Porco Rosso

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domingo, 24 de diciembre de 2017

APRENDIENDO A CONDUCIR de Isabel Coixet - 2014 - ("Learning to drive")


Wendy es una escritora y editora de Nueva York que acaba de romper con su marido y que pasa por una tremenda crisis vital. Triste y sintiéndose sola e inútil, se apunta a dar clases de conducir con Darwan, un hindú que también tiene una colección de problemas y que está a punto de casarse por consejo de su familia con una mujer a la que prácticamente no conoce. Entre ellos surge una relación especial.


El año 2013 no fue bueno cinematográficamente hablando para Isabel Coixet. Dos películas y dos meteduras de pata de las gordas. Una muy valiente y con muy buenas intenciones pero totalmente fallida ("Ayer no termina nunca") y otra directamente para tirarla a la basura ("Mi otro yo"). Ambas están comentadas en esta etiqueta. 2014 fue un poquito mejor, por suerte. La directora volvió a las salas con "Aprendiendo a conducir", una película basada en un artículo de The New Yorker y rodada para el mercado estadounidense que, si bien no es de lo mejor que ha hecho en su carrera, sí que por lo menos eclipsa con un buen hacer básico a sus dos bodrios anteriores. Ciertamente, la historia que se nos cuenta en ella nos la sabemos de memoria y nos la esperamos desde el principio. Una editora de libros pasa por una crisis vital terrible después de romper su matrimonio y empieza a tomar clases de conducir con un profesor hindú que también pasa por su correspondiente colección de problemas. En fin, se imaginan lo que pasa y lo que va a pasar. "Aprendiendo a conducir" es una clásica película de superación, con un ambiente muy intelectualoide y cosmopolita, llena de buenas intenciones. Aún así, no chirría ni es mala. Los diálogos son dignos, las relaciones de los personajes también, así como su construcción y su desarrollo, y la trama no se va por los cerros de Úbeda con tonterías y no abusa (algo que a la peor Coixet le pasa bastante a menudo) de la pedantería retorcida de manual. Patricia Clarkson y Ben Kingsley, con los que la autora ya había trabajado antes, entregan dos papeles muy notables, sentidos, de dos personajes perdidos en el mundo moderno perfectamente humanos y creíbles. Se tratan asuntos como la soledad, el amor y el desamor, las relaciones familiares y generacionales o la integración entre culturas diferentes. Alrededor de todo ello las ansias de pasar página y de dar carpetazo a los problemas y volver de ellos más fuerte, simbolizadas en las clases de conducir que da la protagonista femenina, metáfora simple pero efectiva. "Aprendiendo a conducir" no es una maravilla, pero se ve con bastante encanto y es un soplo de aire fresco necesario después de dos estruendosos horrores. No es como he dicho la mejor Coixet, pero funciona con dignidad.


FELIZ NOCHEBUENA Y FELIZ NAVIDAD :)


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