Porco Rosso

Porco Rosso

jueves, 30 de abril de 2015

EL REY ARTURO de Antoine Fuqua - 2004 - ("King Arthur")


El general romano Arthur, destinado en la salvaje Bretaña, sueña cada día con retornar a Roma para llevar una vida pacífica. Sin embargo, la propia Roma está sumida en la decadencia y el Imperio está disgregándose a pasos agigantados entre la corrupción, las luchas internas y las amenazas bárbaras. En la propia Bretaña una gran invasión de brutales bárbaros del norte se está gestando y está a punto de cambiar las cosas para siempre... Arthur no se lo imagina, pero está llamado a ser uno de los reyes más grandes que ha conocido la historia.


Me gustan las revisiones de las historias épicas de siempre, y más cuando intentan ahondar en el supuesto origen histórico de estas historias épicas. Por eso revisité hace no mucho "El Rey Arturo", esta cinta del irregular Antoine Fuqua, que hace poco más de diez años cambiaba de registro (su género predilecto suele ser el thriller) para rodar una suerte de lo que ahora llamaríamos "Rey Arturo Begins" (solamente que en aquel entonces, en 2004, quedaba más o menos un año para que Christopher Nolan presentase su ultrainfluyente "Batman Begins"). Tenemos así a un Rey Arturo que es un general romano quemado de todo y que ve cómo Roma se va al garete, tenemos una ambientación sucia y oscura y alejada de la épica habitual esplendorosa heredada del Hollywood dorado y tenemos personajes más desencantados de lo habitual que se mueven en un mundo crepuscular. Como el de tantos westerns de la etapa final de la era de oro del género, o como el de "Robin & Marian" de Richard Lester, La película, por desgracia, funciona a medias. Históricamente no sé hasta que punto es real, aunque sí que he leído que el supuesto Rey Arturo era realmente, según una de las últimas teorías que se barajan, un general romano llamado Lucius Artorius Castus. En fin, es otra más de estas teorías, pero ahí está y hacer una película de ficción basándose en ella puede ser interesante. Como he dicho, "El Rey Arturo" es irregular, aunque lo cierto es que básicamente también distrae y no produce vergüenza ajena.


La película tiene todos los tópicos de siempre: exaltación de la libertad y la lealtad hasta el final en un empaque épico. Los personajes son esperables y predecibles. Hay errores que hasta alguien no muy ducho en historia puede pillar (¿Qué leches hace una villa romana más allá del Muro de Adriano, que separaba el Imperio Romano de un mundo de tribus salvajes a las que todos temían?). Por otra parte, la película es demasiado larga (le sobran perfectamente veinte minutos) y por ello su ritmo se resiente. Sin embargo, hay aciertos también: la representación de la Roma que se hunde y de la época de invasiones bárbaras que se le viene encima a Europa está bien labrada, con el elemento justo de extrañeza y brutalidad y con unos escenarios decadentes que anticipan bien la llegada de la Edad Media. Las batallas están en general bien recreadas (aunque alguna se pase en acción made in USA, ustedes me entienden) y los actores están muy bien (la verdad es que Clive Owen chupa cámara y se lleva de calle al espectador). "El Rey Arturo" no es un filme exactamente fallido: cumple a secas, pero básicamente cumple. Sin embargo, podría haber dado mucho de sí y se nota que Antoine Fuqua, a pesar de haber dirigido un peliculón como "Training Day", no sale de ser un simple artesano.


miércoles, 29 de abril de 2015

ASÍ EN LA TIERRA COMO EN EL INFIERNO de John Eric Dowdle - 2014 - ("As Above, So Below")


Un grupo de jóvenes, investigadores unos y aventureros fanáticos de las actividades de riesgo otros, se adentran en las míticas catacumbas de París. Lo llevan todo perfectamente planificado y preparado y sueñan con encontrar grandes tesoros, con lograr el reconocimiento en sus respectivos campos y con vivir nuevas experiencias. Van, además, a documentar todo lo que vean en una cámara. No se lo imaginan, pero están a punto de vivir un auténtico infierno...


