenas tenía a pesar de todo, como he dicho: en especial, y aunque esto suele ser característica de muchas secuelas, se mejoraban los mencionados efectos especiales y había una gran variedad de gremlins nuevos, desde uno eléctrico a uno superdotado capaz de hablar pasando por uno travestido, uno transformado en gárgola y capaz de volar o el villano clásico convertido en una espeluznante y gigantesca araña. También había algunos buenos momentos, como una cierta crítica al capitalismo desbocado o esa parodia de Rambo protagonizada por Gizmo, mientras que Zack Calligan y Phoebe Cates, que repetían como protagonistas principales, estaban de nuevo bastante bien. Por contra, faltaban personajes esenciales de la primera parte (como la familia de Billy) y algunos secundarios nuevos como el interpretado por un desaprovechadísimo Christopher Lee no servían para casi nada. "Gremlins II. La nueva generación" no fue la peor secuela de la historia, desde luego, y se podía ver bien y lograba divertir, pero tampoco es que sea digna de recordar y ya no dio paso a una tercera película de la saga. Últimamente se habla de la posible llegada de esta nueva película de estos entrañables bichos a pesar de todo y a causa de la moda de resucitar viejas series de décadas pasadas. No sé en qué acabará esto, si en una tercera parte en sí o en un remake o reinicio, pero lo que espero es que hagan algo por lo menos digno, no pido más. Aunque vistas cosas como "Los Cazafantasmas" del año pasado, miedo me da...
lunes, 18 de diciembre de 2017
GREMLINS de Joe Dante - 1984 - ("Gremlins")
Es Navidad en la pequeña ciudad de Kingston Falls y Rand Peltzer, inventor, ha vuelto de Nueva York con un regalo para Billy, su hijo: un mogwai, un pequeño y extraño animalito que ha comprado en una tienda de antigüedades oriental. Billy se encariña rápidamente con él y le llama Gizmo, y ambos se convierten en grandes amigos. Sin embargo, Gizmo es un ser que esconde grandes peligros...
Aunque se ha ido devaluando con el tiempo, Joe Dante fue uno de los directores comerciales más interesantes de los años ochenta. Se especializó en la comedia, la ciencia ficción y la fantasía, y entregó grandes éxitos en esta década y en la siguiente. Como he dicho, su imaginación ha ido perdiendo fuerza y hoy, tristemente, lo estamos viendo en unas películas bastante lamentables. Su filmografía se compone del documental "The Movie Orgy", de la comedia "Esas locas del cine", de los filmes de terror "Piraña" y "Aullidos", de la comentada "Gremlins" y su secuela, de la comedia de aventuras "El chip prodigioso", de las comedias "No matarás... Al vecino" y "Matinee", de las películas de aventuras "Pequeños guerreros" y "Looney Tunes: De nuevo en acción", del filme de terror "Miedos 3D" y de la comedia negra "Enterrando a la Ex". También ha trabajado en numerosas series de televisión.
"Gremlins" es una de esas películas tan curiosas de la década de los ochenta que conjugaba la comedia de aventuras para públicos jóvenes con inesperadas escenas de violencia y brutalidad y con un humor negrísimo (algo parecido a lo que pasaba en "Indiana Jones y el Templo Maldito", la más "rara" con diferencia de su cuarteto). Joe Dante, producido por gente como Steven Spielberg y con un guión de Chris Columbus, dirigía en la primera mitad de esta década un cuento navideño con moraleja sobre la responsabilidad y el cuidado de los animales muy pero que muy particular. Mezclaba la aventura, el terror, la comedia, el filme de adolescentes y hasta el mencionado cuento de Navidad con los gremlins que dan título al filme, unos bichitos adorables capaces de transformarse en las peores y más bestiales criaturas imaginables. Todo era pulp: desde el diseño de los bichitos (un trabajo artístico de matrícula de honor de Chris Wallas con un carisma insuperable) hasta su propietario original (un oriental tópico que parecía sacado de alguna producción de serie B de Hong Kong) pasando por los gags sangrientos e incluso escatológicos. "Gremlins" es una película bastante asquerosa: hay moco por todas partes, apuñalamientos, gremlins encerrados en un horno o en una batidora, mutaciones repugnantes. Curiosamente, los Gremlins no llegan a matar a nadie, solamente a los personajes "malos". Aunque eso no impide que sean unos hijos de la gran puta de mucho cuidado, destructores de todo lo que encuentran y con un sádico sentido del humor. Los personajes eran divertidos, en especial el inolvidable Gizmo, rey del merchandising de aquellos años y todavía hoy. Y las escenas de acción, que homenajeaban al slasher, eran trepidantes e imaginativas, mientras que los mencionados gags siguen siendo hoy totalmente desternillantes. "Gremlins" es una película hecha con encanto, que mezcla géneros e influencias sin prejuicio ninguno, y que, sin pretensiones, está bien hecha, pero bien hecha de verdad. Por eso es tan mítica y por eso fue un exitazo. Además de su tardía secuela, tuvo montones de imitaciones, también muy conocidas (la más famosa es "Critters", aquellos erizos espaciales que llegaron a tener hasta tres continuaciones), pero con mucho menos carisma y que se basaban esencialmente en ser copias cutres de estos bichos pero con un toque más sangriento.
sábado, 16 de diciembre de 2017
STAR WARS: LOS ÚLTIMOS JEDI de Rian Johnson - 2017 - ("Star Wars: The Last Jedi")
La Primera Orden tiene a la Resistencia, cada vez más mermada, contra las cuerdas. Y ahora está a punto además de destruir la nave en la que viaja su principal cuerpo, liderado por la general Leia Organa, que envía al piloto Poe Dameron a una peligrosa misión para tratar de salir de este atolladero. Mientras, en los confines de la galaxia, Rei ha encontrado por fin a Luke Skywalker. ¿Qué le espera en el lugar del retiro del desaparecido jedi?
