Porco Rosso

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sábado, 18 de abril de 2015

EL TRAJE de Alberto Rodríguez - 2002 - ("El traje")


Patricio es un inmigrante subsahariano que vive en Sevilla y que trabaja en un garaje. Un día, un deportista famoso le regala, en pago por haberle arreglado el coche, un traje muy caro. Patricio sueña con poder comprar algún día uno con su propio dinero. Sin embargo, las cosas le marchan mal de repente y acaba sin trabajo y tirado en la calle... En un albergue conoce a Pan con Queso, un sevillano pobre como él y que malvive de trapicheos de poca monta. Entre ambos surge una relación difícil y un tanto especial. Los dos tendrán que unir sus fuerzas, muchas veces a su pesar, para salir adelante.


Al separarse en lo que a dirección se refiere tras la horrible "El Factor Pilgrim", Alberto Rodríguez y Santi Amodeo se lanzaron a sus carreras en solitario con las obras en las que irían puliendo su estilo. Santi Amodeo entregó "Astronautas", una preciosa película que comentaré mañana, y Alberto Rodríguez entregó "El traje", en la que ya afianzaba su cine social. En el año 2002, con el "Boom Inmobiliario" arrasando en España, los que sufrían las inclemencias de la desigualdad con más dureza eran especialmente los inmigrantes (aparte de las bolsas de pobreza que siempre ha habido en este país y en prácticamente todos los países avanzados a pesar de los periodos de riqueza económica). "El traje" relata el periplo de uno de estos inmigrantes, Patricio, un subsahariano que malvive en Sevilla trabajando en un garaje y que padecerá terribles encontronazos con la pobreza y la marginalidad extremas. El traje que da nombre al filme, el que otro inmigrante, este un deportista rico, le entrega al protagonista, es el símbolo del clasismo de una sociedad en la que ir bien vestido, con ropa cara, no significa absolutamente nada. Patricio se encuentra sin embargo con Pan con Queso, un autóctono que también es pobre como él incluso en época de vacas gordas: un desgraciado que vive solo en una suerte de hotel abandonado y que come de trapicheos y timos de poca monta variados y que, además, esconde un pasado triste. De caer en las garras de la pobreza no se salva ni el nativo del país supuestamente rico.


Jimmy Roca da vida de forma excelente al protagonista de "El traje" y Manuel Morón hace lo propio interpretando a su compañero de fatigas. Hay una muy buena química entre ambos, que recorren una Sevilla en la que grandes y lujosos edificios se encaran con solares y casas ruinosas donde viven desamparados totales. Alberto Rodríguez olvida el collage de influencias de "El Factor Pilgrim" y se centra en narrar una historia cien por cien realista, desgarradora, triste, de sueños rotos y de denuncia de un mundo desarrollado que se presenta como la tierra de las oportunidades para muchos inmigrantes y que no es más que una farsa donde reinan el clasismo, la hipocresía y la desigualdad (entre autóctonos, entre autóctonos e inmigrantes y entre los propios inmigrantes). Excelente película es "El traje", la puerta de futuras maravillas del cine social patrio que este director crearía en el futuro como "Siete vírgenes" o las geniales "Grupo 7" y "La isla mínima".


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