Hace unos meses ya hablé de lo mala que era "La trampa del mal" y lo triste que me parecía que John Eric Dowdle, el director de la estupenda "The Poughkeepsie Tapes" (ahora por lo que se ve la acaban de traducir para el mercado español como "Recuerdos perversos"), se haya puesto tras ella a entregar bodriazos de la talla de esta película o del innecesario remake americanito del "REC" de Jaume Balaguero y Paco Plaza. Pues bien, si "La trampa del mal" es mala, no se pueden ni imaginar lo que es "Así en la Tierra como en el Infierno". que se estrenó el año pasado. Esta cosa, porque no se le puede llamar de otra manera, es el enésimo "Falso documental" en el que unos jóvenes se pierden en algún sitio o son masacrados por algo mientras lo graban todo con su cámara. Ahora nos vamos a las célebres Catacumbas de París, que por la cara son una puerta hacia el Infierno o algo así (y nadie se ha dado cuenta hasta ahora). Salvo el hecho de que la película está rodada en dichas catacumbas (y el escenario mola, todo sea dicho, aunque esté pésimamente aprovechado), todo lo que contiene su metraje es para tirarlo a la basura. Personajes imbéciles, actores berreantes, diálogos apestosos, una metáfora barata y penca con mensaje moral cutre y predecible, escenas cotidianas de relleno y que no aportan nada por un tubo (no podían faltar), sustos repetitivos "sin chicha ni limoná", muertes idiotas (pero de verdad) y, encima, unos efectos especiales de vergüenza ajena (tipos con caretas de carnaval corriendo como patos mareados en un campo de fútbol... para reír o llorar, ustedes eligen). "Así en la Tierra como en el Infierno" es basura, pura basura. Cine de terror de serie Z para abajo (aunque se haya estrenado en salas) y de la peor calaña, del hecho de mala manera para intentar hacer una buena taquilla y que después la película de marras sea relegada al peor olvido sin miramientos. John Eric Dowdle, qué te pasaría para haber terminado (salvo que cambies en tus siguientes filmes) haciendo esas bazofias.


lunes, 27 de abril de 2015

UNA NOCHE PARA SOBREVIVIR de Jaume Collet-Serra - 2015 - ("Run all night")


Jimmy Conlon es un viejo mafioso que hace mucho que abandonó su vida de crímenes. Sin embargo, el recuerdo de todas las personas que ha matado le persigue constantemente y le ha hecho caer en el alcoholismo, mientras que también se ha alejado de su hijo y de sus padres para que su pasado no les salpique. Sólo encuentra consuelo en su antiguo jefe y mejor amigo, Shawn Maguire, que también fue un mafioso y que como él ha dejado el negocio hace mucho. Una terrible tragedia está a punto de caer sobre Jimmy y sobre todo su mundo... Una tragedia que, para su desgracia, le va a obligar a tener que tomar otra vez las armas...


Jaume Collet-Serra, español afincado en Hollywood desde los dieciocho años, posee una carrera irregular hasta este momento centrada esencialmente en el terror y en el thriller. Debutó con el flojo remake de terror "La casa de cera", a la que siguieron la secuela deportiva "¡Goool II! Viviendo el sueño", la interesante película de terror "La huérfana", los irregulares thrillers de acción "Sin identidad" y "Non-Stop" y el buen thriller "Una noche para sobrevivir".


Aunque las anteriores obras de Jaume Collet-Serra han sido en general bastante irregulares, "Una noche para sobrevivir" es un thriller que se me antoja muy destacado y en el que el director español afincado en los USA ensaya un ejercicio de estilo y de buen cine negro. Liam Neeson, que últimamente le ha cogido el gusto a dar vida a fríos héroes de acción, protagoniza una cinta frenética, con garra y pulso, con escenas excelentes y con una ambientación navideña realista y oscura bien recreada. El asunto de la búsqueda de la redención y el sacrificio por lograrla es el central, y alrededor pivotan otros como las relaciones entre padres e hijos (de varias generaciones), la amistad rota, el peso del pasado, la avaricia en el mundo capitalista, la venganza, la violencia o la muerte. Collet-Serra sabe llevar con agilidad una trama que equilibra muy bien la acción (y las escenas de acción son excelentes, por cierto, realistas pero nada "fantasmas" y perfectamente ensambladas) y el drama fatalista propio de los mejores thrillers negros, drama comedido, elegante, coherente y lógico (y con una escena, la del encuentro en el restaurante, muy bien rodada). Ed Harris entrega, como secundario de la función, otro papel excelente, y otros también secundarios como Joel Kinnaman cumplen bastante bien. "Una noche para sobrevivir" puede que no muestre nada nuevo, ninguna innovación dentro de su género, pero es un thriller magnífico y perfectamente rodado que sabe enganchar de principio a fin. Recomendable, a pesar de lo poco atractivo, por cierto, que resulta su poster, feo y chillón.


viernes, 24 de abril de 2015

OH BOY de Jan-Ole Gerster - 2012 - ("Oh boy")


Niko es un joven de Berlín que se enfrenta al paso hacia una supuesta madurez que ve decepcionante. Nada le llena, ni las relaciones personales, ni la carrera de Derecho que ha abandonado, ni ningún futuro que pueda tener por delante. Niko está perdido en la vida y, en su deambular por la ciudad tras una noche de sexo esporádico, va a encontrar a personajes que, como él, no se encuentran a ellos mismos.