Nueva entrega de "Star Wars", y nueva polémica, como era de esperar. Nuevas opiniones radicalmente opuestas, nuevas sobrevaloraciones y nuevas indignaciones, nuevas peleas acalaoradas a la salida del cine y en la barra del bar y en el grupo de whatsapp. Pues a mi en general me ha encantado "Star Wars: Los últimos Jedi". Con sus pequeños fallos, que los tiene. No quiero decir nada de ella (salvo en el espacio para spoilers que habilito abajo para quienes la hayan visto ya) porque está recién estrenada y creo que es mejor ir completamente virgen a verla. Sí que voy a decir que me parece, junto con "Rogue One", la película más arriesgada de la saga. "Star Wars: El despertar de la fuerza", la anterior entrega directa argumentalmente hablando, suscitó la misma, mismita polémica. Eso de ser (que lo era) una suerte de "remake" encubierto de la primera película, "Star Wars: Una nueva esperanza", disgustó a muchos y gustó a otros cuantos, que alabaron su capacidad consciente de hacer un buen homenaje. Aquí ha pasado lo mismo, pero precisamente por todo lo contrario: porque la película arriesga. Y quien no arriesga, no gana. De J.J. Abrams pasa ahora la dirección a Rian Johnson, un director que hasta ahora siempre ha sido original y que tiene hasta la "cara" de meterle su particular humor a la película. Y oigan, lo hace sin crear un gran disgusto, sin desentonar, y dándole un soplo de aire fresco a todo (vaya, que no es esto la opereta vergonzosa que es la basura de "Thor: Ragnarok"). Y se atreve a hacer muchas otras cosas más que puede que no gusten a los fans de toda la vida. Pero es que a estas alturas, con dos trilogías a sus espaldas, en un episodio octavo repetirse y volver a hacer lo mismo de siemper es morir, y de muerte súbita. Rian Johnson lo ha entendido, y posiblemente sus productores, aunque sean los de la Disney, también. Si haces lo mismo de siempre en la novena película de esta saga, ya has metido la gamba del todo. Y se juegan en ella fichas difíciles, de bastante riesgo, y desde mi punto de vista, a pesar de ciertos fallos y ciertas cosas que chirrían, se gana.
Y como siempre, las interpretaciones están de diez (el plantel de nuevos actores es una vez más un dechado de carisma). Y la ambientación, con sus nuevos planetas. Y los guiños conscientes a las anteriores partes. Y los personajes, que salvo alguno que desentona, están muy pero que muy bien desarrollados (tal vez los mejor desarrollados de toda la franquicia desde "El Imperio Contraataca"), y de nuevo con total respeto a los antiguos sin dejar de prestar atención a los mencionados nuevos (que además, no son nada maniqueos: por fin en "Star Wars" hay caracteres con dobleces, en la estela de "Rogue One"). Finalmente, la acción es genial, desde los combates de sables de luz de siempre hasta las batallas interestelares o la acción más cachonda. Y oigan, también la película tiene crítica política y mete caña a asuntos actuales como la demagogia de los populismos o la venta de armas. Lo dicho: a mi me ha encantado, con sus fallos.
ESPACIO CON SPOILERS: No me gusta nada, pero nada nada, que no se diga absolutamente nada de Snoke. Ojo, me encanta que lo maten a mitad de la película. Es un sorpresón. Ahora bien, creo que un personaje tan enigmático, que prometía tanto, se merece un desarrollo. Y no, no digo "más desarrollo": digo "un desarrollo". Porque es un maldito cartón: no sabemos nada de él y tiene pinta de que así nos vamos a quedar. Con respecto a puntos buenos, me gusta que Luke caiga en el lado oscuro (ya era hora, joder, que este jedi ha pasado por una vida perra y ha tenido el peso del universo en sus espaldas demasiado tiempo como para no caer aunque sea un poco... Nadie es perfecto y nadie debe ser perfecto en toda buena historia). Y que Rei no sea hija de nadie en especial. Y que Kylo Ren sea un pringado con ansias de poder y lleno de odio al que el propio Snoke llama payaso en su cara. Joder, es que su tío intentó matarlo y sus padres no hicieron nada: ¿cómo quieren que esté? ¡Pues lleno de rabia juvenil y de rencor profundo! ¡Es totalmente coherente! Y a veces los malos perfectos ya cansan tanto como los buenos perfectos. En este filme, este criticado antagonista se ha convertido en uno de diez. Lo de Leia del espacio me chirría, y lo del interés amoroso de Finn lo veo demasiado gratuito. Pero se le perdona al resto, a la película de "Star Wars" que más arriesga junto con "Rogue One".
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