"Oh boy", el debut en la dirección del alemán Jan-Ole Gerster, es una maravillosa joyita. Narra lo que le ocurre a Niko, un joven de Berlín, a lo largo de veinticuatro horas en lo que se podría decir que es uno de esos días que todos hemos tenido y que hemos calificado como "el peor día de nuestras vidas". Niko, un absolutamente soberbio Tom Schilling que sufre de verdad y que transmite una angustia y una desolación maravillosamente terribles, es un joven que no encuentra su lugar en la vida y que deambula por su ciudad encontrándose a personajes extraños o fracasando en sus pequeñas tareas cotidianas. Es la historia que hemos visto miles de veces sobre el hombre moderno perdido en un entorno urbano y sin sentido y que se enfrenta al paso a una madurez decepcionante. Sin embargo, el director cuenta la historia con un pulso delicioso, de una forma sentida pero sin moralina, comprendiendo a su personaje pero también retratándole como el ser imperfecto y hasta por momentos tonto que es. Hay ternura por todas partes en "Oh boy", y también sinceridad de la de verdad. Niko ha dejado la carrera de Derecho, vive mantenido con el dinero de su padre, que es rico y que ha triunfado en la vida; no le llena nada de lo que hace a pesar de gozar de una posición social acomodada y de haber tenido toda clase de oportunidades y se siente nadando en el fracaso también en las relaciones personales. En su periplo callejero se encuentra con amigos, con extraños vecinos, con antiguas compañeras de colegio, con ligues esporádicos, con su decepcionado padre e incluso con viejos supervivientes de la era de los nazis.


Berlín, esplendorosamente retratada en un precioso blanco y negro y además a ritmo de buen jazz (la sombra de Woody Allen es alargada, desde luego) es la otra protagonista de este relato sobre la mencionada llegada a la madurez, sobre el fracaso, sobre la culpa, sobre el sinsentido de la vida en el llamado Primer Mundo y sobre el peso que tiene el pasado incluso en las personas más jóvenes. Jan-Ole Gerster, que homenajea también a la Nouvelle Vague francesa en su retrato berlinés sobrio y nervioso pero cargado de romanticismo, crea también unos diálogos realistas, cortos pero llenos de significado, muy destacados, y unas escenas callejeras locas y divertidísmas en las que no se corta tampoco en criticar a los esnobs que van de intelectualoides y que no son más que burguesitos llenos de contradicciones (otra marca heredada en parte de Woody Allen). Maravillosa es "Oh boy". Estaremos atentos a las siguientes películas de este director.


jueves, 23 de abril de 2015

PLEASANTVILLE de Gary Ross - 1998 - ("Pleasantville")


David y Jennifer son dos hermanos radicalmente diferentes y que se llevan bastante mal. Ella es una de las chicas malas y populares del instituto y él es un friki pringado que está enganchado a las reposiciones de "Pleasantville", una vieja serie familiar de los años cincuenta. Un día, tras una disputa por el dominio del mando de la televisión, ambos son misteriosamente transportados... A la propia Pleasantville, una pequeña ciudad donde todo es idílico y maravilloso y donde todo está además en blanco y negro. David y Jennifer tendrán que buscar la manera de salir de ese lugar... A David, sin embargo, parece gustarle: allí conoce a todos los personajes de su serie preferida y descubre un modo de vida que le resulta más atractivo que el del mundo real. Grandes y convulsos cambios están a punto de llegar a Pleasantville.


El estadounidense Gary Ross, guionista de películas como "Big", es también un director poco prolífico en general, con una filmografía muy espaciada que entre 1998 y 2012 sólo cuenta con tres películas. Debutó con la más que interesante "Pleasantville", a la que siguió la buena pero para mi ya más convencional "Seabiscuit". Su última película fue la aceptable primera entrega de la saga de "Los Juegos del Hambre" y para 2016 estrenará la película histórica "The Free State of Jones".


Innovar en lo que se refiere a las clásicas historias de inconformismo y de héroes cotidianos que se rebelan contra una sociedad intransigente o beata es bastante difícil, pienso. Dicen que está todo hecho en casi todos los géneros. Bueno, pues en 1998 Gary Ross innovó de sobra en este aspecto en su debut en el cine, "Pleasantville", una película que es una delicia y que, a pesar de que cuenta lo que ya nos conocemos de memoria, lo antes referido, lo hace desde un punto de vista completamente nuevo en su momento y que hoy, más de quince años después, sigue sorprendiendo. Dos hermanos muy diferentes y que se llevan mal, unos excelentes Tobey Maguire y Reese Witherspoon, se ven transportados desde el mundo real al mundo de Pleasantville, el pueblo que da nombre al filme. Pleasantville es un lugar bucólico inspirado por las series de televisión norteamericanas de los años cincuenta que narraban las historias cotidianas de familias sanas en entornos sanos (pueblos de la Norteamérica profunda habitualmente) y que representaban lo mejor del Sueño Americano mientras servían de ejemplo de todo lo que había que luchar por conseguir en la vida (casa con jardín, familia feliz, un buen trabajo, una rutina paradisíaca, desayunos copiosos en familia, un buen instituto para los niños, fines de semana de barbacoas al sol, vecinos solidarios y muy educados, partidos deportivos donde los más jóvenes ejercitan su capacidad de competencia...). "Pleasantville" es el nombre de la serie a la que el personaje de Maguire, un "looser", está enganchado. Ahora, él y su hermana tendrán que buscar la manera de salir de esta propia serie, de este lugar idílico, precioso, pacífico, sin malas personas, pero en el que late el conformismo más siniestro y enfermizo.


"Pleasantville" es una fábula que se enfrenta radicalmente a la persecución enfermiza del mencionado Sueño Americano y que se opone también de forma radical a todo conformismo, a toda uniformidad, a favor de la libertad e incluso del caos que pone a cada cual en su sitio. Gary Ross recrea un mundo originalísimo en el que se alterna el color y el blanco y negro (y en el que el color y su uso cobra especial relevancia narrativa) que se enfrenta a convulsiones y por el que analiza el miedo al cambio, la intransigencia, la mediocridad provinciana, el poder del patriarcado más pacato, la independencia de la mujer, la corrupción, el populismo, la represión sexual o la hipocresía. "Pleasantville" es un peliculón bastante poco conocido y que no ha sido valorado hasta ahora. Muy reivindicable, aunque la carrera posterior de su director, siendo correcta, no haya sido ya tan innovadora.


miércoles, 22 de abril de 2015

GOSHU, EL VIOLONCELISTA de Isao Takahata - 1982 - ("Sero hiki no Goshu")


Goshu es violoncelista y, dentro de poco, va a dar un concierto con la orquesta con la que toca. Sin embargo, últimamente no está concentrado en los ensayos y su director, preocupado, se lo hace saber. No sabe por qué, pero parece no sentir de repente nada por la música y sus ejecuciones no tienen pasión y están llenas de fallos. Goshu va a conocer a unos animales que le van a dar una nueva visión que va a cambiar su arte: un gato, un pájaro, un mapache y unos ratones.


Isao Takahata alcanza la maestría con "Goshu, el violoncelista", su última creación antes de fundar junto a Hayao Miyazaki el mítico Estudio Ghibli. El filme, de apenas una hora y pico de duración, es una fábula sobre la creación musical que se extiende perfectamente a cualquier tipo de creación y que toca, viniendo de Takahata, también ecologista como Miyazaki, la relación del ser humano con su entorno y con los animales. Con una animación que todavía no había alcanzado la maestría que este autor desarrollaría a partir de la siguiente e inolvidable "La tumba de las luciérnagas" pero que se presenta ya muy rica y llena de matices y de realismo (además de contar con unos escenarios llenos de detalles), "Goshu, el violoncelista" se estructura como un cuento clásico para niños en todos los aspectos: su trama es lineal, su historia se despliega sin florituras y es directa y el mundo de los humanos se fusiona sin preguntas con el de los animales para que los dos puedan interactuar. Como todos los buenos cuentos clásicos, está por supuesto orientado tanto para los más pequeños como para los adultos. Goshu, que toca el violoncelo, es incapaz de perfeccionar su arte y, en su camino, se va a cruzar con un grupo de variopintos animales que le van a enseñar el valor de cuatro ingredientes esenciales para poder desarrollarlo de forma redonda: el sentimiento de la música, el tesón para practicar sin parar, el sentido del ritmo y el poder curativo de toda melodía se lo van a mostrar respectivamente un gato, un pájaro, un mapache y unos ratones.


"Goshu, el violoncelista" es un ensayo animado sobre la práctica de cualquier arte; cualquiera que se dedique a ello, ya sea la música, la escritura, la pintura o cualquier otra disciplina, podrá reconocerse en el protagonista. En última instancia, el arte tiene un valor universal: puede ser mejor o peor, puede gozar o no de éxito o de reconocimiento en su tiempo, pero es esencial para la vida del artista a pesar de todos los disgustos que pueda causarle su práctica y, además, y aunque el propio artista no sea consciente de ello en muchas ocasiones, es esencial para las vidas de otras personas. Magnífica fábula de un director que ya comenzaba a despuntar como uno de los maestros imprescindibles de la animación japonesa.


lunes, 20 de abril de 2015

EL RESPLANDOR de Stephen King - 1997 - ("Stephen King's The Shinning")


Jack Torrance quiere ser escritor pero necesita un trabajo que le deje tiempo libre. Por ello, para terminar su primera obra, acepta el puesto de vigilante de la temporada de invierno en el Hotel Overlook, en las Montañas Rocosas, un gran complejo turístico apartado en un entorno natural que permanece cerrado los meses más fríos del año. Allí se muda con su mujer, Wendy, y su hijo Daniel. Jack no ha pasado últimamente por una buena época: ha sido alcohólico durante mucho tiempo y, aunque lo ha dejado, todavía carga con una gran culpabilidad por haber maltratado a su familia cuando bebía. En el hotel, en completa soledad y sosiego, espera recuperarse del todo y escribir. Sin embargo, algo oscuro y malévolo late en el lugar... Algo que va a intentar aprovecharse de sus debilidades con siniestros propósitos.


Mick Garris es un director esencialmente televisivo y de encargos de cine de terror y fantástico que no tiene personalidad y que se mueve entre el producto simplemente decente y el infame bodrio. Las series más famosas en las que ha trabajado han sido "Masters of Horror" y "El Resplandor" y sus películas más destacadas, todas en general flojas y olvidables, son "Critters II", "Psicosis IV: El comienzo", "Sonámbulos", "Viaje a las tinieblas" y "Desesperación". Ha adaptado muchas de las novelas de Stephen King, aunque demasiadas veces sin destacar.


Según dicen, Stephen King odia la versión fílmica que realizó Stanley Kubrick de su novela "El Resplandor" en 1980. Por eso, en 1997, estrenó una serie de televisón de tres capítulos supervisada atentamente por él mismo. Hay que decir que, viendo ambas versiones, la de Kubrick es esencialmente mucho mejor en lo que a personalidad fílmica se refiere y ésta del propio Stephen King es una mejor adaptación y, desde mi punto de vista, presenta una mejor trama. Sí, los puristas, los gafapastas y demás fauna pueden pedir mi cabeza en una pica, pero la serie de "El Resplandor" me parece mejor argumentalmente que la película de Kubrick, que era un tío muy genial y todo lo que quieran (y sí, lo era, y ahí dejó una filmografía para el recuerdo en casi todos los aspectos), pero que con la obra del maestro del terror norteamericano realizó una cosa sin demasiado sentido, excelentemente rodada y con escenas geniales y que dan verdadero mal rollo, pero desarticulada, con personajes muy flojos (aunque estén maravillosamente interpretados) y con un desenlace que, sinceramente, me parece una parida (qué quieren que les diga, pero yo no termino de entenderlo más allá de mi propia y personal explicación). Kubrick no era infalible, y no era oro artístico todo lo que tocaba, y con "El Resplandor" creo que hizo bastantes cagadas (lo que no quita que, como he dicho, la película deje de ser buena -aunque redonda no lo es ni de lejos-).


"El Resplandor" de 1997, dirigida por Mick Garris, un mediocre de la televisión que aquí hace un trabajo solvente, es perfectamente fiel en prácticamente todos los aspectos a la novela original en la que se basa. Ya les digo que el propio Stephen King creó esta serie y estuvo supervisándola en casi todo momento. Esto es muy destacable, porque ésta "El Resplandor" se entiende. Sí, se entiende. Entendemos las motivaciones de los personajes, entendemos lo que ocurre en el siniestro hotel en el que todo se ambienta, entendemos a la fuerza maligna que late en sus pasillos y habitaciones y entendemos el desenlace de todo. Los tres capítulos que la serie tiene están rodados además con ritmo, con interés desde el principio hasta el final de cada uno, las escenas de terror dan su mal rollo aunque no sean el culmen de la inventiva de su género (aquí gana claramente Kubrick, un director-autor y no un simple artesano) y el epílogo coincide perfectamente con los mensajes de Stephen King, a menudo positivos y humanistas (contrariamente a lo que se piensa de su obra demasiadas veces). Los cuatro actores protagonistas están excelentes, y saben dar vida a sus personajes con carisma y solvencia (incluso el niño, que en el doblaje al español está terrible pero que en versión original gana).


"El Resplandor" de Stephen King tiene también sus fallos: los efectos especiales son discretitos, incluso para su época, la segunda mitad de los años noventa, y la dirección excesivamente artesanal y cero por ciento arriesgada de Mick Garris no la coloca entre las grandes series de la historia en lo que a personalidad se refiere. Sin embargo, es una serie más que digna y una relectura necesaria para poder entender mejor la obra de Stephen King. Como he dicho, su trama para mi es mejor que la que realizó Stanley Kubrick, al que lo de cambiar lo que le daba la gana como le daba la gana y su ego desorbitado no siempre le ayudaron a terminar productos perfectos, digan lo que digan.


domingo, 19 de abril de 2015

ASTRONAUTAS de Santi Amodeo - 2003 - ("Astronautas")


Daniel, a la puerta de los cuarenta años, ha conseguido desengancharse por fin de las drogas. Ahora, ha vuelto a su casa y planea comenzar una vida nueva desde cero, una vida en la que poder recuperar todo lo que perdió a causa de la adicción. Un día, Laura, una niña que dice tener dieciséis años, aparece durmiendo en su portal: busca a su hermano, el antiguo vecino de Daniel, al que él no ve desde hace mucho tiempo. Entre ambos, surge una relación un tanto especial...


Mientras que Alberto Rodríguez se sumergió en el cine puramente social con la ayer comentada "El traje" tras separarse en la dirección de su amigo Santi Amodeo después de "El Factor Pilgrim", el mentado Amodeo se lanzó a rodar una encantadora historia de amor, una de las mejores del cine español de los últimos años desde mi punto de vista: "Astronautas". Nancho Novo y Teresa Hurtado son una pareja circunstancial que derrochan ante las cámaras una química magistral. Él es un cuarentón que ha logrado salir, por lo menos momentáneamente, de la adicción a las drogas y que intenta rehacer su vida desde cero. Ella es una niña, una menor de edad, que ha aparecido en su casa y que dice que sus padres han muerto en un accidente y que su único hermano, el vecino del personaje de Novo, es la única familia que le queda (y no sabe dónde está). Entre ambos surge algo especial. Con un montaje ágil, cargado de inventiva (con unas transiciones magníficas y divertidísimas) y animado por una excelente banda sonora, Amodeo sigue a estos dos personajes perdidos en la ciudad y sus peripecias. Los asuntos que trata son la llegada a la madurez, la redención, el amor, el sexo, la amistad, la solidaridad, las adicciones, el choque generacional y, sobre todo, la lucha por la reintegración y por el volver a tener una oportunidad en la sociedad de las personas que han pasado demasiado tiempo fuera de ella. "Astronautas" es simple (desde el mejor de los puntos de vista), sincera, directa, llana y, sin embargo, también lúcida. Sus diálogos son irónicos y cachondos, su sentido del humor es fresco y su despliegue del drama es el justo y necesario.


Hay algo que me parece, sin embargo, que no está bien cerrado en "Astronautas": su desenlace. Me gustan los finales abiertos, pero creo que este está directamente cortado de un tajo, como si Santi Amodeo no supiese cómo terminar su obra (y por cierto esto le volvió a ocurrir exactamente de la misma manera en su siguiente película, la para mi también destacada "Cabeza de perro"). Aún así, "Astronautas" no se ve lastrada por esto. Es una joyita, un soplo de aire fresco en su día inesperado al cine español tan anquilosado a veces (y entonces hasta más que ahora). Muy destacada y muy recomendable.


sábado, 18 de abril de 2015

EL TRAJE de Alberto Rodríguez - 2002 - ("El traje")


Patricio es un inmigrante subsahariano que vive en Sevilla y que trabaja en un garaje. Un día, un deportista famoso le regala, en pago por haberle arreglado el coche, un traje muy caro. Patricio sueña con poder comprar algún día uno con su propio dinero. Sin embargo, las cosas le marchan mal de repente y acaba sin trabajo y tirado en la calle... En un albergue conoce a Pan con Queso, un sevillano pobre como él y que malvive de trapicheos de poca monta. Entre ambos surge una relación difícil y un tanto especial. Los dos tendrán que unir sus fuerzas, muchas veces a su pesar, para salir adelante.


Al separarse en lo que a dirección se refiere tras la horrible "El Factor Pilgrim", Alberto Rodríguez y Santi Amodeo se lanzaron a sus carreras en solitario con las obras en las que irían puliendo su estilo. Santi Amodeo entregó "Astronautas", una preciosa película que comentaré mañana, y Alberto Rodríguez entregó "El traje", en la que ya afianzaba su cine social. En el año 2002, con el "Boom Inmobiliario" arrasando en España, los que sufrían las inclemencias de la desigualdad con más dureza eran especialmente los inmigrantes (aparte de las bolsas de pobreza que siempre ha habido en este país y en prácticamente todos los países avanzados a pesar de los periodos de riqueza económica). "El traje" relata el periplo de uno de estos inmigrantes, Patricio, un subsahariano que malvive en Sevilla trabajando en un garaje y que padecerá terribles encontronazos con la pobreza y la marginalidad extremas. El traje que da nombre al filme, el que otro inmigrante, este un deportista rico, le entrega al protagonista, es el símbolo del clasismo de una sociedad en la que ir bien vestido, con ropa cara, no significa absolutamente nada. Patricio se encuentra sin embargo con Pan con Queso, un autóctono que también es pobre como él incluso en época de vacas gordas: un desgraciado que vive solo en una suerte de hotel abandonado y que come de trapicheos y timos de poca monta variados y que, además, esconde un pasado triste. De caer en las garras de la pobreza no se salva ni el nativo del país supuestamente rico.


Jimmy Roca da vida de forma excelente al protagonista de "El traje" y Manuel Morón hace lo propio interpretando a su compañero de fatigas. Hay una muy buena química entre ambos, que recorren una Sevilla en la que grandes y lujosos edificios se encaran con solares y casas ruinosas donde viven desamparados totales. Alberto Rodríguez olvida el collage de influencias de "El Factor Pilgrim" y se centra en narrar una historia cien por cien realista, desgarradora, triste, de sueños rotos y de denuncia de un mundo desarrollado que se presenta como la tierra de las oportunidades para muchos inmigrantes y que no es más que una farsa donde reinan el clasismo, la hipocresía y la desigualdad (entre autóctonos, entre autóctonos e inmigrantes y entre los propios inmigrantes). Excelente película es "El traje", la puerta de futuras maravillas del cine social patrio que este director crearía en el futuro como "Siete vírgenes" o las geniales "Grupo 7" y "La isla mínima".


viernes, 17 de abril de 2015

BABEL de Alejandro González Iñárritu - 2006 - ("Babel")


Dos hermanos que viven en una granja en el Marruecos profundo prueban un rifle que su padre ha comprado para asustar a los chacales que se acerquen a sus rebaños. Cerca de allí, un matrimonio estadounidense en crisis viaja por el país intentando solucionar sus problemas de pareja. En la casa de este matrimonio, en los Estados Unidos, se han quedado sus dos hijos con su criada mexicana, que está a punto de partir unos días a México para asistir a la boda de su hijo. En Tokyo, una adolescente sordomuda deprimida porque acaba de perder a su madre intenta ligar con chicos sin demasiado éxito debido a sus problemas de comunicación. Estas cuatro historias están enlazadas.


La "Trilogía de la Muerte" de Alejandro González Iñárritu y Guillermo Arriaga finalizó en 2006 con "Babel", que recuperaba lo mejor de "Amores perros" sin repetir la fórmula de ésta de forma excesivamente similar como hizo "21 gramos". Volvemos a tener un grupo de historias (ahora en vez de tres son cuatro) que se entrecruzan animadas por un azar ciertamente fatalista. Ahora los escenarios son múltiples e internacionales: tenemos el México natal del autor, los Estados Unidos que ya retrató en la mencionada "21 gramos" y también Marruecos y Japón. Volvemos a tener un fresco social de personajes de toda clase y condición unificado por un hecho común trágico y que cambia sus vidas, volvemos a tener a actores y actrices excelentemente dirigidos (uno de los puntos más fuertes de Iñárritu) y que sudan puro sufrimiento y volvemos a tener una cámara nerviosa y lírica que recoge unas ambientaciones fantásticas y muy bellas.


Los asuntos que el filme trata son los que ya vimos en las anteriores dos cintas del tríptico: pobreza, violencia, corrupción, clasismo, frustraciones sexuales, soledad, muerte y miedo a la muerte, prejuicios, racismo, incomunicación, crisis interiores, crisis matrimoniales y relaciones personales de todo tipo. Todos los personajes son golpeados por la mencionada fatalidad y todos son víctimas de terribles juegos del azar que se nutren también, sin embargo, de sociedades injustas e insolidarias. En el mundo globalizado de hoy, "Babel" ofrece un fresco de causas y consecuencias que dan relieve a hechos que corren de país en país y de continente en continente (Norteamérica, África y Asia).


Hay un punto que no me termina de cuadrar de todas formas en la tercera película de Iñárritu: la historia de Japón me parece, en general, bastante apartada de las otras tres, casi una mera excusa para ambientar dicha historia en el país del Sol naciente. No es que no tenga su enlace en la trama general: lo tiene, pero me parece algo forzado y descolocado. Dejando esto a un lado (que no impide que la historia mencionada sea igual de interesante que las otras), "Babel" me parece un filme excelente y la cumbre de un director que creo que metió un poco la pata con "Biutiful", su siguiente y para mi floja película, y que después entregó "Birdman", que me parece en todo momento un filme excelente pero que tampoco pienso que sea la obra maestra absoluta que para tantos es.


jueves, 16 de abril de 2015

21 GRAMOS de Alejandro González Iñárritu - 2003 - ("21 grams")


Paul Rivers es joven pero está muy enfermo del corazón y sabe que va a morir en poco tiempo. Cristina Peck lleva una vida feliz con su marido y sus hijas pero una terrible tragedia está a punto de cambiarla para siempre. Jack Jordan fue una vez un criminal, pero hoy trabaja para la Iglesia y es un cristiano ferviente aunque bastante fanático que intenta ayudar a los jóvenes con problemas a no seguir su mismo camino. Las historias de los tres van a enlazarse trágicamente...


"21 gramos", la segunda película de Alejandro González Iñárritu y de su "Trilogía de la Muerte", escrita de nuevo por Guillermo Arriaga, es una suerte de nueva versión de "Amores perros". No lo es realmente, pero lo parece en muchos aspectos. El motivo central vuelve a ser el mismo: tres historias se entrelazan por medio de un accidente de coche. No, ahora no hay perros de por medio, pero el resto es extremadamente similar. La película ahora es de producción estadounidense y el drama pasa del México natal del autor a los USA. Tres personajes de distinta clase y condición se encuentran en circunstancias fatalistas y hay crítica social de por medio. Sinceramente, y sin tratarse de una mala película, "12 gramos" me parece un total "deja vu", casi un remake incluso, de la mencionada "Amores perros". "Babel", la siguiente entrega de esta trilogía, lo puede ser en parte, pero no es tan excesivamente parecida. Ahora tenemos a Sean Penn, a Naomi Watts y a Benicio del Toro entregando, eso sí, tres papeles soberbios: los tres sufren y sienten y se llevan de calle al espectador desde el primer minuto. Iñárritu es un maestro a la hora de dirigir actores; es una de las cosas que mejor se le da y lo ha ido demostrando película a película. Los asuntos que se tratan son menos sociales excepto por el del fanatismo religioso del personaje de Del Toro y por cierta mención a la corrupción, y se centran en las relaciones personales y en las crisis existenciales: la pérdida, la culpa, la muerte, el sobrevivir a una pareja y a unos hijos, la redención, el dejar atrás una vida criminal.


El estilo es el mismo: una cámara muy realista y nerviosa, pero cargada de lirismo cotidiano. Es un punto fuerte que el autor mexicano tiene y que sabe desplegar como recurso en su justa medida: se ha creado su propio estilo, muy reconocible. Los diálogos son también excelentes, y el ritmo está muy bien llevado, lo cual es muy loable tratándose de un filme largo, que se pasa un poquito de las dos horas, denso y centrado en relaciones personales cotidianas. "21 gramos" tal vez esté en parte eclipsado por "Amores perros", pero, a pesar de su "deja vu" indiscutible y que yo he criticado, es un buen filme. Se les podría haber exigido más originalidad a la hora de afrontar su nuevo guión a Iñárritu y a Arriaga, pero la calidad final del producto es clara.


miércoles, 15 de abril de 2015

AMORES PERROS de Alejandro González Iñárritu - 2000 - ("Amores perros")


México D.F. Octavio es un joven sin dinero y con una familia desestructurada que está enamorado de la novia de su hermano, a la que él maltrata: un día, decide cambiar su situación y se sumerge en el mundo de las luchas ilegales de perros. Valeria es una modelo rica que lleva una vida de lujo y que va a ver su carrera truncada de golpe por un terrible accidente de coche. El Chivo es un mendigo que vaga por la ciudad recogiendo y cuidando a perros abandonados y que malvive en un almacén abandonado... Sin embargo, guarda un terrible secreto. Las vidas de Octavio, Valeria y El Chivo están enlazadas.


"Amores perros" fue el debut fulminante del mexicano Alejandro González Iñárritu, hoy muy laureado por su reciente y para mi algo sobrevalorada "Birdman", debut con el que dio comienzo la llamada "Trilogía de la Muerte" de su director; llegarían después "21 gramos", en 2003, y "Babel", en 2006. Las tres películas, si bien son completamente independientes, tienen en común el estar compuestas de historias paralelas y complementarias en las que la fatalidad y el azar tienen un papel básico junto a la crítica social. "Amores perros" enlaza, como sus hermanas, tres historias que en este caso están ambientadas en el México D.F. natal de Iñárritu. Las tres tienen como protagonistas a personajes de todas las generaciones y de todos los estratos sociales: unos jóvenes de clase obrera, una modelo rica y un mendigo misterioso. A todos les une un accidente de coche y todos tienen perros y pasan por las terribles experiencias de tener "amores perros". Todos están maravillosamente interpretados por unos actores verdaderamente sufrientes y que consiguen llegar al espectador desde el primer momento (y en especial despunta un entonces muy joven y genial Gael García Bernal que en los años siguientes saltaría a la fama fuera de México a partir de su participación en esta obra). "Amores perros", rodada con una cámara rápida y a veces nerviosa, pero con un gran sentido del lirismo realista, es un fresco magnífico sobre toda sociedad y sobre sus divisiones de clase y, especialmente, sobre el México de nuestros días.


Iñárritu, de la mano de su compatriota Guillermo Arriaga, el también guionista de las mencionadas "21 gramos" y "Babel" (y que se estrenaría en el año 2008 en la dirección con "Lejos de la tierra quemada"), disecciona asuntos tremendamente variados pero perfectamente ensamblados como un puzzle perfecto. "Amores perros" habla de pobreza, de violencia, de clasismo, de represión familiar y sexual, de maltrato a los animales, de corrupción, de crisis interiores, de miedo a la vida y a la muerte, de relaciones personales de todo tipo, de familias rotas, de la avaricia, del terrorismo, de las luchas sociales modernas y olvidadas o de la imposibilidad de salir de un ambiente marginal. Su retrato crítico del México de nuestros días es brutal y sin concesiones: dibuja un país podrido, corrupto, violento y con unos desajustes entre ricos y pobres abismales. "Amores perros" es una magnífica joya en todos los aspectos.